Si encontrar trabajo después de los 50 después era una misión 'casi imposible' antes de la pandemia, la Covid ha agravado aún más la situación de estas personas que copan las cifras de parados de larga duración en España. Los mayores de 50 año en paro se han incrementado hasta el 25% del total de desempleados, es decir uno de cada cuatro, según un estudio de la plataforma de talento sénior, Generación Savia (@GeneracionSavia). En concreto, en 2020 los mayores de 50 años en paro estuvieron cerca del millón de personas (936.200), casi 68.000 trabajadores desocupados más que un año antes en base a los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
El estudio de Generación Savia remarca además que las mujeres mayores de 50 años están siendo las más vulnerables desde que comenzó la pandemia. De hecho, seis de cada diez nuevos parados en 2020 mayores de 50 años eran mujeres. Así, los datos recogidos por el estudio apuntan que el perfil del nuevo parado de más de 50 años es el de una mujer que tiene entre 50 y 54 años y que perdió su trabajo entre junio y diciembre de 2020. Esto se produce según los expertos por la doble discriminación que sufren por ser mujer y por ser "mayor", a lo que se suma que su posición en la empresa, generalmente en puesto medios y bajos.
Elevado riesgo de exclusión y paro crónico
La crisis ha afectado a todos los profesionales, independientemente de su edad, sobre todo a los que trabajan en el sector servicios. Sin embargo, en el caso de los mayores de 50 años el riesgo de exclusión es más elevado ya que se enfrentan a prejuicios sociales y culturales que frenan su inclusión laboral. Según la experta en Age Managment Laura Rosillo (@laurarosillo), estos datos pueden ser reflejo del incremento del edadismo durante la Covid. "Los mayores de 55 años han pasado de representar la nueva madurez a ser un colectivo vulnerable al coronavirus, por lo que muchas empresas han tenido más miedo a reincorporar a personas maduras y el teletrabajo no ha ayudado", relata. Recuerda, no obstante que otro gran factor a tener en cuenta son los grandes despidos a mayores de 50 años planeados por el sector de la banca y de las grandes empresas durante 2020. "Esta cifras reflejan solo los apuntados al paro, pero si se tuviesen en cuenta las prejubilaciones el dato sería todavía mayor", opina Rosillo.
Y sobre la mesa está que muchos de ellos serán parados de larga duración, por lo que los expertos alertan de su “cronificación extrema”. Tal como señala la Fundación Adecco (@fund_adecco), cerca de la mitad de los parados de esta edad lleva más de cuatro años sin tener una oportunidad, una tendencia que se incrementado en la última década. "Más allá del aspecto cuantitativo, nos preocupa el elevado riesgo de exclusión al que está expuesto este segmento de edad, que se ve reflejado en el porcentaje de paro de larga duración que cada año es más elevado", explican desde Irene Gil, responsable de estudios de la Fundación Adecco que acaba de presentar además el primer Libro Blanco del Talento Sénior. Según sus datos, actualmente un 56% de los mayores de 55 años lleva más de un año buscando trabajo, frente al 41% de media. Y es que los responsables de recursos reconocen que el 40% de los currículums de mayores de 55 años se descartan automáticamente.
Los 3 tópicos sobre el talento sénior que frenan su contratación
Una de las claves para revertir esta situación es, según los expertos, luchar contra los estereotipos que hay en la sociedad y en las empresas sobre los trabajadores de más edad. Según ennumera Laura Rosillo, el primero sería el tópico de la "analfabetización digital" que lleva a descartar candidatos sénior porque se asume que no manejan las nuevas tecnologías. "Pero es totalmente falso, nosotros somos la generación que inventó Internet", reivindica, y recuerda que durante la pandemia se ha visto que los mayores de 50 e incluso 60 años, han demostrado una gran capacidad de adaptación al uso de plataformas de videoconferencias como Zoom, Google Meets o Teams. "Muchos somos además más activos en redes sociales que otras generaciones más jóvenes", añade.
Otro de los tópicos es que los mayores de 50 años están "estancados". "Es cierto que los trabajos indefinidos para toda la vida van a tender a desaparecer, pero eso no quiere decir que los mayores de 50 años no puedan adaptarse a nuevos modelos, que pueden ir más por crear nuevas relaciones con la empresa, aprovechar la capacidad relacional y de contactos de los más sénior o tirar de la experiencia para ofrecer nuevos servicios que necesiten las compañías", apunta Rosillo. Por último, la experta apela al tópico de que el mayor de 50 años es un" candidato caro" y eso hace que no lleguen nunca a la entrevista. Pero como resalta la experta en recursos humanos, son tópicos que dependen de cada persona, experiencia y ciclo vital, por lo que no se deberían hacer generalizaciones.
Una España envejecida que se queda sin trabajadores
Los expertos señalan la "gran contradicción" de que el 75% de los desempleados mayores de 55 años haya asumido que no volverá a trabajar nunca, mientras la población envejece a un ritmo imparable. "No podemos tener una población con una media de edad cada vez mayor o elevar la edad de jubilación con la mirada puesta en la sostenibilidad de nuestro Estado del Bienestar y, al mismo tiempo, considerar demasiado mayores a los profesionales mayores de 55 años, desechando fútilmente su talento", sostienen los investigadores del Libro Blanco del Talento Sénior, presentado la semana pasada ante el ministro José Luis Escrivá. De ahí que consideren que las políticas de Diversidad, equidad e inclusión (D&eI) serán básicas en el futuro de cara a crear "talento sin etiquetas".
Por eso, mirando a la pirámide de edad de otros países envejecidos como Japón, los expertos en recursos humanos coinciden en que "no habrá más remedio que retener el talento sénior" en España ya que no hay suficientes jóvenes. "Se va a producir una revolución en la formación y el aprendizaje, no solo para los mayores sino también para los jóvenes porque la mayoría de los puestos de trabajo que conocemos van a desaparecer y surgirán otros nuevo adaptados a la creciente robotización. Aún así el factor humano y relacional será clave en el futuro, y en eso los trabajadores de más edad llevan ventaja ya que tienen una cartera más amplia de contactos y capacidad de diálogo y socialización", apunta Laura Rosillo. Ahora está por ver cómo Gobierno y empresas se enfrentarán a este reto mayúsculo que la sociedad española tiene por delante.