David Vargas
Economía familiar
El coronavirus dispara los trámites para desheredar a los hijos
David Vargas
Foto: Bigstock
Lunes 21 de diciembre de 2020
ACTUALIZADO : Lunes 21 de diciembre de 2020 a las 10:04 H
4 minutos
Salvo en Navarra y el País Vasco, la legislación obliga a dejar un tercio de la herencia a los hijos
Podríamos decir que la gota que ha colmado el vaso ha sido la llegada de la Covid-19. Padres, madres y abuelos que llevan años sin hablar con sus hijos han visto en la situación de pandemia un estímulo para iniciar los trámites para desheredarlos. Y es que el virus ha puesto de manifiesto la triste realidad de soledad y carencias afectivas que padecen muchos de nuestros mayores, que se sienten desatendidos. El problema es que, en la mayoría de las comunidades autónomas, los hijos tienen derecho a recibir al menos un tercio de la herencia, lo que se conoce como “la legítima” y la falta de contacto con ellos no se considera causa suficiente para desheredarlos.
Desde que la pandemia se ha instalado en nuestras vidas, ha habido un aumento a la hora de iniciar los trámites para desheredar a los hijos, incluso después del confinamiento, según apuntan a este diario varias notarías consultadas. La cruda realidad ha hecho que muchos mayores se hayan decidido a dar el paso tras ver que sus hijos siguen sin interesarse por ellos. En muchos casos, esa falta de contacto es fruto de conflictos familiares que se han recrudecido con el tiempo, como sucede en los divorcios en los que los hijos toman partido por uno de los progenitores y dejan de hablarse con el otro (frecuentemente el padre).
Un proceso complejo
Pero una riña o una disputa no bastan para iniciar un proceso de desheredación; según nuestro Código Civil, hay que cumplir al menos alguna de estas dos excepciones recogidas en la ley para dejar sin herencia a nuestros descendientes:
- Ser víctimas de maltrato físico.
- Haber negado, sin motivo legítimo, los alimentos al progenitor o ascendiente que quiere desheredarlo.
No obstante, en esta materia hay que tener en cuenta las últimas sentencias del Tribunal Supremo, que han establecido que el maltrato psicológico a los padres, pudiendo entenderse como tal el menosprecio y abandono, permite desheredar a los hijos, al asimilarse al maltrato de obra.
En cualquier caso, las dificultades para probar las causas de desherencia hacen que el proceso legal sea demasiado complejo y que con frecuencia no tenga mayor recorrido. Es entonces cuando muchos de estos mayores acaban por recurrir a métodos más prácticos, como gastarse los ahorros que tienen o bien empadronarse en Navarra o el País Vasco, las dos comunidades que no reconocen el derecho de legítima y donde podrán hacer testamento seguros de que su dinero se destinará íntegramente a los beneficiarios de su elección.