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Las asociaciones de consumidores denuncian que, de facto, las aseguradoras privadas no están cubriendo determinados riesgos durante aproximadamente dos meses desde que se declaró el estado de alarma, por lo cual, reclaman que las compañías devuelvan los importes de las primas cobradas y no disfrutadas, y si esa devolución es rechazada, que como mínimo se compense a los clientes por esos meses que el seguro no está plenamente operativo, es decir, que si el cobro de la prima es anual, en vez de vencer por ejemplo en mayo, venza en julio.
En relación a las posibles ganancias de las aseguradoras por esta situación, las fuentes consultadas por 65Ymás reconocen que es pronto para realizar una estimación, sobre qué importe pueden estar cobrando sin prestar un servicio de forma efectiva, porque su determinación se deberá calcular una vez se sepa el espacio temporal del confinamiento total o parcial.
Lo cierto es que el sector de seguros en España factura anualmente importantes cifras económicas, sin ir más lejos, “la aseguradora de La Caixa (@caixabank), con una cuota de mercado superior al 13%, emitió durante el año pasado pólizas por más de 4.500 millones de euros”, detalla la asociación de usuarios de bancos, cajas y seguros ADICAE (@ADICAE), que preside Manuel Pardos. Para ADICAE, el problema de las posibles devoluciones de recibos pagados por prestaciones no recibidas, es jurídico, ya que la legislación actual no obliga a la devolución de dichas pólizas, salvo que la compañía lo decida voluntariamente.
La patronal del seguro, Unespa (@UNESPA), no ha adoptado una postura común sobre una eventual devolución de primas (como sí lo hizo afirmando la unanimidad del sector en atender a los pacientes de COVID-19), de forma que cada compañía arbitra sus propias medidas, con el argumento de que la actividad del seguro no se detiene, al contrario, afirman que hay riesgos que se han agravado (comercios, sanitarios…), y que las mutuas tendrán que asumir los gastos de las actividades ahora pospuestos por el encierro forzoso.
Respecto al posible impacto del coronavirus en las cuentas financieras, Unespa afirma que es muy pronto para dar cifras, aunque empresas como Mapfre (@MAPFRE) están convencidas de que “una situación que afecta tanto a la vida y a la economía de particulares y empresas es inevitable que afecte también al seguro”, si bien rehúsan hacer estimaciones.
Primas no consumidas por fallecimiento o robo, deben devolverse
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU @consumidores) considera que hay que distinguir según el tipo de póliza. Así, recuerda que los seguros de salud están atendiendo a pacientes con coronavirus, aunque las epidemias estén excluidas en la póliza, así que, como norma general, “no habría lugar a una devolución de las primas”.
En cambio, para los expertos de la OCU, “un tema diferente es el de las primas no consumidas en caso de fallecimiento del asegurado (o desaparición o robo del objeto asegurado)”, en cuyo caso, y en contra de lo establecido por la Dirección General de Seguros (órgano de supervisión del sector), consideran que “la prima es divisible y deberían devolverse las cuotas no consumidas”.
Para Rubén Sánchez (@RubenSanchezTW), portavoz de FACUA (@facua), en los seguros de decesos, las compañías no están gastando todo el capital cubierto por el seguro abonado, ya que no se pueden celebrar velatorios, no tienen que desembolsar el gasto del catering, el desayuno o la merienda, y en consecuencia, "instamos a los herederos a que reclamen a la aseguradora la devolución de la diferencia entre el capital asegurado y el dinero que se haya gastado”.
El negocio de los decesos en España está dominado por tres grandes compañías, que juntas poseen casi el 65% del total de este mercado. Con datos de 2018, la campeona del seguro de decesos es Santalucía (@santalucia_seg), que controla el 31,52% de la cuota de mercado y un volumen de primas de 686,13 millones de euros. Le sigue Ocaso, que con un 19,5% de cuota, contabiliza 424,46 millones de euros en primas en 2018. En tercera posición del ranking se encuentra Mapfre, con un 13,81% de cuota y primas por importe de 300,57 millones.
Seguros de salud: si pides una cita y la deniegan, reclama
El presidente de ADICAE, Manuel Pardos, advierte de que desde la asociación “vamos a reclamar todas las cuotas que se hayan cobrado a nuestros socios desde que el ministro de Sanidad, Salvador Illa (@salvadorilla), declaró que todos los recursos de la sanidad privada estaban a disposición de la pública”, puesto que los centros privados no prestan servicios por los que el cliente ha pagado, por lo cual en este caso “la reclamación tiene cobertura jurídica”.
También FACUA es belicosa, pues entiende que en el seguro de salud, existen dos escenarios: si el asegurado se priva de pedir una cita médica por no salir de casa, la compañía no tiene ninguna responsabilidad; en cambio, si el paciente solicita una cita o una prueba, y se la deniegan por estar colapsados, "sí es factible reclamar: desde el reintegro de la cuota del mes, hasta incluso la devolución íntegra del seguro anual con una indemnización por daños y perjuicios, dependiendo del caso", según Rubén Sánchez, portavoz de la asociación.
Seguros de autos y motos: Vía libre para engordar el margen de beneficio
En el seguro de automóviles, las compañías están aumentando su margen de beneficio, por los menores accidentes e intervenciones que están efectuando debido a la práctica paralización del parque de vehículos.
