Victoria Herrero
Educación financiera
¿Qué diferencias existen entre los créditos bancarios y los préstamos?
Unas disparidades en la vigencia, los intereses a pagar y la flexibilidad de la devolución
Los términos financieros, en la mayoría de los casos, suelen resultar un tanto confusos para el común de los mortales. Vocablos que no entendemos y que es preciso comprender para no firmar a lo loco sin estar seguros de lo que estamos leyendo. Por eso, hoy detallaremos las diferencias entre crédito y préstamo.
Diferencias entre ambos conceptos
Cuando hablamos de un préstamo bancario nos estamos refiriendo a una operación financiera en la que la entidad presta a una persona una cantidad concreta de dinero (para comprar un coche, por ejemplo), pero con la condición de que ese montante económico se devuelva en el plazo, no se puede alargar, y la cantidad acordada cada cierto tiempo. Una devolución que trae una serie de intereses que se cobran por hacer efectivo ese préstamo.
Para pedir un préstamo debemos aportar toda nuestra información y situación financiera, así el banco comprueba que gozamos de una estabilidad económica para devolver el dinero en el tiempo estipulado.
Por el contrario, cuando hablamos de crédito se trata de una cantidad cerrada de dinero que la entidad pone a disposición de su cliente, normalmente empresas o autónomos para hacer frente a épocas de falta de liquidez. Es decir, le deja disponer de ese dinero durante un determinado periodo de tiempo, que suele ser mucho menor que en el caso del préstamo.
Otra diferencia. Esa persona puede disponer del dinero cuando lo necesite en cada momento, ya sea una pequeña cantidad o el total concedido con ese crédito. Al contrario que el préstamo, con el que se recibe todo el dinero "de golpe" al principio del acuerdo alcanzado.
Flexibilidad a la hora de devolver ese dinero
En este caso, el del crédito, también se suelen cobrar unos intereses más altos, además de una comisión. Pero ese pago extra solo se hace por la cantidad de dinero que se ha utilizado, no por todo el que se ha dispuesto como parte de ese crédito bancario.
Otra de las diferencias es que la devolución del crédito es más flexible si lo comparamos con el préstamo, que tiene unas cuotas ya marcadas de antemano que se deben respetar y saldar. En el caso del crédito, el cliente decide cómo devolver el dinero a la entidad, así como las cantidades que considere oportunas durante el plazo de vida del mismo.
Dentro del apartado de los créditos, en los últimos años han proliferado los pequeños créditos que se conceden por empresas privadas de financiación a través de Internet o por teléfono. Un dinero fácil que una persona puede tener en su cuenta en menos de media hora, si le dan el visto bueno, pero con los que debemos tener cuidado si no leemos la letra pequeña, tal y como recuerdan desde la compañía de asistencia jurídica Legalitas (@Legalitas_ES):
- Estos créditos deben devolverse en un plazo menor. No llega a los dos meses.
- Tienen penalizaciones elevadas si no se cumplen los plazos de devolución del dinero, así como intereses con un alto porcentaje.
- Cuidado con el aval que piden para formalizar ese crédito, ya que puedes estar poniendo en juego tu casa o tu vehículo.