Toni Esteve
Economía familiar
¿Qué tipos de préstamos hipotecarios hay?
Se comercializan con multitud de nombres, pero básicamente existen cuatro tipos
Un préstamo hipotecario es aquel en el que, además de la garantía personal, el inmueble queda afectado como garantía del pago del préstamo. Esta característica es la que hace posible que los hipotecarios tengan un interés más barato que otras modalidades de préstamos que nos ofrecen las entidades financieras. Además, como la cuantía de la inversión es alta, el plazo para su devolución suele ser más largo, precisamente para facilitar su pago.
La oferta de préstamos hipotecarios es muy amplia y la multitud de nombres con los que se comercializan pueden dificultarnos la elección. Pero, según el Ministerio de Consumo (@consumogob), principalmente, existen cuatro tipos básicos de préstamos:
Interés fijo
El tipo de interés permanece constante durante toda la vida del préstamo: suban o bajen los tipos de interés, el cliente siempre pagará lo mismo cada mes. Eso te da cierta seguridad, pero también tiene el inconveniente de no poder beneficiarse de las bajadas de los tipos. Se trata, por tanto, de una decisión en la que se puede ganar o perder. Otra característica de este tipo de préstamos es que suelen tener un plazo más ajustado para devolverlos y la comisión por amortización anticipada es mayor. Este último punto es importante tenerlo en cuenta si tienes pensado destinar parte de tus ahorros futuros a ir reduciendo el importe de las cuotas del préstamo o el plazo.
Interés variable
Esta clase de préstamos sí que permite beneficiarse de las rebajas de los tipos aunque, lógicamente, también recoge las subidas. Su principal ventaja es que el interés del préstamo nunca queda desfasado, ya que periódicamente –normalmente cada doce meses– se actualiza a los precios del mercado. Estas son sus principales características: el interés varía al ritmo del mercado, el plazo de amortización es mayor –puede llegar a treinta años, dependiendo de la edad del que solicita el préstamo– y la comisión por amortización anticipada no acostumbra a superar el uno por ciento. En esta modalidad es importante distinguir entre lo que es el tipo de interés del primer periodo –válido para los seis o doce meses iniciales-, que en ocasiones viene a ser como una promoción inicial, y el que regirá los años sucesivos y que estará determinado por los índices más el diferencial añadido que se explican más adelante.
Interés mixto
Se conocen así a los que combinan un periodo en el que el interés permanece fijo y otro en el que éste es variable y se va ajustando al mercado. El plazo de amortización y las comisiones por cancelación anticipada suelen ser parecidos a los variables. Combinan las ventajas e inconvenientes de los préstamos fijos y los variables aunque, al acotar dos periodos diferentes, los riesgos quedan más diluidos.
De cuota fija
Son préstamos a interés variable pero se asemejan a los préstamos a tipo fijo en la medida en que el cliente siempre paga la misma cuota al margen de la evolución de los tipos de interés. La diferencia es que si los tipos suben, en lugar de pagar más cuota, se alarga el plazo de amortización; y si bajan, se acorta. Su principal problema es la incertidumbre. El cliente no sabe a ciencia cierta cuándo terminará de pagar el préstamo, ya que depende de la evolución de los tipos. A cambio de esta incógnita tiene la seguridad de que su cuota no variará ni un euro en toda la vida del préstamo.