Si quieres contratar un seguro de salud, fíjate en estos aspectos previos
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Al contratar un seguro de salud, no solo hay que fijarse en lo que nos costará este año, sino en lo que nos podrá llegar a costar dentro de cinco, diez o veinte años, y si podremos pagar dicho coste conforme pase el tiempo. En general, los seguros que cubren la salud y la asistencia médica suelen contratarse mediante pólizas familiares, ya que las compañías incentivan la inclusión de varios asegurados dentro de la misma póliza, para lo cual suelen ofrecer distintos descuentos y promociones.
Es de vital importancia escoger una tarifa adecuada y que podamos pagar el día de mañana, más aun teniendo en cuenta que conforme vayamos cumpliendo años nuestro historial médico irá acumulando dolencias, enfermedades y otros achaques. Todo ello nos hará más difícil poder cambiar de aseguradora, ya que a la hora de contratar con una nueva mutua querrá conocer nuestro estado de salud. Por ello, "cuando contratemos un seguro de salud debemos pensar que será para toda la vida, por lo que habrá que hacer una compra racional y responsable evitando promociones, descuentos, regalos y otros ganchos propios de las compañías aseguradoras", advierte la asociación de usuarios de bancos, cajas y seguros ADICAE (@ADICAE).
En su Manual de seguros para el consumidor, ADICAE explica que cada persona que se encuentre asegurada en la póliza contará con su propia tarifa en función de su edad y de la localidad donde resida, fundamentalmente. La suma de todas ellas será el coste anual que deberá pagarse por el seguro, de ahí que sea fundamental conocer los distintos tipos de tarifas que las aseguradoras aplican, tomando como base de cálculo la edad del asegurado:
-Tarifa natural. Es aquella que incrementa año a año el coste de nuestro seguro. En esta opción, el cliente que hubiera contratado un seguro el año pasado, pagaría este año un poco más que el anterior, pero un poco menos que el próximo.
-Tarifa seminatural. La denominada tarifa seminatural consiste en que se incrementa cada cinco o diez años el coste. De este modo, "pagamos lo mismo de los 30 a los 35 años, pero el año que cumplimos 36 se produce un fuerte incremento y así sucederá con todos los tramos de edad estipulados en la póliza", explica ADICAE.
-Tarifa mixta. Los clientes que al hacerse el seguro opten por una tarifa mixta deben de saber que con ella, el coste irá incrementándose año a año, hasta alcanzar una edad en concreto, a partir de la cual seguirán pagando lo mismo.
-Tarifa nivelada. En teoría, es aquella que "mantiene la tarifa de la edad de contratación de la póliza, incrementando únicamente el IPC sanitario y los impuestos recurrentes, pero sin aumentar el coste del seguro con los años", según recoge ADICAE en su manual. Se trata de una tarifa extremadamente rara de encontrar en seguros de salud, aunque más habitual en los ramos de decesos y vida.
A la hora de escoger entre varias ofertas de compañías distintas, es muy importante conocer cuál va a ser la tarifa que soporta el cálculo de la prima anual año a año del seguro. Las asociaciones de consumidores alertan de que, en numerosas ocasiones, el cliente acude al reclamo del porcentaje de descuento o de los meses gratis de las aseguradoras y acaba escogiendo una tarifa que no le interesa.
Seguro de salud por edades
El seguro de salud no es obligatorio, al contrario de lo que sucede con el de automóvil o el de hogar en caso de préstamos hipotecarios. De ahí que su presencia en los hogares españoles no sea homogénea, aunque sí existen rangos de edad y tipos de hogares con un porcentaje de contratación más elevado.
Fuentes oficiales de la patronal del seguro, Unespa (@UNESPA), resaltan que los seguros médicos son "productos que se comercializan a precios competitivos y accesibles, la oferta disponible es amplia y plantea características diferenciales. Son productos que la gente “utiliza”. Esto le otorga una fortísima sensación de servicio entre sus clientes. Esta sensación es el resultado de que los pacientes (clientes de la aseguradora) generan relaciones de confianza con los médicos (facultativos que conforman el cuadro médico) y los centros donde son atendidos". Según Unespa, otra razón que impulsa su contratación es que "muchas empresas han incorporado el seguro de salud para sus trabajadores como concepto retributivo complementario".
Fuente: Unespa
Tal y como refleja el Informe Estamos seguros 2018, elaborado por Unespa, el 12,10% de los seguros de salud están suscritos por personas de 65 o más años. Algo mayor es la presencia de estas pólizas entre clientes de 30 a 64 años (el 16,53% la tienen), siendo el perfil que más contratan seguros de salud las parejas con dos hijos menores de 16 años (un 34,43%).
NIVEL DE CONTRATACIÓN DE LOS SEGUROS, SEGÚN LAS CARACTERÍSTICAS DEL HOGAR
Ojo a las carencias, exclusiones, preexistencias y tratamientos no cubiertos
La declaración de salud que el cliente firma al entrar en una aseguradora es vinculante, y las inexactitudes u omisiones que cometa tendrán consecuencias, como que le nieguen un tratamiento. Todas las compañías aplican limitaciones respecto a centros o médicos, servicios médicos... que hay que conocer previamente a la suscripción de la póliza.
-Carencias: un periodo temporal concreto desde la contratación de la póliza durante el cual algunas coberturas quedan excluidas. Es habitual hallar carencias de seis meses en la resonancia magnética, o en embarazos y partos (de un año, por lo general). Las aseguradoras evitan así hacer una póliza cuando el siniestro (acto que motivaría el desembolso económico) son conocidos e inmediatos.
-Exclusiones. Existen hechos o situaciones cubiertos por la póliza y otros excluidos. Por ejemplo, en un seguro de salud quedan amparadas todas las cirugías derivadas de una fractura ósea. Sin embargo, es habitual que la compañía excluya servicios médicos derivados de accidentes sufridos durante la práctica de deportes de riesgo.
-Preexistencias: dolencias y patologías previas que se declaran al contratar la póliza. Por ejemplo, si cinco años atrás la persona sufrió un desprendimiento de córnea en el ojo derecho (preexistencia), la mutua puede asegurarlo, pero excluyendo los servicios que pueda requerir en relación al ojo derecho, incluso excluir el servicio de oftalmología.
-Tratamientos no cubiertos: Es frecuente que no se cubran la psicología, la homeopatía, los tratamientos experimentales, incluso la cirugía correctiva permanente de la miopía.
Consejos elementales
-Antes de contratar, el cliente ha de exigir que le informen de la evolución del precio de la póliza año a año para saber, además de lo que le cuesta hoy, cuánto y de cómo modo se irá encareciendo dentro de unos años.
-Fundamental: el cuadro médico. En caso de póliza familiar, que tenga un buen pediatra, dentista, ginecólogo, etc, y que disponga de un hospital con urgencias cerca del domicilio, algo clave para las personas de mayor edad.
-Honestidad al realizar la declaración de salud: informar de todo lo referente a nuestra salud, aunque el percance sucediera en un pasado remoto. Las preexistencias no declaradas pueden conllevar que la compañía niegue la cobertura o la excluya.
-Elegir productos según nuestras necesidades. No todo el mundo necesita pagar por un seguro de reembolso de gastos en el extranjero, si no viaja con frecuencia o no lo hace en absoluto. O en el caso de alguien que viva en una zona rural con pocas opciones de elegir cuadro médico, le puede convenir más contratar un seguro económico con copago.