Así debe redactarse el testamento cuando haya hijos de diferentes matrimonios

El testamento es, según la RAE, la "declaración que de su última voluntad hace alguien, disponiendo de bienes y de asuntos que le atañen para después de su muerte". En otras palabras, es el documento mediante el cual una persona deja por escrito cómo quiere dividir sus bienes y derechos.

Teniendo en cuenta esta definición, redactar el testamento es un paso importante porque en caso de no existir, será la ley quien decidirá por nosotros sobre el destino de nuestros bienes.

A la hora de hacer testamento hay que tener en cuenta que se puede modificar tantas veces como se quiera y que solo se tendrá en cuenta la última modificación. 

Los hijos, herederos forzosos

El cónyuge y los descendientes son conocidos como herederos forzosos, y por eso es importante saber qué ocurre cuando se tienen hijos de matrimonios distintos.

Para tranquilidad de todos, desde Aide Abogados aclaran que "nuestro Código Civil no hace diferencia entre los hijos de un matrimonio de los habidos fuera del mismo". Es decir, los hijos de una misma persona, independientemente de con quién los haya tenido, tendrán los mismos derechos en el reparto de la herencia. Lo mismo ocurre con los hijos adoptados, son iguales ante la ley.

El conflicto, sin embargo, puede surgir con los hijos del otro cónyuge, que no son, por tanto, hijos del testador. En este caso, la ley permite dejar en herencia el tercio de libre disposición, que como su propio nombre indica, puede repartirse de forma libre, una vez se haya cumplido con el reparto de la legítima (cantidad mínima que por ley corresponde a los herederos forzosos) y la mejora (también destinada a uno o más herederos).

Excepciones

Aunque esto que se ha explicado anteriormente es lo que generalmente sucede, no es extraño encontrarse ante la siguiente situación: una persona con hijos compra una casa antes de volver a casarse, y tras contraer matrimonio de nuevo pide una hipoteca. 

En este caso, tal y como explican los abogados mencionados anteriormente, lo que ocurre es que el inmueble tendría una naturaleza mixta: "Es privativa la parte sobre el valor que representan las cuotas que pagó antes de celebrar su matrimonio y puede tener carácter ganancial la parte que ha ido liquidando tras el matrimonio", comentan. Esto hace que la segunda esposa o esposo tenga participación sobre las cuotas, haciendo que sus hijos tengan también derechos tras el fallecimiento.