Economía familiar

Qué son las rentas de capital que ven endurecida su fiscalidad

Beatriz Torija

Jueves 29 de septiembre de 2022

ACTUALIZADO : Jueves 29 de septiembre de 2022 a las 17:25 H

5 minutos

El Gobierno eleva la presión fiscal a las rentas del capital a partir de 200.000 euros en un punto

Qué son las rentas de capital que ven endurecida su fiscalidad. Foto: Bigstock
Beatriz Torija

Jueves 29 de septiembre de 2022

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Ya tenemos los detalles del nuevo paquete fiscal del Gobierno. Lo ha anunciado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Habrá un nuevo impuesto a las grandes fortuna que gravará la riqueza neta superior a los 3 millones de euros. Además, el Gobierno elevará un punto, hasta el 27%, la tributación de las rentas del capital en el IRPF superiores a 200.000 euros.

El Gobierno eleva la presión fiscal a las rentas del capital, pero, ¿qué son exactamente? Te contamos qué son las rentas de capital, a qué refieren, en qué se diferencian de las rentas del trabajo y como te afecta y en qué casos el anunciado cambio fiscal.

Rentas de capital, ¿qué son?

Desde el punto de vista fiscal, se entiende por rentas de capital, los rendimientos económicos que se obtienen a partir de los bienes capitales que tengamos. Es decir, si tenemos capital invertido en activos financieros o en bienes tangibles que producen una ganancia, que nos reportan unos ingresos, esa ganancia serán las rentas de capital.

Por ejemplo, si dispones de un apartamento o un piso y lo tienes alquilado, todo el dinero que recibas por ese alquiler serán rentas de capital. Si tienen dinero invertido en bolsa y alguno de los títulos en los has invertido abona dividendos, ese ingreso también corresponde a rentas de capital. Si cuentas con una cartera de fondos de inversión, y la vendes, la plusvalía que obtengas también corresponderá a rentas del capital.

En definitiva, integran las rentas de capital o renta del ahorro prácticamente todo el dinero obtenido por nuestras inversiones: dividendos, participaciones en beneficios de cualquier entidad, depósitos, acciones, fondos de inversión, incluso los rendimientos de las cuentas corrientes, si es que los dan. Hablamos de rentas de capital incluso para otros rendimientos, como los derechos de autor. Las ganancias y pérdidas patrimoniales también tributan como rentas de capital.

Estas son las principales rentas del capital:

  • El cobro de los intereses de nuestros ahorros (cuentas corrientes, cuentas a plazo, fondos de inversión, acciones…)
  • Las rentas que deriven de una imposición de capital (un alquiler, por ejemplo).
  • Ganancias y pérdidas patrimoniales, que provengan de la transmisión de elementos patrimoniales (la venta de una vivienda, o del coche).
  • El cobro de los seguros de vida o invalidez.

¿Y los planes de pensiones?

Como hemos visto, el dinero que obtenemos por nuestras inversiones tributa como rentas de capital. Pero hay una excepción: los planes de pensiones. Para bien o para mal, el rescate de un plan de pensiones tributa como rendimientos del trabajo, sujetos a otros tipos.

La declaración de renta suma todos los ingresos que obtenemos a lo largo del año, pero diferencia el origen de esos ingresos. Lo que cobramos a través de la nómina, son rentas del trabajo, sujetas a unos tipos diferentes al resto de ingresos, enmarcados en las rentas del capital o rentas del ahorro.

Llega la ansiada jubilación: ¿cómo tributa el rescate del plan de pensiones? ¿se puede mantener?. Foto: bigstock

¿Y si vendes una vivienda?

Si, la venta de una vivienda se enmarca en estas rentas del capital. De hecho, la venta de una vivienda es uno de los componentes más importantes y numerosos de las denominadas rentas de capital, supone una ganancia o pérdida patrimonial por la que hay que tributar a los tipos establecidos para las rentas del ahorro. En realidad, Hacienda define las ganancias y pérdidas patrimoniales como cualquier cambio que constituya una alteración en el patrimonio del contribuyente que haga que el valor de dicho patrimonio varíe.

Es decir, que cualquier venta con la que hayamos obtenido beneficios debe tributar como rentas de capital, ya sea una vivienda, el coche, un cuadro, un garaje o incluso la ropa que no nos ponemos o ese robot de cocina que no usamos y decidimos vender en Wallapop.

Pero, ¿pagaré más impuestos por el dinero que tengo?

No. El Impuesto de la Renta de las Personas Fisicas recoge todos los ingresos que obtengamos a lo largo del año, y diferencia su origen, de tal forma que unos ingresos tributan como rentas del trabajo y otros como rentas del capital. Pero si, por ejemplo, tenemos dinero en un depósito o tenemos una cartera de fondos, solo tributarán como rentas del ahorro los rendimientos que generen.

Más presión fiscal, solo a partir de 200.000 euros

Las rentas de capital están sujetas a unos tipos impositivos diferentes a las rentas del trabajo. Sin embargo, su filosofía es la misma: son progresivos y, en función de los ingresos que recibamos, se aplicará uno u otro tipo.

Así, hasta los 6.000 euros el tipo impositivo es del 19%. Entre los 6.000 y los 50.000 euros, el tipo es del 21% y se eleva al 23% si los ingresos están entre los 50.000 y los 200.000 euros. Hasta aquí no hay cambios. Solo a partir de los 200.000 euros de ingresos por rentas de capital, la presión fiscal se endurece en un punto porcentual, hasta el 27%, desde el 26% anterior.

El acuerdo de coalición contemplaba elevar del 23% al 27% la tributación de las rentas de capital a partir de 140.000 euros.

Que son las rentas de capital que ven endurecida su fiscalidad. EuropaPress

 

Sobre el autor:

Beatriz Torija

Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.

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