En circunstancias normales, el tiempo medio de uso de un vehículo es del 5%, es decir, de cada 100 horas de utilización de un coche, 95 horas se las pasa aparcado en la calle o en el garaje. Aun así, el seguro de autos es obligatorio. Con estas cifras en la mano, es difícil argumentar que la aseguradora rebaje la cuota anual por haber tenido que dejar el coche aparcado un par de meses.
Para la OCU, “aunque los riesgos que soportan las aseguradoras en algunos ramos se han reducido bastante, en el caso del coche, mucha gente sigue usándolo para hacer la compra u otros fines autorizados; además de ser obligatorio tener seguro e ITV mientras el coche esté ocupando un espacio en la vía pública”, por lo cual, ven impacticable reclamar estas cuotas.
Seguros de comercios: riesgo potencialmente agravado
Fuentes de la asociación de usuarios financieros ASUFIN (@asufin_) recalcan que en los seguros de comercios, por ejemplo, “estamos ante lo que se denomina un riesgo potencialmente agravado” y es necesario tener esta cobertura aunque el comercio esté cerrado. “Una tienda cerrada puede sufrir un robo, un incendio, una fuga de agua, etc, y el problema se puede agravar por el hecho de tardar más tiempo en avisar del accidente”, detalla Patricia Suárez (@WonderWomanPSR), presidenta de ASUFIN.
Pese a no existir una postura común del sector respecto a la compensación por la limitación de los servicios privados, ASUFIN detecta que algunas aseguradoras están reaccionando y “proponen fraccionar el pago de la cuota, sin imputar al cliente ningún gasto, y en el caso de los seguros de prima anual, van a aplicarles un prorrateo del precio descontando los días que no han podido ejercer (instaladores, reformas…) de la anualidad del año siguiente”.
Las aseguradoras se defienden: aplazan cuotas y dan liquidez a afectados
Cada aseguradora tiene su propia política para mitigar el impacto del COVID-19 en sus cuentas financieras y en su red de profesionales y mutualistas, y para ello han lanzado distintas medidas, que van desde la creación de fondos para facilitar liquidez a profesionales y centros médicos, pasando por el retraso del cobro de cuotas a asegurados afectados por ERTE, despidos, etc, hasta el adelanto de dos meses de facturación a miles de pymes proveedoras. Eso sí, ni una palabra sobre la posibilidad de devolver recibos cobrados en marzo-abril, todo o en parte, o minorar la cuantía de la prima anual, para descontar los servicios que los clientes no pueden utilizar durante el estado de alarma.
Por ejemplo, SegurCaixa Adeslas (@ClientesAdeslas), la primera aseguradora de salud por volumen de primas, participada por CaixaBank (@caixabank), ha lanzado un fondo con 160 millones para dar liquidez a los profesionales de su cuadro médico y prestadores hospitalarios afectados por la crisis del COVID-19, que sufren una merma de ingresos debido a la reducción de su actividad habitual desde el estado de alarma.
La aseguradora concederá anticipos “con cargo a la actividad asistencial futura que realicen para la compañía en los 18 meses siguientes a la finalización del estado de alarma”. Esta acción se suma a otras ya adoptadas, como la asistencia sanitaria que demandan los asegurados afectados por el coronavirus a través del cuadro médico concertado o el despliegue de plataformas de atención a pacientes confinados en sus domicilios.
En el caso de Mapfre (@MAPFRE), descuenta de la prima a sus clientes autónomos y pymes la parte correspondiente a los días en los que esté en vigor el estado de alarma, que les impide desarrollar adecuadamente su actividad. “El importe se descontará en el primer recibo que tenga que abonar el cliente tras la conclusión del estado de alarma, sin que éste tenga que realizar ningún trámite o solicitud. La medida incluye todos los seguros que autónomos y pymes tengan contratados con la compañía para protección de su actividad empresarial”, detalla la aseguradora a 65Ymás.
Desde que ha sido decretado el estado de alarma, y hasta la segunda semana de abril, Mapfre había prestado cerca de 80.000 servicios en toda España correspondientes a asistencias urgentes en hogar, automóviles y otros.
Por su parte, Mutua Madrileña (@la_Mutua) ha puesto en marcha medidas en apoyo de sus asegurados de automóviles y hogar, así como para ayudar a sus pymes proveedoras, "por un importe conjunto de 45 millones de euros, que se suman a los cinco millones ya destinados en las últimas semanas", confirman a 65Ymás. En concreto, Mutua asumirá la tercera parte de los seguros de auto o moto de sus mutualistas que hayan quedado en paro y de los autónomos que se han visto obligados a cesar su actividad, y adelantará dos meses de facturación a 1.700 de sus pymes proveedoras.
“Estas ayudas se suman a los cinco millones ya destinados para ayudar a colectivos especialmente afectados por la pandemia, tanto desde la propia mutua, con la aportación de cuatro millones de euros al fondo solidario puesto en marcha por el sector asegurador para apoyar a los trabajadores sanitarios, como desde la Fundación Mutua Madrileña con el millón de euros destinado a la ayuda de colectivos vulnerables”, resalta la compañía.