¿Cuánto se tarda en cobrar una herencia?

Cuando una persona fallece, sus herederos tienen que repartirse los bienes, deudas y derechos que forman parte del legado del fallecido. Cada uno de ellos, de manera individual, tendrá que decidir si acepta o rechaza la parte que le corresponde, pudiendo incluso impugnar el testamento, en caso de que lo hubiera.

Si se acepta la herencia, el cobro de la misma puede ser un proceso largo y tedioso en ocasiones, y por eso es necesario saber el tiempo que transcurre hasta que se hace efectivo dicho cobro. Tal y como explican en el blog de Le Morne Brabant Abogados, para poder recibir una herencia después de aceptarla es obtener el Certificado de Actos de Última Voluntad, y mínimo habrá que esperar 15 días hábiles.

Por otro lado, el Registro Civil emite el Certificado Literal de Defunción durante los 10 días después de la recepción de la solicitud. Este segundo plazo se reduce a cinco si se solicita online. 

Una vez tengamos el Certificado de Última Voluntad, habrá que acudir al Notario, lo que suele ocurrir 5 o 7 días hábiles después de que se verifiquen los documentos mencionados. Y es entonces cuando se puede empezar a repartir la herencia. 

Por lo tanto, el plazo mínimo para repartir una herencia oscila entre 20 y 30 días. 

Ahora bien, esto no acaba aquí, ya que habrá que pagar impuesto, como el de Sucesiones, para el que los herederos tienen un plazo de 6 meses, que puede ampliarse a 12 meses.

Por otro lado, si también hay que pagar la plusvalía municipal si se hereda una vivienda, también en un plazo de seis meses cuando se produce por mortis causa. Si no se pagan estos impuestos no se podrá acceder al dinero de la herencia. Todo esto hace que el cobro se pueda dilatar entre seis meses y un año.

¿Cómo se reclama al banco el dinero de una herencia?

Si parte de la herencia que nos corresponde como herederos es el dinero de una cuenta bancaria, también existe un plazo para recibir la cantidad que nos corresponda. Lo primero que hay que hacer es comunicárselo al banco y entregarle los siguientes documentos:

• Certificado de defunción
• Declaración de últimas voluntades
• Copia autorizada del testamento
• Acta notarial de la declaración de herederos
• Libro de familia y certificado de nacimiento de los herederos, en caso de que no tengamos todavía el acta notarial anterior.
• Declaración privada de bienes o escritura de aceptación de herencia.
• Liquidación del Impuesto de Sucesiones y la carta de pago.
• Documento identificativo de los herederos, que puede ser DNI o NIE.

La solicitud para cobrar la herencia hay que presentarla formalmente a la entidad financiera que corresponda.

Una vez se haya presentado, normalmente los herederos suelen recibir el dinero en un mes desde que se acepta y se comprueba la documentación.

Plazos para reclamar una herencia

Otro de los plazos que es importante conocer, es el plazo para reclamar una herencia que no sabías que te correspondía. Esto suele ocurrir cuando el fallecido no ha dejado testamento. El plazo de prescripción es de 30 años, según el artículo 1963 del Código Civil, para ejercer acciones reales sobre bienes inmuebles, aunque en algunos casos este plazo puede verse alterado en función del tipo de bienes de los que se trate, según indican desde el blog Testamento y Herencia. 

El plazo empieza a contar desde la adjudicación del patrimonio y apropiación del mismo por parte de los herederos que han recibido la herencia. Y dependiendo del tipo de bienes que conformen esa herencia, el plazo para reclamarla variará: 

• Pagos periódicos: 5 años.
• Bienes muebles: en el caso de joyas, muebles, coches... Tendremos un plazo de 6 años para reclamar nuestra parte de herencia. 
• Bienes inmuebles: se trata de pisos, casas, terrenos... Tendremos un plazo de 30 años para reclamarlos. 

Hay que tener en cuenta que podrán reclamar una herencia aquellos que tengan derecho a la misma como herederos por testamento o sucesión intestada (sin testamento) y puedan acreditarlo. Si no hay testamento, serán los familiares más cercanos, es decir, en primer lugar, los hijos, descendientes o adoptados, seguidos de los nietos. Si no hay descendientes directos, serán los padres, seguidos del cónyuge, los familiares colaterales (hermanos, sobrinos...) y finalmente los primos.