Toni Esteve
Economía familiar
Los errores a evitar a la hora de lanzarse a ser autónomo
Una buena idea no es suficiente para desarrollar un negocio
En épocas como la actual, en que el empleo no pasa por su mejor momento, emprender suele convertirse en una forma de salir del desempleo, cambiar situaciones laborales difíciles o quizás complementar una pensión. Otras veces, en cambio, quienes se autoemplean buscan la libertad de convertirse en su propio jefe o bien ganar más dinero, aunque sólo si el negocio funciona y está bien planteado es posible que produzca más ganancias que un empleo por cuenta ajena. El incentivo del emprendedor es que si el negocio obtiene beneficios, estos son suyos.
Ahora bien, emprender significa asumir el riesgo de perder todo lo invertido (dinero, tiempo, energía y prestigio personal); ser el responsable final de todo lo que ocurre en el negocio; y sacrificar tiempo para la familia o el ocio.
Los errores más frecuentes
Si has decidido adentrarte en el mundo del autoempleo, toma nota de estos errores más frecuentes en la vida del emprendedor que detalla el plan de educación financiera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (@CNMV_MEDIOS) y el Banco de España (@BancoDeEspana):
1. Dar por supuesta la viabilidad del negocio. Una buena idea no es suficiente para desarrollar un negocio.
2. No tener claro cómo es el cliente. Ponte en la piel del cliente a la hora de adquirir tu producto/servicio.
3. Los productos no interesan por igual a todo el mundo. Es importante identificar a quién interesa su producto/servicio: aquí es donde cobra importancia el estudio del mercado en el que quieres competir. Vuélvete experto en tu competencia directa e indirecta. Es decir, averigua qué hacen y cómo lo hacen las empresas que venden los mismos productos/servicios que tu piensas implementar, o que, aunque sean distintos, cubren las mismas necesidades. Y, por supuesto, conoce muy bien a tus futuros clientes: ¿por qué consumirán tu producto y no los de la competencia?
4. Confiar en que llegará clientela. Sin anuncios publicitarios o estrategias de marketing es difícil que los clientes se enteren de tu existencia: hazte conocer.
5. Olvidarse de la tesorería. Es un error muy común olvidarse de cuánto necesitarás para pagar el día a día de tu negocio hasta que empieces a ganar más dinero del que gastas. Por ello, cuando calcules la inversión inicial necesaria es fundamental incluir en ella una previsión realista de ese dinero.
6. Dar por segura la financiación externa. Si bien los bancos solicitan garantías a la hora de conceder préstamos, también se fijan en que los proyectos sean viables, porque esta es la primera garantía de la devolución del préstamo.
7. No preocuparse por el ‘papeleo’. Es importante que consideres lo que tardarán en tramitarse los diferentes permisos que necesitas para montar tu negocio, especialmente los del ayuntamiento o los de sanidad (si es un negocio alimentario). Abrir un negocio sin los permisos es correr un riesgo administrativo.
8. Despreocuparse del día a día. Aunque las ventas vayan bien, no descuides los detalles de la atención al cliente, los tiempos de entrega o el servicio posventa.
En cualquier caso, lo primero que debe preguntarse quien quiera emprender su propio negocio es si tiene la motivación, los conocimientos y la personalidad necesarios. ¿Dominas los términos y las técnicas del sector en el que deseas establecerte con tu producto o servicio? ¿Cuentas con tiempo? ¿Puedes trabajar bajo presión? ¿Eres optimista y confías en sí mismo? ¿Sabes vender tus ideas?
Si la respuesta a las preguntas anteriores es afirmativa ya tienes mucho ganado. Ahora el éxito de tu negocio dependerá de tu tenacidad y de la manera como lo gestiones, más que de la idea: cualquiera puede tener una idea, pero sólo unos pocos la llevan a cabo con éxito.