Si tenemos en cuenta que la hipoteca es -casi- para toda la vida, no es de extrañar que aún son muchos los contribuyentes que podrán desgravarse parte del precio que pagan cada año en la hipoteca en su vivienda habitual, pese a que la desgravación por hipoteca de vivienda habitual desapareció hace ya ocho años.
El próximo miércoles 7 de abril arranca la campaña de la Renta 2020-2021, que se extenderá hasta el 30 de junio. Muchos contribuyentes se preguntan si podrán acogerse a esta jugosa desgravación. Estas son las condiciones:
- Haber comprado la vivienda antes del 1 de enero de 2013.
- Haber aplicado la deducción para desgravar la hipoteca en el ejercicio de 2012 o de años anteriores.
Solo las hipotecas anteriores a 2013
La deducción por compra de la vivienda habitual quedó eliminada a partir del 1 de enero de 2013 pero, este cambio fiscal no se aplica con efecto retroactivo. Quien comprara una residencia, la habitual, con una fiscalidad determinada, seguirá disfrutando de ella. Así, quienes su compraron el inmueble y formalizaron la hipoteca antes del 31 de diciembre de 2012, siguen teniendo derecho a la desgravación.
Quienes cumplan con esta condición, en la declaración de la Renta correspondiente al ejercicio 2020 podrán desgravar un hasta un 15% de lo que hayan pagado por su hipoteca durante ese año. El 7,5% en el tramo autonómico, y otro porcentaje igual, aunque puede ser diferente según la comunidad, en el tramo autonómico.
La deducción puede aplicarse sobre una base máxima de 9.040 euros anuales. Por tanto, la deducción máxima está en 1.356 euros.
¿Y qué ocurre si la hipoteca es compartida entre dos personas? "Si estas hacen su declaración conjuntamente, podrán practicar la deducción sobre un máximo de 9.040 euros anuales", explican los expertos de HelpMyCash. En cambio, si hacen la declaración de forma separada, cada uno podrá aplicarse una desgravación sobre lo que haya abonado individualmente por el préstamo hipotecario, aunque también sobre la misma base máxima.
Cancelar el crédito o los seguros de vida y hogar, cuentan como gastos deducibles
En la base máxima de 9.040 euros anuales se pueden incluir todos los gastos relacionadas con la hipoteca: la cuota hipotecaria normal, si se han realizado amortizaciones anticipadas, gastos de constitución, modificación o cancelación del crédito, las comisiones y los productos asociados, como los seguros de vida o de hogar, por ejemplo.
Las hipotecas modificadas también pueden deducirse
Si en 2020 se ha modificado la hipoteca de algún modo, se puede seguir aplicando la desgravación sobre lo pagado para amortizarla: si se ha adelantado capital (reembolso anticipado), si se ha llevado a cabo una novación (pacto con la entidad para cambiar las condiciones) o una subrogación de acreedor (traslado del préstamo a otro banco), si se ha contratado una nueva hipoteca para refinanciar el crédito original.
Desde HelpMyCash.com explican que los criterios para acceder a la desgravación de vivienda habitual son válidos para hipotecas modificadas. Según la Agencia Tributaria, cambiar las condiciones de un préstamo no modifica su finalidad, que es comprar el inmueble, así que los que lo hayan hecho no pierden su derecho a practicar la deducción por adquisición de vivienda habitual.
Ahora bien, hay una salvedad. Si esa hipoteca se modificó para ampliar su capital, la deducción no podrá aplicarse sobre lo amortizado para devolver el dinero de esa ampliación.
Una desgravación polémica
Corría el verano de 2012, cuando Mariano Rajoy anunciaba la supresión definitiva de la desgravación por compra de vivienda habitual para los nuevos compradores que adquirieran su vivienda habitual a p artir del primer día del año 2013. Objeto de discordia entre socialistas (que abogaban por la supresión) y populares (que habían prometido mantener la deducción), finalmente sería Rajoy quien eliminara la deducción obligado a recortar gastos para el Estado por la situación de crisis.
En realidad, era Bruselas quien reclamaba a España suprimir esta generosa deducción. En opinión de la Unión europea, esta ayuda fiscal inducía al endeudamiento de las familias, frenaba el mercado del alquiler y era el motivo de la burbuja inmobiliaria.
La desgravación consistía en que todos aquellos que estuvieran pagando su vivienda habitual podrían deducirse cada año hasta el 15% de los primeros 9.000 euros que dedicquen a pagar su casa. Es decir, cada propietario podía deducirse al año unos 1.350 euros o unos 2.700 euros, en el caso de parejas. La misma que se sigue aplicando hasta que se extingan esas hipotecas.