Cómo dejar tu herencia a parientes lejanos, sin que se la 'coman' los impuestos

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En España, lo habitual es dejar como herederos a hijos o padres, pero también es posible legar los bienes a parientes laterales, como hermanos, tíos, sobrinos, primos, etc.

En estos casos, hay que saber que estos familiares lejanos pagarán mucho a Hacienda, por el Impuesto de Sucesiones. Ahora bien, existen algunas fórmulas legales para hacer que la transmisión de estos bienes sea resulte algo menos gravosa.

Parentesco y lugar de residencia, cruciales

Si dejas bienes en herencia, cada heredero puede pagar a Hacienda una cantidad muy distinta por Sucesiones, según el parentesco y el lugar de residencia. Habrá que aplicar la normativa de la comunidad autónoma donde más días hayas residido en tus últimos 5 años de vida.

Desde la Organización de Consumidores OCU explican que, por ejemplo, si siempre has vivido en Galicia y no tienes pensado mudarte a ninguna parte durante el resto de tu vida, tus herederos tendrán que pagar la versión gallega del impuesto de Sucesiones. "Eso, suponiendo que tengan que pagar, ya que pueden ocurrir dos cosas: que la herencia quede exenta de Sucesiones porque su valor no sobrepase el límite a partir del cual toca tributar; o que haya que pagar el impuesto, por sobrepasar dicho límite. Pues bien, ese límite exento es mucho más alto para herederos en línea recta hacia arriba o hacia abajo (hijos, nietos, padres, abuelos...) que para los colaterales (hermanos, tíos, sobrinos, primos...)".

Los expertos de la OCU ponen el siguiente ejemplo: la cantidad exenta más alta que puede recibir un hijo dentro del territorio español es un millón de euros (con arreglo a la normativa de Andalucía o Galicia), mientras que la cantidad exenta más alta que puede recibir un hermano o un sobrino sobrepasa por poco los 38.000 euros (con arreglo a la normativa de Álava).

Además, todos los factores que intervienen en el cálculo del impuesto suelen ser menos favorables para los parientes colaterales. Por ejemplo, no disfrutan de reducciones, deducciones o bonificaciones o al menos no tan jugosas como las que tienen los parientes en línea recta, y tienen tipos de gravamen más altos.

Conclusión: por la misma cantidad, pagará muchísimo más un hermano o un sobrino, que un hijo, un nieto, etc. Por lo tanto, si no quieres que los impuestos se coman la herencia, tendrás que maniobrar un poco.

Desde la OCU, aconsejan seguir tres estrategias:

Múdate donde se pague menos por Sucesiones

Si tienes un patrimonio importante, facilidades para hacerlo y ganas, puedes establecerte en una comunidad fiscalmente más benévola que la tuya. Por ejemplo, si tienes una segunda residencia bien situada.

Eso sí, piensa que, si te mudas in extremis y te mueres al poco tiempo, se aplicará la normativa de la comunidad de donde venías; en el destino tendrás que haber vivido al menos 2 años y 183 días para que tus herederos tengan derecho a aplicar la normativa de allí.

Estudia qué impuestos son más y menos favorables allí donde vas, porque a lo mejor te toca empezar a pagar Impuesto de Patrimonio y no sale a cuenta.

Y, por descontado, "no finjas una mudanza: Hacienda lo persigue y al final podría no aplicarse la normativa que querías", señalan desde la OCU.

Realiza donaciones, con estrategia y tiempo

En general, puedes transmitir tus bienes con menor coste fiscal haciendo donaciones en vida.

Para empezar, considera que tus parientes pagarán el impuesto de Donaciones de la comunidad donde residan, salvo que les dones inmuebles, que se liquidan aparte, en la comunidad donde se sitúen. Además, tienes que donar con tiempo y no in extremis, porque las donaciones hechas en los 4 años antes de morir no se consideran tales, sino que se acumulan a la herencia y pagan por Sucesiones.

Recuerda también que no debes donar a nadie que no sea de total confianza y recuerda que, si se trata de inmuebles, puedes donar la nuda propiedad y reservarte el usufructo, para seguir usándolos mientras vivas.

En toda donación, los especialistas de la OCU aconsejan cumplir dos objetivos:

1. Reducir el porcentaje que se lleva Hacienda, es decir, el tipo de gravamen: piensa que el impuesto de Donaciones es progresivo y paga más porcentaje una cantidad grande que tres cantidades menores que sumen lo mismo.

Para reducir el tipo de gravamen, hay tácticas: a) No dones de golpe, sino en fracciones; b) Entre una y otra donación, si son a la misma persona, deben pasar al menos 3 años y un día. Si no, se acumulan y sube el tipo de gravamen; c) Si tienes más de un pariente favorito, mejor; cuanto más fragmentes el patrimonio, menor será el impuesto total.

2. No hacer donaciones que te obliguen a ti a pagar IRPF. Hay que saber que, cuando regalas algo, Hacienda lo trata como una venta, y si lo que donas ha ganado valor mientras estuvo en tus manos, tendrás que pagar IRPF por la "ganancia", aunque no recibas nada a cambio.

¿Qué hacer para no pagar IRPF o pagar muy poco? Existen varias opciones: 1) Donar dinero. Por las donaciones de dinero, no tienes que pagar IRPF; 2) No dones bienes que acumulen grandes ganancias, por ejemplo, una casa que tengas desde hace tiempo y se haya revalorizado mucho; 3) No dones bienes que acumulen pérdidas, por ejemplo, unas acciones que siempre han estado cayendo; en este caso, Hacienda no trata la donación como una venta y no deja usar las pérdidas para hacer compensaciones fiscales. Es mejor que primero vendas el bien que acumula pérdidas, para poder materializarlas y emplearlas para pagar menos IRPF, y a continuación dones el dinero obtenido; 4) Un bien cuya donación no obliga a pagar IRPF es la vivienda habitual si tienes más de 65 años (y puedes donar solo la nuda propiedad para vivir allí sin riesgos).

Gástatelo en compañía

De las tres estrategias, esta es la más sencilla. Las otras exigen trámites, engorros, impuestos... Y dependiendo de cuánto patrimonio tengas, es probable que no merezcan la pena. Sin embargo, ¡siempre te puedes gastar el dinero en compañía de los parientes a los que quieres premiar! Llévatelos de viaje, ayúdales con sus estudios, paga bienes de consumo que necesiten, etc.

En principio, todo regalo es una donación, "pero Hacienda no suele perseguir esa clase de liberalidades", aconseja la organización de consumidores.