Las peores previsiones se han cumplido. Rusia ha atacado a Ucrania, por tierra, mar y aire, y por el este, norte y sur. Y pese a los 3.000 kilómetros que separan España de Ucrania, el estruendo de las explosiones se ha dejado sentir en la bolsa y en nuestros bolsillos.
“Ahora mismo la incertidumbre es máxima y en términos económicos esto es un desastre” asegura, contundente, José Carlos Díez, Profesor de Economía de la Universidad de Alcalá y socio de Luafund. “Esta guerra, se traduce de forma inmediata en el encarecimiento de bienes que usamos todos nosotros a diario”, asegura el analista financiero Juan Ignacio Crespo.
El precio del gas se dispara, también el petróleo, y tras ellos, suben la electricidad y los carburantes, gasolina y gasóleo. La inflación se disparará y los bancos centrales se verán en la encrucijada de subir tipos para controlar los precios o esperar, para reanimar la economía. Y pagaremos más por productos tan básicos como el pan y la leche.
Llamado el impuesto de los pobres, la inflación castiga a las rentas más bajas. Quienes perciben el salario mínimo o los jubilados con las pensiones más bajas, o pensiones medias, serán quienes más noten el roto en el bolsillo. La reforma de las pensiones que ya ha entrado en vigor, liga la revalorización de las pensiones al IPC. Pero no será hasta enero de 2023 cuando vean esa compensación en su prestación. Hasta entonces, toca perder poder adquisitivio y ajustarse el cinturón. Y pensar que los ahorros de toda su vida perderán valor si están en su cuenta corriente; no rentarán nada si están en depósitos; o mermarán si están en bolsa o fondos de inversión.
Guerra en las bolsas y subidas del gas, petróleo y carburantes
Las bolsas de todo el mundo se han desplomado tras el ataque ruso a Ucrania. El Ibex 35 se dejó al cierre de la jornada del jueves un 2,86% (aunque en algunos momentos del día llegó a caer más de un 4%). En concreto cerro en 8.198,50 puntos, lo que supone mínimos desde febrero de 2021. La bolsa rusa perdió una cuarta parte de su valor.
“En este momento el precio del gas en el mercado del futuro holandés está subiendo casi 20 euros, estamos por encima de 100 euros otra vez, el petróleo ya está en 100 euros también”, explica José Carlos Diez. En concreto, la cotización de los contratos de futuros de gas natural europeos se ha disparado más de un 60% hasta los 141,80 euros el megavatio hora (MWh). Por su parte, los futuros del barril de crudo Brent (de referencia en Europa) han subido más de un 7% hasta los 103,7 dólares. El precio del West Texas, el crudo de referencia en Estados Unidos ha subido un 5,7% hasta los 97,37 dólares. No veíamos precios similares desde el verano de 2014.
“Solo esto ya tendría un impacto económico sobre la economía enorme”, explica José Carlos Díez. “Va a subir de nuevo el precio de la electricidad, va a subir el precio de las gasolinas, va a subir el precio del gas para las calefacciones”. De momento, el precio de la gasolina y del gasóleo ha conquistado esta semana nuevos récords históricos, y se prevé que siga al alza.
Subida del precio del pan
Hablar de Rusia y Ucrania es hablar del granero del mundo. El 30% de las exportaciones mundiales de grano, principalmente trigo, maíz y cebada son de ambos países. Pero en el caso de España, nuestra dependencia es aún mayor. Más del 42% de los cereales que importamos proceden de Ucrania, así como el 25% del aceite de girasol, según los datos del ICEX.
En el actual escenario de guerra, "esperamos una subida del 30% en los precios del trigo y del 20% en los del maíz", dicen los analistas del banco holandés Rabobank, en su informe 'Cómo pagaríamos la guerra'. Ahora bien, estos precios podrían subir aún más en el caso de que el conflicto se alargue en el tiempo.
Y hablar de trigo es hablar de pan. El precio del pan que compramos cada día para comer podría repercutir estas subidas más pronto que tarde. Pero el grano tiene muchas otras repercusiones, en productos elaborados, como la pasta o la cerveza, pero también es vital en la elaboración de los piensos para la alimentación animal, de manera que el precio de la carne y el precio de la leche también podrían dispararse en breve. La subida de los precios del trigo podría extenderse hasta mediados de 2023, ya para la próxima cosecha.
El precio de las frutas y verduras no quedarán ajenos a estas subidas. Según los datos del Icex, también se importan desde Ucrania fertilizantes, imprescindibles en la agricultura. Y sal, otro producto básico en nuestra cesta de la compra que también podría ver como sube su precio.
La recuperación económica, papel mojado
Lo advertía la escuela de negocios Esade en su última edición de su Informe Económico y Financiero: el año 2022 será un ejercicio de crecimiento y recuperación para España gracias al papel de los fondos europeos, siempre que no se cumpla el peor escenario de la crisis Rusia y Ucrania. Pues bien, el peor escenario se acaba de materializar.
“Ahora lo único que podemos decir es que esto es un desastre, que la guerra nunca genera ningún bien económico y que Putin ya lo ha provocado”. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) corrobora que "El conflicto que se ha desatado en el este de Europa complica el escenario de recuperación que se planteaba a inicios de año".
El alcance del impacto económico del conflicto es difícil de cuantifiar aún. Dependerá de la respuesta de la comunidad internacional, de las sanciones y de su duración. Ahora mismo, la incertidumbre es máxima.
Inflación que podría hacerse crónica
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ha elevado un punto su previsión para la inflación media española este año, hasta el 5,6%, por el conflicto entre Rusia y Ucrania, y ha advertido de que si los precios observados actualmente se perpetúan, el IPC llegaría a situarse en el 6,5%, casi dos puntos más que en la estimación preconflicto.
“La subida en los derivados de petróleo va a ser brutal y el impacto en la cesta de la compra, en el IPC de este mes y de los próximos meses, también” advierte Juan Ignacio Crespo.
Los elevados precios de la energía no permitirán que la inflación caiga tan rápido como se esperaba. Y esto apunta a otro peligro, entrar en una espiral de precios y salarios que cronifiquen la inflación.
Como consecuencia de lo anterior, los bancos centrales podrían perder margen en política monetaria. Si los tipos de interés no suben tal y como tenía previsto el Banco central Europeo (BCE), los depósitos bancarios seguirán sin arrojar ninguna rentabilidad a los ahorradores y los planes de pensiones también seguirán viendo lastrada su rentabilidad.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.