Cinco ventajas de la mochila austriaca, el polémico sistema que rechazan los sindicatos
El Gobierno insiste en su intención de implantar la mochila austriaca en España
Cada cierto tiempo se abre en España el debate sobre la posible adopción del modelo de la mochila austriaca, y de hecho es uno de los puntos de choque entre el PSOE y su posible socio de gobierno, Unidas Podemos. Durante la campaña electoral se habló de ella, la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño (@NadiaCalvino), la presentó ante Bruselas en el Plan Nacional que envió al Ejecutivo y varios dirigentes socialistas la defienden, mientras que Unidas Podemos se opone, denunciando que el coste del despido recaerá sobre el trabajador.
La mochila austriaca es un sistema que numerosos economistas, expertos en finanzas públicas y partidos políticos como Ciudadanos o el PP defienden, porque consideran que podría mejorar la sostenibilidad del sistema de pensiones, aunque con matices y de forma progresiva; pero un sistema asimismo muy cuestionado, que despierta recelos tanto en las empresas (que no se pronuncian decididamente a favor hasta no saber quién y con cuánto dinero se financiaría la mochila), como en los sindicatos, que lo rechazan de plano.
La mochila austriaca, vigente en el país alpino desde el año 2003, es un modelo que sustituye la indemnización en caso de despido por una cuenta de ahorro individual, una especie de hucha, que se va llenando con las aportaciones mensuales que realiza el empresario. Esta hucha acompaña a cada trabajador a lo largo de toda su vida laboral, por lo que esas cuotas funcionan como una indemnización diferida para todos los asalariados.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se planteó introducir la mochila austriaca en 2010, y Ciudadanos y el Partido Popular (PP) la contemplan en sus programas electorales. Incluso, a principios de este año, el Ejecutivo de Pedro Sánchez también puntó la posibilidad de estudiar la adopción del modelo.
Entre las ventajas que aportaría destacan: favorecer la movilidad laboral, reducir la brecha entre contratos temporales y fijos, disminuir las grandes tasas de temporalidad de la economía española, y su función como posible complemento a las pensiones.
No obstante, es un sistema que también presentaría una serie de inconvenientes, sobre todo porque la disimilitud entre los mercados laborales austriaco y español.
Cinco inconvenientes de la mochila austriaca
Facilitaría y abarataría el despido
Con el mecanismo de la mochila austriaca, la empresa no realiza ningún pago específico al despedir, lo que lleva a algunos expertos a prever que podría suponer una merma de la indemnización. En el informe Mochila austriaca: luces y sombras, Álvaro Granado, responsable de Pensiones de KPMG Abogados (@KPMG_ES), realiza la siguiente estimación, para un empleado que inicia su carrera laboral en el momento que se pone en marcha la mochila:
-Despido objetivo: la mochila será más beneficiosa que la indemnización, si las aportaciones al fondo superan el 5,48%.
-Despido improcedente: la mochila será más beneficiosa si las aportaciones son mayores del 9,04%.
Hay que recordar que, en el fondo implementado en Austria, la cotización fija es del 1,53% sobre los salarios, es decir, en torno a 5‐6 días de salario por año trabajado.
"Si la mochila se implantara con el porcentaje del sistema austriaco, no sería más beneficiosa que la indemnización por despido", resalta el documento elaborado por Álvaro Granado.
Los sindicatos lo tienen claro: se trata de un sistema que acabaría rebajando la indemnización y facilitando el despido. Así, Anatolio Díez Merino, secretario general de UJP-UGT (@UJP_UGT) y miembro del Comité Asesor de 65Ymás, argumenta en el artículo De la mochila austriaca a la mochila azul, publicado en este diario, que significaría “una nueva reforma lesiva para los intereses de la clase trabajadora, con implicaciones a futuro negativas en el sistema público de pensiones”.
Por su parte, Unai Sordo (@UnaiSordo), secretario general de Comisiones Obreras (@CCOO), aseguraba en su entrevista con 65Ymás: “Si la mochila austríaca conlleva una reducción de la indemnización por despido, ya adelanto que nos opondremos. ¿Va a suponer que las empresas hagan una sobrecotización para, en vez de tener que pagar cada vez que despiden a alguien una indemnización, se vaya dotando un fondo para que ese gasto no se haga de golpe? Esto se puede hablar. El quid de la cuestión es quién pagaría la mochila. Porque el dinero no puede salir de más cotizaciones sociales, ni se puede detraer de la Seguridad Social".
Obligaría a todas las empresas, aunque no despidan
Los empresarios afirman que el tránsito del actual modelo de indemnización por despido a la mochila sería gravoso, porque obligaría a todas las empresas, aunque no realicen despidos. Es decir, todas las compañías tendrían que depositar cada mes un porcentaje del sueldo bruto del trabajador en la cuenta individual de dicho empleado. Por eso, algunos economistas creen que el importe a depositar en esa hucha debería ser el equivalente a lo que cada compañía paga al año en el agregado por coste de despido.
Aumentaría el coste laboral
Fuentes empresariales temen que la mochila austriaca se traduzca en un incremento del coste laboral a través de una nueva cotización. "Se trata de un desembolso inasumible para muchas micropymes y pequeñas compañías, un coste laboral adicional para el cual la empresa española no está preparada", señala la economista Almudena Semur. Según esta experta, la mochila austriaca es un mecanismo que sí contribuiría a abaratar el despido para las empresas, pero que no tendría efectos benéficos sobre el ahorro para las pensiones.
La Seguridad Social no puede financiarla
Debido al gran déficit que arrastra el sistema (unos 17.000 millones de euros previstos para 2019), la Seguridad Social no está en una situación de financiar el cambio de modelo. “Quizá se podría destinar a la mochila una parte del dinero que ahora se recauda por cotizaciones por desempleo o formación”, apunta el economista Javier Santacruz (@santacruz_s_a), quien detalla cómo se distribuye en la actualidad la cuota patronal: “un 23,60% por contingencias comunes, un 5,50% por desempleo, un 0,20% para el Fogasa y un 0,60% para Formación Profesional, hasta totalizar el 29,9%”.
La incertidumbre sobre la gestión
Otro de los principales inconvenientes, al decir de Santacruz, es quién decide, administra, cambia o mantiene al gestor de los fondos acumulados en la mochila austriaca. “¿Sería una gestión privada, pública, mixta?”, se pregunta este economista, para quien “la marcha de esa gestión depende del tamaño de la empresa, y en España las pequeñas y medianas empresas (pymes) son el 99,8% del tejido empresarial". En Austria son los fondos de pensiones quienes gestionan esa hucha, allí hay 6-7 gestoras. Cuando se habla de importar el mecanismo a España, se plantea que entren las aseguradoras privadas, y también que la gestión se haga con un mecanismo parecido al del Fondo de Garantía Salarial (FGS).