Cuando una persona fallece, sus bienes, derechos y obligaciones pasan a otras personas en lo que se conoce como herencia. Hay muchos aspectos que debemos conocer para hacerla correctamente y asegurarnos de que nuestras posesiones se entregan de la forma deseada. En este caso, cobran especial importancia las figuras del administrador de bienes y albacea.
Lo primero es diferenciar la una de la otra. En ambos casos, el albacea y el administrador de la herencia representarán la herencia del fallecido hasta que esta sea repartida entre todos los herederos, siempre cumpliendo la voluntad de la persona que redactó el testamento. La principal diferencia radica en la persona que los designa, es decir, el albacea es nombrado por el testador, mientras que el administrador es designado por un tribunalcuando no hay testamento, no es válido o los herederos no se ponen de acuerdo en el reparto.
Deberes y funciones
Es importante tener claro cuáles son los deberes y funciones de cada una de estas figuras. El administrador de la herencia tendrá que elaborar un inventario de todos los bienes, propiedades, activos y deudas del fallecido, y notificar a los bancos y otras organizaciones sobre el fallecimiento de la persona.
Así lo explican desde el blog Heredaria, donde indican que el albacea tendrá que seguir "en todo momento" la voluntad expresada en el testamento por la persona fallecida, por lo que lo primero que tendrá que hacer es obtener una copia del testamento. Seguidamente, deberá informar en su caso a bancos y agencias gubernamentales sobre el fallecimiento de la persona y saldar cualquier deuda que pueda haber dejado.
En cuanto a sus funciones, en el primer caso, el administrador deberá también que pagar las deudas pendientes del fallecido a la Administración Pública y a cualquier otro acreedor. Una vez cumplida esta parte, se encargará de distribuir los bienes y las deudas restantes entre los herederos. Por último, tendrá que elaborar un informe sobre cómo se ha aplicado el reparto de esos bienes.
Por su parte, el albacea tendrá que proteger todos los bienes y propiedades del fallecido hasta que sean entregados a los herederos.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.