Los engaños de la industria alimentaria que más afectan a la cesta de la compra de los sénior

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Los consumidores españoles –y en especial, los sénior– están cada vez más sensibilizados con temas como la alimentación saludable, la sostenibilidad o el precio justo por los productos. Y eso, las marcas lo saben. Por eso, a la difícil tarea de hacer la compra hoy en día con la inflación desbocada y ante la llegada inminente de las Navidades, se suma la carrera de obstáculos que, según varios estudios, ponen las grandes compañías de alimentación y bebidas para que no sepamos realmente lo que compramos con estrategias de "publicidad engañosa". 

Tal como advierte un reciente análisis de la asociación de consumidores ADICAE (@ADICAE), "los engaños publicitarios rodean a la industria agroalimentaria, con mensajes falsos, packaging más grande y 'reciclable' o productos milagrosos", por lo que invitan a la ciudadanía a mantenerse alerta. Además señalan que otro de los grandes problemas del sector es que apenas una decena de grandes compañías como Coca-Cola (@CocaCola_es), Pepsico (@PepsiCo_ESP), Nestlé (@Nestle_es), Unilever (@UnileverSpain), Danone (@danone_es) o Kellogs (@KellogsEspaa), tienen el "monopolio de lo que comemos" a nivel mundial.

Cabe señalar además que los mayores de 65 años están llamados a convertirse en el público objetivo más importante para las grandes marcas generalistas de consumo en las próximas décadas. Es más, en la actualidad, los hogares sénior ya dedican 4.271 euros al año a llenar la despensa, 172 euros más que los hogares de menores de 65 años, según un informe de Kantar Media. Por eso, analizamos los engaños más frecuentes de las marcas de alimentación y bebidas, que más afectan a la cesta de la compra de los sénior.

Alimentos enriquecidos o milagrosos que no lo son tanto

A todos se nos vienen a la mente más de un anuncio de "productos milagrosos" que prometen reforzar nuestras defensas, deficiencias nutricionales o incluso evitar enfermedades. Especialmente importantes para los sénior son las leches que aseguran contener un aporte de calcio, omega 3, o productos con bífidus o Lactobacillus casei como Activia (@activia_es) o Actimel (@Actimel_es). Pero tal como señala el estudio de ADICAE, la mayoría de ellos no tienen base científica para afirmarlo u ofrecen argumentos parcialmente ciertos.

Además, el nutricionista Juan Revenga (@juan_revenga) asegura todas las empresas que incluyen complementos alimentarios "bordean la ley" y en muchas ocasiones "han sido denunciados por publicidad engañosa". Los expertos recuerdan también que la Ley 17/2011 de seguridad alimentaria y nutrición afirma que está prohibido aportar testimonios de profesionales sanitarios o científicos como medio de inducción al consumo de un determinado producto.

Falsas promesas ahorro en los packs o tamaños grandes

Comprar el formato grande, ahorro o familiar no siempre es más barato. Así lo han comprobado diversos estudios con productos lácteos, de droguería y otros alimentos donde el formato ahorro o de tamaño superior, como en el caso de la leche de 1,5 litros de Central Lechera Asturiana (@LecheAsturiana), puede llegar a ser más caro.

Sin embargo, según la asociación de consumidores FACUA (@facua), se trata de uno de los "engaños más comunes", que lo califica de "simple y efectivo". Por eso desde las asociaciones de consumidores recomiendan comparar el precio por unidad de medida (kilo, litro..) y buscar en varios establecimientos.

La trampa de los "sin azúcar", "bio" o "integral"

Muchas veces escogemos un producto por lo que dicen sus etiquetas: "sin azúcar", "bio", "integral".... Creemos que estamos comprando alimentos sanos, pero la realidad es que muchos llevan edulcorantes, productos procesados o que no son 100% lo que publicitan. Lo que sí comparten es que suelen ser más caros.

Por eso la Organización de Consumidores y Usuarios OCU (@consumidores) lleva tiempo alertando sobre las "etiquetas trampa" que algunas marcas utilizan para vender sus productos a un precio mayor y han presionado al Gobierno para que obligue a las empresas de la industria a un etiquetado "claro y sencillo", además de reducir la cantidad de ingredientes nocivos para la salud. 

El polémico etiquetado Nutri-Score

De hecho, éste era el objetivo de sistema de etiquetado Nutriscore, implantado en España desde 2021, que ofrece información sobre calidad nutricional de un alimento. Su escala de colores y valoración de la A a la E, establece puntuaciones en función de la presencia de elementos como el azúcar, la sal, la fibra o las proteínas, tan importantes para muchos sénior. Sin embargo, este sistema de etiquetado frontal de alimentos genera polémica por su difícil comprensión y por lo paradójico de sus resultados.

¿Cómo es posible que este cacao azucarado se presente como de alto valor nutricional?, se preguntan las asociaciones de consumidores. En opinión de ADICAE, "las grandes multinacionales han encontrado la manera de tergiversarlo". A este respecto el nutricionista Juan Revenga, asegura que "las campañas y recomendaciones centradas en nutrientes (y solo en nutrientes) son frecuentemente utilizadas por la industria para crear confusión en la población", en referencia a que la inclusión de fibra o fruta en productos de bollería mejoraría su puntuación. 

El reclamo de la "dieta mediterránea"

La dieta mediterránea es patrimonio de la Humanidad desde el 2010, está considerada la mejor del mundo y lleva años demostrando que es un patrón que garantiza longevidad y bienestar. Pero según una investigación de la Universitat Oberta de Catalunya concluye que solo el 13% de los productos publicitados en España como mediterráneos en la última década se asocian esta dieta.

En concreto, los productos alimentarios que más recurren al reclamo de 'mediterráneo' son el tomate frito y las salsas, seguidos de sopas y comida precocinada y bebidas, como marcas de pizza, ginebras o snacks. Esta alusión, según las investigadoras, genera gran confusión entre los consumidores, por lo que reclaman una actualización de la ley publicitaria. 

¿Envases reciclados?

También la sostenibilidad es una preocupación en auge entre los consumidores de todas las edades, incluidos los mayores. De ahí que hace casi una década, compañías como Danone o Coca- Cola, se comprometieroon a apostar por envases de materiales reciclados. Aún así, según una investigación publicada por la Red Europea de Periodismo de Datos, dos tercios de las promesas empresariales de las empresas de alimentación y bebidas para ser más ecológicas con los plásticos no se cumplen o no vuelven a mencionarse en sus informes. 

En concreto, el estudio realizado por la red especifica que en 2020, Danone todavía usaba solo un 20% de PET (polietileno tereftalato) reciclado en sus botellas de agua en todo el mundo, pese a haberse comprometido en 2009 a que el 50% de los plásticos utilizados en sus botellas estarían hechos de materiales reciclados. Recordemos que marcas como Evian o Lanjarón, además de sus yogures líquidos, pertenecen a la compañía.