Ser mujer, mayor de 65 años y vivir en España, supone una mayor probabilidad de vivir en un hogar más pobre que en el que puedan vivir la mayor parte de los hombres de su misma edad. Existe una brecha de género relativa a la riqueza a partir de los 65 años entre hombre y mujeres mayores, que no se da en las franjas de edad inferiores. De hecho, los hombres mayores poseen en torno a 16.000 euros más de riqueza media equivalente. Y cerca del 31% de las mujeres mayores de 65 años cuenta con menos de 2.000 euros de patrimonio financiero disponible, seis puntos porcentuales más que los hombres. Son algunas de las principales conclusiones del estudio ‘Los hombres, ¿viven en hogares con más patrimonio que las mujeres?’ del Observatorio Social de la Fundación La Caixa.
A partir de los 65 años de edad, coincidiendo con la caída de ingresos por la jubilación, el patrimonio, o lo que es lo mismo, el ahorro de toda una vida, constituye un recurso económico fundamental para las personas mayores. En España, las mujeres a partir de los 65 años tienen más probabilidades que los hombres mayores de vivir en hogares con un patrimonio muy escaso, por lo que corren un riesgo más elevado de sufrir situaciones de privación económica grave.
La esperanza de vida, más larga en el caso de las mujeres, y la mayor probabilidad de enviudar antes, parecen ser factores determinantes en la brecha de género de patrimonio. “Los hombres fallecen a edades más jóvenes y además suelen ser mayores que sus parejas” explica el investigador encargado del informe, Diederik Boertien, del Centro de Estudios Demográficos. “Estos dos factores causan que, aunque la mayoría de la población tiene pareja en algún momento, las mujeres son más propensas a vivir solas en edades avanzadas. Y las personas que viven solas tienen menos riqueza que las personas que viven en pareja, también después de tomar en cuenta que los hogares más grandes también tienen más gastos”.
Observatorio Social de la Fundación La Caixa
“Entonces esos dos factores demográficos: diferencias en esperanza de vida y el hecho de que, al promedio, las mujeres son más jóvenes que sus parejas, hacen que las mujeres mayores vivan en hogares menos ricos que hombres mayores. Para ser más precisos, al promedio, las mujeres mayores tienen 16.000 euros menos riqueza que los hombres mayores”, explica Boertien.
Esta diferencia no se detecta en las franjas de edad inferiores, aunque es posible que los hombres tengan más control sobre la riqueza de los hogares que las mujeres, algo que no se ha podido comprobar en este estudio. “Diferencias en riqueza pueden surgir porque las mujres tienen menos acceso a la riqueza dentro de un hogar. Y esta es una fuente importante de desigualdad de género”, cuenta el investigador.
Además, el estudio advierte de que en torno al 31% de las mujeres de más de 65 años cuenta con menos de 2.000 euros de patrimonio financiero disponible, después de toda una vida, en comparación con el 25% de los hombres mayores de 65 años, que se encuentran en la misma situación.
Dado que, en la vejez, las mujeres tienen más probabilidades de haber perdido a su pareja, corren un riesgo más elevado de vivir en hogares con unos niveles de patrimonio ínfimos y, en concreto, con unos niveles de patrimonio financiero muy bajos. Ello puede acarrear consecuencias graves para las mujeres mayores, puesto que, al alcanzar la vejez, el patrimonio seguramente constituye el factor más importante para el bienestar financiero.
Este gráfico muestra el porcentaje de hombres y de mujeres que viven en hogares con un nivel total de patrimonio del hogar determinado, indicado en las dos primeras columnas del gráfico. Las otras dos columnas muestran los resultados obtenidos usando la citada riqueza equivalente, que tiene en cuenta el número de miembros que conforman un hogar. En comparación con los hombres, las mujeres mayores tienen más probabilidades de vivir en hogares muy vulnerables con respecto al patrimonio.
Así, el 9,6% de las mujeres mayores de 65 años, por ejemplo, viven en hogares con menos de 10.000 euros de riqueza disponible, frente al 6,8% de los hombres mayores de 65 años.
“Aún no vemos un papel importante por las diferencias de sueldos u otros factores que pueden causar que los hombres solteros tengan más riqueza que las mujeres solteras, esto puede parecer sorprendente, pero tiene que ver con las coortes que estamos estudiando”, explica Diederik Boertien. “En estas coortes la mayoría de las personas ha vivido en pareja gran parte de sus vidas, entonces diferencias economicas entre hombres y mujeres existían principalmente dentro de los hogares”.
Es decir, las mujeres que hoy son mayores de 65 años han vivido una realidad social en la que lo habitual era casarse y vivir en familia. “Antes de llegar a edades avanzadas la mayoría de mujeres convive en pareja con un hombre. Entonces para este grupo hay pocas diferencias de género en términos de la riqueza del hogar”. Sin embargo, la realidad social es hoy mucho más compleja. El hecho de que el modelo familiar haya cambiado y que sean muchas más las mujeres que viven solas en su juventud, agravará la brecha de la riqueza cuando cumplan los 65 años en adelante. “En las coortes más jóvenes los hombres y las mujeres son más propensos a vivir solos por grandes partes de sus vidas, entonces es probable que esto se traslade en diferencias de género y riqueza, más grandes en el futuro”, advierte Boertien.
“Todos sabemos que las mujeres cobran sueldos más bajos que los hombres, pero sabemos mucho menos sobre las diferencias en riqueza. Con riqueza queremos decir el valor total de las pertenencias de un hogar, esto incluye cosas como dinero en el banco o el valor neto de la casa, por ejemplo”, añade el investigador. La brecha salarial hace que a lo largo de la vida laobral los hombres puedan acumular más riqueza.
Según recoge la última Encuesta Anual de Estructura Salarial, del Instituto Nacional de Estadística (INE), la mujer trabajadora sufre una brecha salarial del 18,7%. Hablamos de un salario bruto anual de 27.642 euros, el de ellos, frente a los 22.467 euros al año de ellas.
La brecha salarial es una realidad para la mujer en todos los tramos de su vida laboral, pero se acrecienta con la edad. Según datos de UGT, frente a la citada brecha salarial general, las mujeres mayores de 65 años soportan un 33,93%. A esta primera brecha hay que añadir otras tres, que se alimentan entre sí. En primer lugar, está la brecha del paro. Según datos del INE, el paro femenino es 3,6 veces superior al masculino. En segundo lugar, a partir de los 65 años el porcentaje de mujeres que siguen trabajando es mayor respecto al de los varones. Ellas cuentan con carreras de cotización más cortas y les resulta más difícil acceder a la jubilación anticipada. En muchas ocasiones, vieron interrumpida su carrera laboral para ocuparse de la familia.
Pero cuando finalmente logran jubilarse, se topan con la cuarta brecha: la de las pensiones. Un salario más alto implica una mayor pensión de jubilación. La brecha en las pensiones asciende al 34,29%. Las jubiladas cobran de media 866,36 euros mensuales, frente a los 1.318,41 euros que perciben los hombres, es decir, la nómina de una jubilada es 452 euros inferior en promedio a la que recibe un jubilado.
