Estamos en plena campaña de la declaración de la Renta. Muchos contribuyentes ya han rendido cuentas ante la Agencia Tributaria en relación al ejercicio 2020. Muchos otros están a la espera de que se abra el plazo para la atención telefónica y presencial. Y, por último, no son pocos los que habrán obtenido el borrador de la declaración y no se atreven a presentarlo, con mil y una dudas sobre la mesa: no sé si he rellenado bien todos los datos del programa Renta web, quizá se me escape alguna desgravación, las inversiones, ¿este ingreso debe ponerse?, no estoy obligado a presentar la declaración, pero quizá me compense. Es en ese momento, cuando nos preguntamos, ¿y si recurro a un gestor?
Lo que cuesta que nos hagan la declaración de la Renta
La tarifa por que una gestoría o una asesoría fiscal haga la declaración de la renta es muy variable. La dificultad que entrañe cada declaración es el factor que más influirá en el precio. En el caso de declaraciones sencillas, en las que tan solo haya que revisar el borrador de la declaración y completar alguna deducción familiar o autonómica, repasar que todo esté bien y presentar la declaración, el precio que cobra una gestoría ronda los 50 euros aproximadamente.
Y a partir de aquí el precio subirá en función de la dificultad que entrañe la declaración de la renta: 70 o 75 euros con un poco de dificultad, y 100, 120 y hasta 150 euros o incluso algo más en el caso de declaraciones más complejas.
En ocasiones también puede haber pequeñas variaciones en el precio en función de que acudamos a una gestoría solo para esta gestión, o si ya somos clientes habituales. En el caso de autónomos, que cuentan con una gestoría que se encarga de todas sus gestiones, como la presentación trimestral del IVA, probablemente contarán con un precio especial cuando toque presentar el IRPF.
La pregunta es, ¿qué se considera una declaración compleja?
El tiempo que dedique el gestor para revisar una declaración del IRPF y rellenar todos los epígrafes hasta su presentación definitiva será el que determine el precio final.
En la medida en la que hay inversiones financieras, compraventa de acciones, ETFs; aportaciones a planes de pensiones; rescate de esos planes de pensiones; si hay una venta de un inmueble de por medio; si hay rendimientos por una vivienda que tengamos puesta en alquiler; si eres autónomo y en la declaración hay, por tanto, actividades empresariales, amortizaciones, deducciones propias de la actividad empresarial; si hay una doble imposición internacional por estancias en el extranjero… son elementos que añaden complejidad al impuesto.
¿Compensa que te hagan la declaración de la Renta?
El hecho de que un profesional se encargue de nuestra declaración de la Renta tiene dos ventajas fundamentales. En primer lugar, nos asegura de sacar todo el partido posible a la declaración de la Renta. Un gestor fiscal conoce al dedillo todas las casillas y todos los recovecos del Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas. No habrá deducción posible que se le escape, lo que puede marcar la diferencia entre un borrador que salga a pagar o a devolver.
En segundo lugar, si un profesional elabora nuestra declaración de la Renta podemos estar tranquilos de que no contendrá errores y por tanto, que no hay posibilidad de sanciones por parte de Hacienda ni de que en el futuro tengamos que hacer una declaración complementaria.
Ahora bien, en caso de declaraciones muy sencillas, pero con contribuyentes muy poco familiarizados con la terminología tributaria, o con las nuevas tecnologías como para enfrentarse al programa Renta Web, lo ideal es esperar a que se abra el plazo para pedir cita y que sea la Agencia Tributaria quien nos haga la declaración de forma presencial, en alguna de sus oficinas.