María Liébana
Educación financiera
¿A mayor salario, mayor pensión de jubilación? No siempre
El tiempo trabajado y cuánto hayamos cobrado influye directamente, pero no en todos los casos
¿Cuánto voy a cobrar cuando me jubile? Es una pregunta que, antes o después, nos hacemos todos. Para averiguarlo debemos tener en cuenta varios aspectos. Los más destacados: qué cuantía y durante cuánto tiempo hemos cotizado a la Seguridad Social.
Pero si lo que queremos es hacernos una idea aproximada de lo que vamos a recibir cuando alcancemos la jubilación, podemos utilizar la tasa de sustitución, también conocida como tasa de compensación o de reemplazo, que no es más que un indicador de lo que cobrarás por tu jubilación en relación a tu último sueldo.
¿Cómo funciona el sistema de pensiones en España?
En España el sistema de Seguridad Social es de reparto, obligatorio y contributivo. Esto hace que las cotizaciones de los trabajadores actuales financien a los pensionistas que trabajaron en el pasado (quienes a su vez financiaron las pensiones de sus mayores), y que la cotización de cada trabajador funciona como un salario en diferido que se materializa en la jubilación con la pensión.
Además, tal y como hemos mencionado anteriormente, a la hora de calcular tu pensión repercute cuánto tiempo has trabajado, así como cuánto has ganado. Y es que las bases de cotización y las aportaciones dependen del sueldo de cada trabajador, y determinan la cuantía de la pensión. Cuantía que será la misma durante todos los años que vivamos y solo sufrirá cambios derivados de las revalorizaciones que se vayan realizando año a año.
Pero el factor del salario que ganemos tiene un límite a la hora de determinar la cuantía de nuestra jubilación: una parte de la cuota de los asalariados con más renta no tienen repercusión en su pensión del futuro. Esta se destina a financiar las pensiones de los trabajadores con menor salario.
Tensiones en las cuentas de la Seguridad Social
El hecho de que las prestaciones de los jubilados existentes se abonen a partir de las cotizaciones de los trabajadores en activo plantea un problema: a día de hoy, las segundas no consiguen cubrir las primeras.
Si lo dividimos en ingresos y gastos nos encontramos con tres problemas básicos. Por un lado, en lo relativo a los ingresos, está la creciente pérdida de empleo, primero durante la crisis de los pasados años, y ahora como consecuencia de la COVID-19. Aunque cabe destacar que incluso recuperando el nivel de empleo previo a la crisis, las cotizaciones serían insuficientes. Mucho del empleo se ha creado en condiciones de mayor precariedad, con menores salarios y por lo tanto menor nivel de contribución al sistema.
En segundo lugar, relativo al gasto, estaría el hecho de que la pensión media es cada vez más elevada, dado que las nuevas altas corresponden a trabajadores que han cotizado por bases de mayor cuantía.
Por último, y también relacionado con el gasto, nos encontramos con el factor longevidad. Y es que el incremento de la esperanza de vida está haciendo que las pensiones se estén abonando por periodos de tiempo cada vez más prolongados.
Nuestra tasa de sustitución, de las más altas de Europa
España tiene actualmente una de las tasas de sustitución más elevadas de los países de la OCDE, que para un salario medio ronda el 80%. La cuantía de la pensión supondría en media un 80% del salario anterior a la jubilación. Según datos de la propia OCDE y teniendo en cuenta el esquema de pensiones obligatorio, la tasa media de los países pertenecientes a esta organización se sitúa en niveles de alrededor del 52%”.