La nueva crisis económica desencadenada por la guerra en Ucrania, tras la invasión por parte de Rusia, ha colocado a los mayores de 65 años, una vez más, en el centro de la economía de sus familias. Lejos de ser una carga para la sociedad, los sénior están demostrando de nuevo que sus pensiones y sus ahorros, son la malla de salvamento para sus familias.
Ocurrió durante la pandemia, y anteriormente durante la crisis financiera que estalló en 2008. Y ahora vuelve a ocurrir. Una inflación implacable, que acaricia ya los dos dígitos está llevando al límite a muchos ciudadanos y dejando a muchos hogares en la tesitura de tener que elegir entre llenar la nevera o encender la calefacción.
El 43% de los sénior españoles ayudan económicamente a algún miembro de la familia o de su círculo de cercano. Es una de las conclusiones del II Barómetro de Consumidor Sénior, realizado por el Centro de Investigación Ageingnomics, de la Fundación MAPFRE (@fmapfre). De entre quienes ayudan a su entorno familiar, destaca que un 67% se trate de una ayuda que no es esporádica, dado que se produce todos los meses. Por su parte, un 24% reconoce que esa ayuda se produce más de dos veces al año. Y resulta llamativo que en un 39% de los casos en los que el sénior ayuda a algún familiar cada mes, asegura hacerlo pese a que no son dependientes, mientras que en un 28% de los casos reconocen que esa ayuda mensual se produce porque el familiar ayudado es dependiente de él. Esta solidaridad económica en el seno familiar se produce más comúnmente entre quienes viven en áreas urbanas y los que tienen más estudios.
En la misma línea, se sitúan los datos de Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (@MayoresUDP). Según su último Informe del Barómetro Mayores UDP, el 42,2% de las personas payores ayudaron económicamente a sus hijos, familiares o amistades en 2019 y 2020. Y casi nueve de cada diez sénior que proporcionaron esa ayuda económica, la destinaron exclusivamente a sus hijos e hijas.
Son los últimos datos disponibles. Aunque desde UDP, nos advierten de que este 42,2%, con toda probabilidad, habrá subido durante la pandemia y ahora, aún más. Su presidenta, Inmaculada Ruiz, recuerda cómo durante la crisis financiera iniciada en 2018, muchos mayores “hipotecaron su casa para respaldar a sus hijos y evitar su desahucio, y cómo las pensiones de muchos mayores, incluso las más bajas, mantenían a familias enteras”. Los mayores, en efecto, ayudan a pagar la factura de algunos suministros básicos, como la luz; llenan la nevera de sus hijos; o se encargan de los nietos para evitar el gasto en guarderías y cuidadores.
Casi siete de cada 10 hogares españoles viven al día, sin conseguir ahorrar. Según la última encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre la solvencia financiera de los hogares, un 8% sufrían dificultades económicas, dos puntos más que un año antes. En el actual contexto, con una inflación en el 9,8% en marzo, la "ya complicada situación económica de miles de familias" se va a deteriorar, "si cabe aún más". La encuesta refleja que un 34% de los encuestados tiene dificultades para afrontar el pago de los suministros de luz, gas o agua y un 31% para adquirir alimentos básicos como carne o pescado. "La pérdida de ingresos supone serias dificultades para afrontar el pago de los suministros del hogar y adquirir alimentos frescos".
Según una comparativa realizada por LoRIS (Longevity & Retirement Income Solutions) con datos del Banco de España y del Instituto Nacional de Estadística, los hogares encabezados por personas de 55 años o más (el 50% del total) poseen algo más del 66% de la riqueza neta del país. En efecto, la crisis provocada por la pandemia no ha alterado estructuralmente la base del consumo sénior. Cuatro de cada diez séniors consiguen ahorrar entre el 11% y el 30% de los ingresos que perciben, a lo que ayuda el hecho de que ocho de cada diez tenga su hipoteca ya pagada, según el estudio de Fundación Mapfre.
Según los datos del Barómetro de Bienestar Financiero de Intrum, durante la pandemia, un 31% por ciento de los ciudadanos aseguraba que la principal razón que le llevaba a ahorrar cada mes es ayudar a sus hijos o nietos, dos puntos por encima de los que lo hacían un año antes, en 2019. Quienes más sufrieron la caída de ingresos son los adultos jóvenes y los padres y madres de familia. Casi un 15% aseguraba haber pedido dinero a familiares, fundamentalmente a sus padres.
Los sénior tienen menos inestabilidad, sus ingresos son recurrentes, tienen ahorros y su hipoteca, ya está pagada. Los mayores de 50 años, alrededor de 18,6 millones de personas, realizaron en 2019 el 60% del total del gasto de la población española, según el estudio 'Investigando la economía de la longevidad en España’ elaborado por la firma de análisis Oxford Economics en colaboración con la Universidad de Salamanca y el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE) (@cenie_es). Esta cifra supondría un gasto por persona de 17.960 euros. Un dato que contrasta con los 13.970 euros de media de gasto por persona de los residentes en España con edades comprendidas entre los 25 y 49 años.
“Los españoles de edad avanzada constituyen el grupo de edad con mayor poder de adquisición conforme a tres indicadores: ingresos, salarios y pensiones, y ahorros y propiedades”, asegura este informe del CNIE. El colectivo sénior es “capaz de sustentar y de hacer crecer a la economía española gracias a su poder adquisitivo” asegura Óscar González Benito, director de la Fundación General de la Universidad de Salamanca y responsable del CENIE.
Los sénior, no solo son un importante sustento de la economía de sus familias, sino que también, a través de su gasto e inversión, sustentan a las empresas y al Estado. “El gasto realizado por personas entre 60 y 69 años generó en 2019 una contribución directa al PIB de España de 49 655 millones de euros. El gasto del grupo de personas de entre 70 y 79 años y los mayores de 80 años generó otros 33 784 millones de euros y 18 061 millones de euros, respectivamente”, asegura el informe.
