Llenar la cesta de la compra aunque sea con los productos básicos, pagar las facturas de gas, electricidad o calefacción, en suma, llegar a final de mes, es una misión muy difícil, casi imposible, para millones de pensionistas españoles por culpa de la espiral inflacionista, que ha llevado los precios de consumo a registrar alzas históricas del 9,8% anual en marzo, y que en abril se ha moderado, situando el aumento de precios en el 8,3% interanual, pese a lo cual la situación real es que el coste de la cesta de la compra se ha encarecido en un año el doble de lo que han subido las pensiones.
No cabe duda. Los datos recién publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que los pensionistas, de hecho, se han empobrecido un 4% en lo que va de año, debido a que sus nóminas contributivas se han revalorizado de media el 4,1% en 2022 (sumando el 2,5% de subida que les aplicaron en función del IPC medio anual, más el 1,6% que les abonaron por desviación de la inflación de 2021), frente al citado 8,3% que se han disparado los precios en abril. La revalorización para las pensiones mínimas y no contributivas fue algo superior: el 3% general, más el 1,6% de desvío.
Fuente: INE
Según las estadísticas del INE, el leve abaratamiento de la electricidad y las gasolinas ha hecho que los precios bajen el 0,2% en abril en relación al mes anterior, lo que sumado al recorte de su tasa interanual en 1,5 puntos, hasta el 8,3%, señala que la inflación en España está frenando. Otro dato esperanzador es que, pese a que el IPC sigue en niveles inusualmente elevados, este indicador no bajaba tanto en un solo mes desde hace más de 35 años, concretamente desde enero de 1987.
Sin embargo, el fuerte incremento de los alimentos y el nivel preocupante de la inflación subyacente reavivan el temor a que se esté produciendo ya un efecto contagio, es decir, que la espiral (supuestamente transitoria) de los precios de la energía se esté trasladando a una subida de precios en todos los órdenes del tejido productivo español.
En suma: la desaceleración de la inflación general (toda la cesta de la compra que mide el INE) no impide la preocupación por la tendencia al alza que mantiene la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) desde hace meses. En abril ha aumentado un punto, hasta dispararse al 4,4%, que significa su valor más alto desde diciembre de 1995. De este modo, pese a que la inflación subyacente se sitúa casi cuatro puntos por debajo de la tasa del IPC general, indica que las tensiones inflacionistas de la economía española persisten y existe riesgo de enquistamiento de la espiral alcista.
Los alimentos cuestan un 10% más que hace un año
Los precios de los alimentos registraron en abril una tasa interanual del 10,1%, más de tres puntos superior a la de marzo, por la subida generalizada de la mayoría de sus componentes, destacando el encarecimiento de la carne, el pan y los cereales, las legumbres y hortalizas, así como la leche, el queso y los huevos.
Fuente: INE
Con los datos del INE en la mano se constatan algunas subidas espectaculares. Así, en el último año (abril de 2022 sobre el mismo mes de 2021), lo que más ha subido de precio son el grupo de "otros aceites" (+96,2%); los combustibles líquidos (+95,7%); los hoteles y hostales (+50,5%); el aceite de oliva (+42,5%) y la electricidad (+34,9%).
Por rúbricas, destacan los aumentos interanuales de los precios de la calefacción, el alumbrado y la distribución de agua (+35,2%); los aceites y grasas (+48,4%), los huevos (+21,6%), los cereales y derivados (+13,7%) y el transporte personal (+13,2%). También registran alzas de dos dígitos las legumbres y hortalizas (+12,8%), la carne de ave (+12,7%), la carne de vacuno (+11,4%), la carne de ovino (+10,7%), el café, el cacao y las infusiones (+10,2%) y el pan (+10,1%).
El INE detalla que en abril, sin tener en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos, el IPC interanual alcanzó el 9,3%, un punto por encima de la tasa general del 8,3%. Así lo refleja el IPC a impuestos constantes que el organismo también publica en el marco de esta estadística.
Sindicatos: el poder de compra, "en jaque"
La carestía de precios es generalizada e inasumible para una gran mayoría de los 9,9 millones de pensionistas contributivos, pero resulta dramática para los 2,2 millones que cobran pensiones mínimas y los 445.900 que reciben una no contributiva. Esta situación está arreciendo las reivindicaciones de los movimientos y plataformas de pensionistas, que reclaman la revalorización de las pagas con el IPC real, el mantenimiento del poder adquisitivo y un contrato social para las pensiones mínimas y no contributivas, como medidas inmediatas.
Fuente: Seguridad Social
Ante la constatación de la merma de poder adquisitivo por causa de la inflación, UGT alerta de que "pone en jaque" el poder de compra de los hogares y la recuperación económica. El sindicato denuncia que el alza persistente de la energía ha terminado extendiéndose al resto de bienes básicos, registrándose un encarecimiento de los alimentos superior al 10%. Ante la posibilidad que la inflación se mantenga en niveles elevados en los próximos meses por la guerra en Ucrania y los cierres parciales en China, UGT reclama "medidas excepcionales que promuevan un reparto justo del coste de la inflación".
A su vez, CCOO culpa a la "avaricia de los empresarios" de estar provocando una espiral inflacionista. "Los empresarios están repercutiendo el aumento de los precios de los costes de producción a los precios para mantener sus márgenes de beneficios", denuncia el secretario de Estudios y Formación Sindical de CCOO, Carlos Gutiérrez, quien incide en que "esta situación no es justa", ya que cada mes cuesta más llenar la cesta de la compra.
Muy contundente es el secretario general de USO,Joaquín Pérez, para quien es "una burla" tener que alegrarse de que el IPC suba un punto y medio menos que en marzo. Coincide en que los altos precios de la energía y el transporte están repercutiendo ya en el resto de productos, como se observa en el hecho de que la inflación subyacente (4,4%) esté más cerca de la inflación real, y propone ligar los salarios al IPC real, no al subyacente o "a cualquier otro invento, como se hizo con las pensiones".
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).