Barcos pesqueros amarrados a puerto, ganaderos que cuentan los días para los que tendrán pienso con los que alimentar a sus animales, temiendo tener que sacrificarlos; trabajadores de acereras en ERTE; industria de la leche parada; camioneros en huelga; panaderos y churreros a los que no les salen las cuentas. En definitiva, empresas a las que producir no les sale a cuenta. Los costes de la luz y del gasóleo, así como la crisis de suministros asfixia al tejido productivo español.
El Gobierno ha garantizado que bajará los precios de la luz, el gas y los carburantes con el decreto que tiene previsto aprobar el 29 de marzo. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños ha dicho que lo harán haya o no consenso en la cumbre europea de la próxima semana, pero siguen sin dar pistas del contenido del decreto, que podría pasar por bajada de impuestos o ayudas directas. Pero el tejido productivo en su conjunto clama por una mayor urgencia.
El Gobierno está trabajando para bajar los precios de la gasolina, la electricidad y el gas.
➡️"Nuestro objetivo es proteger a las familias, a las empresas, a los autónomos, ayudar a quienes tienen más dificultades por el elevado precio de la energía". pic.twitter.com/9BzrEvflDE
— Ministerio de la Presidencia (@M_Presidencia) March 16, 2022
El transporte, parado
El del transporte es uno de los sectores más afectados por los desorbitados incrementos de precios. Desde el pasado lunes día 14 de marzo, está en huelga indefinida. Junto al alza de los combustibles, protestan por unas condiciones laborales que califican de "inadmisibles”.
El Gobierno insiste en que el abastecimiento está garantizado, pero desde la industria agroalimentaria se apunta a que, de continuar la huelga, sí podría haber desabastecimiento. La industria láctea ha parado su actividad. Ni reciben los insumos necesarios para elaborar sus productos lácteos, ni pueden trasladar los productos terminados a las cadenas de producción, lo que ha anulado su capacidad de envasado y almacenamiento. Mayoristas de pescado aseguran que no está llegando género a las pescaderías y los mayoristas de la fruta en Madrid, aseguran que apenas está llegando fruta y verdura. Dicen que "se producirá escasez incluso desabastecimiento de los productos más perecederos".
"Estamos trabajando en un conjunto de medidas que vamos a incorporar al plan de respuesta a la crisis de Ucrania", ha defendido la ministra Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez. Además, este mismo jueves, el Pleno del Congreso ha convalidado el decreto ley sobre el transporte de mercancías por carretera y funcionamiento de la cadena logística, que incluye, entre otras medidas, una revisión del precio del transporte por variación del precio del combustible. Se trata de las medidas que el Gobierno aprobó en diciembre para evitar la huelga que entonces sí convocó todo el sector unido, a las puertas de la Navidad.
2. Alimentación en busca de alternativas al girasol
La situación de la industria agroalimentaria es complicada. Por un lado, están afectados por los elevados costes de la luz y del gasóleo como el resto de las empresas. “La fábrica de galletas en Palencia ha pasado de gastar 7 millones de euros en energía a más de 29 millones de euros en un año”, decía esta semana la diputada popular en el Congreso, Milagros Macos, en clara alusión a Gullón.
Pero para una buena parte de este sector este problema ha pasado a un segundo plano. Se enfrentan a la escasez de materias primas por la invasión de Ucrania ordenada por Vladimir Putin. Hablamos del grano con el que se elaboran harinas y pastas y, sobre todo, aceite de girasol. Bollería, galletas y casi todos los fabricantes de dulces. Panaderos, churreros, conservas, fabricantes de salsas y de todo tipo de fritos… como las patatas fritas, sin ir más lejos. Si no se encuentra un sustitutivo al aceite de girasol, las reservas de buena parte de esta industria se agotarán en apenas cuatro semanas.
3. La industria: cierres y ERTES
“No vale esperar más, hay que buscar soluciones aquí y ahora” ha reclamado Andrés Barceló, director general de UNESID, la asociación que representa al sector siderúrgico, en referencia al plan con el que el Gobierno prevé abaratar la factura energética y que no se aprobará hasta el próximo día 29 de marzo, en Consejo de Ministros. El tiempo apremia y muchas industrias ya han parado máquinas.
