El pasado 1 de mayo de este año finalizaba el plazo para sustituir los contadores centrales por contadores individuales o repartidores de costes en la mayoría de viviendas o locales que tuviesen calefacción central, según lo dictado por Bruselas para fomentar la eficiencia energética e individualizar y regular el consumo por viviendas. El Real Decreto 736/2020, que se aprobó en agosto de 2020, marcaba un calendario variable en función de las zonas climáticas de los edificios, con algunas excepciones.
Como las comunidades de vecinos acogidas a la TUR de Ahorro Vecinal o TUR 4, que se aprobó el pasado mes de octubre, y que podrían mantener los ahorros de su factura si instalaban estos repartidores de costes o contadores individuales antes del 30 de septiembre de este año (esto significa que debían haber enviado antes del 1 de octubre el certificado de la instalación o una acreditación de que no es viable), así como las ciudades que cuentan con un clima cálido, que no se verán obligadas a instalarlos.
Esta medida afectaría a cerca de 1,4 millones de viviendas, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).
Dentro de las excepciones, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha explicado que, según una orden publicada recientemente, aquellos que tengan la tarifa TUR para comunidades de propiedades, tendrán además hasta el 30 de octubre para enviar a la comercializadora una declaración para justificar por qué en su comunidad todavía no han instalado los contadores individuales o los repartidores de costes, lo que permitiría aplazar la fecha un año más para cumplir con la obligación, es decir, hasta el 30 de septiembre de 2024.
De no hacerlo, la comunidad podrá tener que hacer frente a una penalización, que llegaría entre noviembre y diciembre, y consistiría en un recargo del 25% sobre el consumo durante los meses en que se ha tenido la TUR. Y si para septiembre de 2024 se sigue sin haber realizado la instalación, a todo el consumo beneficiado por la TUR se aplicará un 25% de recargo.
Hay que tener en cuenta quea partir del 1 de enero la comunidad de propietarios deberá pasar al mercado libre, siempre y cuando no se amplía el plazo de la TUR de comunidades, "con un precio previsiblemente más alto, ya que la TUR actual solo estará vigente hasta finales de este año", advierten desde la OCU (@consumidores).
Coste de la instalación
Tanto los repartidores de costes como los contadores individuales permiten calcular el consumo individual de cada vecino a partir de un aparato de medición que se instala en cada radiador y una unidad que centraliza las lecturas. Así que la instalación de uno u otro dependerá del sistema de calefacción central del edificio, si es de columnas (cada radiador está unido al de la planta inferior y la siguiente; el agua se mueve en vertical) o anillos (los radiadores están unidos entre sí; hay una única entrada y salida para cada vecino).
Teniendo esto en cuenta, los contadores individuales serán más efectivos si nuestro sistema de calefacción es de anillos, mientras que el repartidor de costes será más aconsejable para aquella dispuesta en columnas, señalan.
En el caso de instalar repartidores de costes, seguramente se instalen válvulas nuevas en los radiadores que permitirán controlar la temperatura de la habitación. Las termostáticas (regulan de forma automática la temperatura), frente a las manuales (el usuario abre y cierra la válvula para controlar la temperatura), son las más recomendadas para un mayor ahorro y comodidad, aunque todo dependerá de que la pieza funcione correctamente.
En cuanto al coste de la instalación, este variará según el tipo de inmueble y el sistema escogido, pero puede oscilar entre los 500 y los 1.000 euros. "El ahorro conseguido (entre un 20% y un 30% de la energía) hace que la inversión se amortice en unos cuatro años debido a los altos costes de la energía", explica la OCU.
Por otro lado, el sistema más recomendado es el abierto (cualquier persona o empresa puede realizar las lecturas de los dispositivos y la facturación), frente al cerrado (la empresa que los ha instalado es quien los gestiona), ya que "no obliga a la comunidad a quedar vinculada a la empresa propietaria de los repartidores".
Desde la OCU recomiendan además pedir un estudio de viabilidad técnica para que la comunidad se asegure de no tener que volver a realizar otra instalación si estos sistemas resultan ser incompatibles con nuevas tecnologías de calefacción más eficientes y menos contaminantes.
La instalación de contadores individuales, más recomendable
Este dependerá también de si se instalaron contadores individuales o repartidores de costes. Los primeros permiten una estimación directa, "más precisa y transparente", mientras que los segundos necesitan que se haga una serie de cálculos, ya que miden la temperatura del radiador frente a la temperatura ambiente, teniendo en cuenta otros factores, "por lo que al usuario se le puede hacer realmente difícil estimar su consumo real", señalan.
Es por ello que exigen que "las empresas encargadas de las facturaciones estén obligadas a hacer públicos estos factores de corrección para cada comunidad".
Así, la instalación de contadores individuales es más recomendable, ya que aunque su instalación suele ser más cara, compensa su mejor y más sencilla medición del consumo. De hecho, a partir de 2027 será obligatorio que los contadores individuales tengan un sistema de lectura remota.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.