Economía familiar
Cómo calcular el ajuar doméstico para pagar menos impuestos por una herencia
Son los bienes que se suman la masa hereditaria para calcular el Impuesto de Sucesiones
El ajuar doméstico es el conjunto de bienes relativos a la vivienda que se suman a la masa hereditaria a la hora de calcular el Impuesto de Sucesiones en una herencia. En concreto, el Código Civil se refiere en el artículo 1.321 a "las ropas, el mobiliario y enseres que constituyan el ajuar de la vivienda habitual común de los esposos se entregarán al que sobreviva, sin computárselo en su haber. No se entenderán comprendidos en el ajuar las alhajas, objetos artísticos, históricos y otros de extraordinario valor".
Quedarían fuera las acciones, fondos de inversión, inmuebles, dinero en metálico, depósitos, derechos de autor, joyas, pieles, vehículos, el dinero del seguro de vida o las donaciones, así como alhajas, objetos, artículos históricos y de gran valor, detalla Mapfre en su blog.
Esto es así desde que el Tribunal Supremo y el Tribunal Económico Administrativo Central precisaran que bienes quedaban dentro del ajuar. Las sentencias de ambos organismos incluían las joyas y obras de arte, siempre que no tengan un gran valor, los efectos personales, utensilios domésticos, menaje y electrodomésticos y bienes que no produzca rentas.
Ahorro fiscal
Esta información es más que relevante, ya que, como mencionábamos al principio del artículo, estos objetos se tienen en cuenta para calcular la masa hereditaria, y también habrá que pagar impuestos por ellos. Por eso, calcular el valor total del ajuar es clave para pagar un poco menos.
En concreto, todos estos artículos se valoran en un 3% del caudal relicto (conjunto de bienes, derechos, acciones y deudas que deja una persona a su fallecimiento y que constituye su herencia), a no ser que los herederos quieran ajustarlo a un valor superior, o sean capaces de probar que es inferior.
Actualmente, como el ajuar doméstico que se tiene en cuenta en el Impuesto de Sucesiones, está integrado por los efectos personales y del hogar, pero no por el dinero o las acciones, lo que se traduce en ahorro fiscal.