Acerinox ha parado la producción de su acería y ha propuesto la aplicación de un ERTE para toda la plantilla de su planta de Los Barrios, en Cádiz. ArcelorMittal, por su parte, también ha establecido paros parciales en su planta guipuzcoana de Olaberría-Bergara. También han parado algunas de sus instalaciones G. Celsa, Megasa, Ferroglobe o Siderúrgicas Balboa.
Todo lo que no sea entrar, aunque sea de forma provisional “en el esquema de formación precios”, dice Barceló, “será poner tiritas para parar una hemorragia”. Conformado por las industrias para las que la electricidad es un factor primordial en su proceso, el sector electrointensivo es el que más está sufriendo en estos momentos, muy especialmente el siderúrgico. Pero también el metalúrgico o las industrias químicas.
Desde la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE), recuerdan que, en España, más del 80% del consumo industrial está expuesto al precio del mercado eléctrico diario. Por eso, piden al Gobierno que “adopte una decisión urgente reformando el mercado marginalista eléctrico mientras dure la crisis energética”. Piden que el gas quede desacoplado de este sistema marginalista es el que pone los precios de la luz.
A la espera de saber si finalmente España consigue que Europa de su brazo a torcer y se cambie el modelo de formación de precios eléctrico, de momento el Gobierno de Pedro Sánchez acaba de aprobar un paquete de 2.900 millones de euros para ayudar a las industrias. Han echado mano del régimen de comercio de derechos de emisión europeo. A las empresas se les reembolsará parte de los costes de las emisiones indirectas.
4. Pescadores amarrados
"Para salir a la mar a perder dinero, no salimos", dice el presidente de los pescadores cántabros, César Nates, que lamenta que tengan que estar "mirando más el precio del gasóleo en el surtidor que el del pescado en las subastas". En efecto, la flota de cerco del Cantábrico-Noroeste no está saliendo a faenar y las lonjas se quedan sin subastas. Mover los barcos los cuesta tanto o más que el beneficio que van obtener por las capturas. No son los únicos. La flota de Celeiro, en Lugo también ha hecho amarres parciales. “La subida constante del precio del combustible, especialmente en los últimos días, comienza a generar consecuencias e importantes y problemas de viabilidad para el sector pesquero”, ha dicho el grupo de empresas de armadores Puerto de Celeiro a través de un comunicado.
La industria cárnica atraviesa una “gravísima situación”, asegura la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE). Al enorme incremento de la energía eléctrica, que ha multiplicado los importes de las facturas de las empresas en solo un año, hay que sumar la escasez de los cereales con los que se elaboran los piensos para la alimentación animal.
La invasión rusa de Ucrania ha interrumpido completamente el suministro de esos cereales con los que se elaboran los piensos. Sindicatos agrarios ponían un mes como fecha límite, antes de tener que sacrificar cabezas de ganado. Para paliar la situación, esta misma semana el Ministerio de Agricultura ha dictado una resolución para flexibilizar la importación de maíz de Argentina y Brasil, y también se espera que puedan venir importaciones de Estados Unidos. Para ello, se ha tenido que rebajar las exigencias sobre el uso de plaguicidas en los cultivos de este cereal.
Pymes y autónomos, no trasladan los incrementos de precios
De nuevo, “los autónomos son la parte más débil del tejido empresarial” asegura Lorenzo Amor, presidente de ATA, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos. Asegura que el conflicto armado en Ucrania ha empeorado “la situación crítica de los autónomos, con dos de cada res que no han recuperado la situación prepandemia”, lo que hace que las medidas sean “urgentes”.
"Hay un incremento desorbitado de las materias primas, en la energía, en el combustible, que la pyme no puede trasladar al precio de lo que fabrica o de lo que produce, eso hace que se esté estrangulando la capacidad de la empresa", asegura, en la misma línea, Gerardo Cuerva, presidente de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa, Cepyme. "No tenemos capacidad", añade. Y en este contexto, los autónomos padecen "de una forma especial el incremento de los precios de la energía e hidrocarburos", ha dicho desde UPTA, Nicolás rodríguez
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.