María Liébana
Economía familiar
¿Se puede desheredar a un hijo?
María Liébana
Jueves 21 de mayo de 2020
ACTUALIZADO : Viernes 20 de noviembre de 2020 a las 14:46 H
4 minutos
Un heredero forzoso tiene derecho a su parte de la legítima, incluso aunque el testador no lo nombre
Uno de los temas que más dudas suscitan sobre el mundo de las herencias es si existe la posibilidad de desheredar a un hijo. Es un tema delicado, muchas veces doloroso y que levanta bastante controversia. Aunque, a pesar de lo que pudiera parecer, la desheredación de padres a hijos se solicita más veces de las que pensamos.
La desheredación es el acto formal por el cual el testador, invocando una causa legal (expresa y taxativamente señalada por la ley) y cierta (que no ha de probarse mientras no sea contradicha, pero que, de revocarse será nula) en su testamento, excluye de su derecho a cualquiera de los herederos forzosos o legitimarios (hijos y descendientes, padres y ascendientes, viudo o viuda). Así lo contempla el Código Civil desde el artículo 848 al 857.
Además, para que la desheredación a un hijo sea efectiva, se ha de dejar expresamente declarado en el testamento, figurando, entre otras cosas, el nombre del desheredado de forma clara.
¿Se puede desheredar a un hijo?
Los ciudadanos españoles no podemos ejercer el libre reparto de nuestros bienes una vez hayamos fallecido, como pudiera parecer lógico y ocurre en otros países, como Estados Unidos, donde una persona puede ejercer su total voluntad a la hora de repartir su herencia. La legislación española contempla que, cuando una persona muere, con independencia de que haya dejado testamento o no, su herencia se divide en tres partes: la legítima, la mejora y la libre disposición, que se han de respetar por ley.
Aquí es importante entender el significado de la parte legítima, que es la que aplica a los hijos. La legítima (como se conoce coloquialmente), es irrenunciable. Ni pueden quitárnosla ni podemos renunciar a ella (antes de que el testador muera, es decir, solo podremos renunciar a ella tras su muerte). Incluso, de no haber renunciado, se podría reclamar con el paso del tiempo.
Con lo cual, un heredero forzoso tiene derecho a su parte de la legítima, incluso aunque el testador no lo nombre expresamente en el testamento. Y siempre será una tercera parte repartida junto con el resto de los herederos forzosos.
Sin embargo, se dan algunas casuísticas por las que la ley permite desheredar a un hijo, y serán los tribunales quien finalmente establezcan si se cumplen o no.
¿Por qué motivos se puede desheredar a un hijo?
Dentro de los casos más comunes en los que se intenta desheredar a los hijos, se encuentran aquellos en los que, tras un divorcio, los hijos se han desentendido del progenitor, o aquellos en los que no se está conforme con el cónyuge. Pero solo en casos muy concretos y contemplados en el Código Civil, un progenitor podría dejar sin la parte legítima a un hijo, y desheredarle. Estos casos son:
- Haber cometido maltrato con obras o con injurias graves. Aquí también se contemplaría el maltrato psicológico.
- Haber acusado al progenitor falsamente de un delito (calumnias) que conlleve la cárcel en condena menos o mayor.
- Haber negado, sin motivo legítimo, los alimentos al padre o ascendiente que le deshereda.
- Haber sido condenado en juicio por haber intentado obrar contra la vida del testador, de su cónyuge o de sus descendientes o ascendientes.
- Haber obligado al padre o ascendiente a modificar o realizar el testamento bajo violencia, presiones o fraude.
¿Si desheredo a mi hijo, desheredo a mis nietos?
Por obvio que parezca, no está demás destacar que, aunque el testador deje por escrito en el testamento su intención de desheredar a un hijo, el hijo no pierde su calidad de heredero. Y es que lo que pierde es su parte de la legítima, pero a todos los demás efectos se le seguirá considerando heredero.
Esto implica que sus descendientes seguirán preservando su derecho heredar. Es decir, desheredar a un hijo, no implica que se deshereda a los nietos.
A pesar de todo, debemos tener en cuenta que desheredar a un hijo es un trámite costoso. La realidad es que es muy difícil demostrar las causas que hemos mencionado anteriormente. Y según los precedentes jurídicos, la justicia obra con mayor frecuencia a favor del heredero que del testador.