
Los problemas de no hacer testamento: conflictos entre herederos y aumento de costes
También aumenta el riesgo de bloqueo de la herencia

El testamento es un documento clave para el reparto de la herencia, no solo porque el testador se asegura de que se cumplirá su voluntad, sino porque sus herederos se ahorrarán problemas y conflictos entre ellos.
Porque uno de los mayores problemas que tiene no dejar testamento es que aumenta los costos. Sin un documento oficial, los familiares deben gestionar una declaración de herederos ante un notario o incluso ante un juez, dependiendo del grado de parentesco.
Este proceso, que cuesta entre 200 y 300 euros, se suma a otros gastos adicionales como tasas, desplazamientos y otros trámites.
Además, los impuestos de sucesión siguen siendo una carga, y sin una planificación adecuada, los herederos pueden verse obligados a rechazar la herencia si no pueden afrontar los pagos.
Tiempo perdido en trámites
El reparto de la herencia puede tardar meses en resolverse. Si hay testamento, los trámites pueden iniciarse en un par de semanas. Sin él, el proceso podría extenderse más de dos meses, o incluso mucho más si los herederos son parientes lejanos.

Durante este tiempo, las cuentas bancarias quedan bloqueadas, no se pueden vender propiedades y los bienes permanecen inmovilizados, y por lo tanto los familiares no pueden hacer nada.
Carga emocional adicional en el duelo
Sin testamento, los familiares tienen que presentar testigos que confirmen su relación con el difunto en pleno duelo por la pérdida del mismo.
Este proceso puede generar tensiones entre los parientes, dando lugar a conflictos.
Riesgo de bloqueo total de la herencia
La herencia puede llegar a bloquearse si los trámites se estancan. Esta es otra de las consecuencias de no dejar hecho testamento y de que ninguno de los herederos forzosos reclame los bienes.
En casos extremos, si los herederos no aparecen, la herencia podría ser asignada directamente a la Administración.