Qué gastos paga el inquilino y cuáles el propietario en un piso de alquiler

El alquiler representa el 18% del total del parque de viviendas en España, con 3,4 millones de inmuebles, y tiene potencial para llegar hasta el 35% en los próximos años, según datos del Observatorio Español del Seguro de Alquiler. Y es que el porcentaje de personas que alquilan vivienda en España ha ido aumentando a un ritmo medio anual del 0,5% durante los últimos 15 años, lo que representa unos 90.000 nuevos hogares de alquiler cada año. Muchas veces, cuando alquilamos una vivienda por primera vez, no surgen las dudas sobre qué gastos debemos pagar como inquilinos y cuáles le corresponden al dueño del inmueble.

El alquiler, en la mayoría de los casos, no implica los gastos obligatorios derivados de la propiedad de la vivienda, como algunos seguros de hogar, impuestos, mantenimiento y gastos de la comunidad de vecinos, que ni se recuperan al vender ni aportan ninguna ventaja fiscal. Ahora bien, como se establece una relación contractual entre ambas partes, puede pactarse y quedar reflejado en el contrato de arrendamiento que en el precio del alquiler ya esté ya incluida la parte correspondiente a las tasas de la comunidad de vecinos, basuras, limpieza, garaje o gastos de mantenimiento, por ejemplo, o que por el contrario se pague aparte. También se puede dar el caso de que esos costes los asuma directamente el propietario sin pedirle nada al inquilino.

Obviamente, el contrato de alquiler tampoco implica gastos tan importantes como el de compra de una vivienda (aparte de la entrada, los gastos de formalización de hipoteca -escritura, impuestos, etc.-, pueden ascender al 10% de su importe). En el caso del alquiler, a lo sumo tendrás que prestar una fianza inicial o soportar el coste de un aval bancario que cubra algunas mensualidades.

Suministros del hogar y desperfectos

Lo que también deberá pagar el inquilino son las facturas devengadas por el gasto que haga de la electricidad, el agua y el gas mientras resida en ese piso como arrendatario. Quien vive de alquiler también deberá hacerse cargo de los desperfectos que pueda causar, tanto en la casa como a los muebles y enseres que figurasen como parte del equipamiento de la vivienda y estuvieran reflejados en el contrato de alquiler. Solo en el caso de que se trate de daños estructurales del inmueble o causados por otros vecinos que afecten a la habitabilidad de la vivienda, así como de elementos de la casa que se hayan estropeado por un fallo del mismo, será el dueño de la casa quien debe pagar los arreglos.