Analizar las relaciones laborales suele ser sinónimo de hacerlo, casi siempre, desde un único punto de vista, que generalmente es la parte más débil y vulnerable en la relación: el del trabajador. Hoy, sin embargo, queremos darle la vuelta al espejo y averiguar qué les cabrea a los jefes españoles de los trabajadores. No hablamos de grandes problemas ni faltas graves recogidas en el Estatuto de los Trabajadores como motivo de despido disciplinario, sino de esas pequeñas actitudes, en ocasiones involuntarias, que pueden enrarecer la relación con el jefe e incluso ensombrecer un buen desempeño laboral.
Llegar el último y salir el primero, pausas para el café que se alargan más de la cuenta, andar continuamente con chismes; pasear por toda la empresa, siempre con papeles en la mano como si estuvieras muy ocupado; ir de afterwork con los compañeros… sin contar nunca con el jefe. Más allá de los tópicos, hemos querido desentrañar lo que de verdad crispa a los líderes. Y para eso, 65ymás ha hablado con dos verdaderos expertos en la materia: Juan Mateo, director del instituto superior de negociación de la Universidad Francisco de Vitoria, presidente de EyeKnow Films y autor de numerosos libros, como ‘El trabajo dignifica y cien mentiras más’ o ‘Cuentos que mi jefe nunca me contó’ y Alberto Gavilán, director de talento en Adecco.
Estas son las actitudes y formas de trabajar que de verdad crispan a los jefes españoles:
1) El pelota profesional
“El peloteo es en general algo que molesta muchísimo” asegura Juan Mateo. “Este tío al que le notas que todo lo que dice es para ver cómo te puede agradar, aunque le de igual, y se nota”. En efecto, la estrategia de ‘darle siempre la razón al jefe’ no siempre es la más acertada. “También hay que reconocer”, añade Mateo, “que hay jefes y jefes, y que mucho jefe mediocre es lo que necesita. Es una cierta psicopatía detrás de la que se esconden muchos complejos, el necesitar vitalmente que de digan constantemente lo bueno, listo y maravilloso que eres”. No obstante, salvo esos casos de mediocridad por parte de los manager, “los pelotas profesionales suelen poner bastante enfermo a los superiores”, sobre todo, porque suele coincidir en los trabajadores que más escurren el bulto y menos diligentes en su desempeño.
2) Falta de autonomía
Hay una característica de los trabajadores que antes pasaba más desapercibida, pero que ahora se está revelando crítica. En el actual contexto laboral, muy complejo, con mucha gente teletrabajando, la falta de autonomía supone un enorme punto negativo. “Esas personas que necesitan consultar cada cosa que hacen, que necesitan preguntar cada paso que tienen que dar y que necesitan de un nivel de supervisión muy alto puede llegar a sacar de quicio a algún manager o algún jefe tal y como están las cosas ahora mismo” nos cuenta Alberto Gavilán. En efecto, el complejo momento actual, en el que los modelos han cambiado debido al teletrabajo, exige de todos nosotros un esfuerzo extra. “Ahora se requiere un poco de autonomía y de autogestión y no tenerlo es una dificultad importante”, añade.
3) Exigir… pero no dar nunca
Sin lugar a dudas, son los manager y los jefes los encargados de mantener la motivación de equipo y el compromiso con el proyecto. Pero, en ocasiones, el jefe “tiene esa sensación de que todo el mundo viene a pedir y exigir, y a veces él también necesita que un empleado le eche un cable y diga ¿qué necesitas? ¿en qué te puedo ayudar más?” nos cuenta Juan Mateo. En definitiva, se trata de tener empatía con el jefe. “Como decía Kennedy: ‘No pienses lo que Estados Unidos puede hacer por ti, piensa en lo que tú puedes hacer los Estados Unidos’, pues lo mismo, pero en el ámbito de la empresa” añade Mateo. “Es decir, me parece muy bien que pidas, sin lugar a dudas un trabajador tiene que exigir todo aquello que necesite, pero también hay que dar de vez en cuando. Y el jefe es humano, y tiene sus problemas y berrinches, tiene que lidiar entre los de arriba y los de abajo, y también necesita ayuda”.
4) Incapacidad de gestionar el tiempo
“Esas personas que tienen falta de planificación, que no respetan los plazos de entrega de los diferentes proyectos, que no cumplen con sus compromisos en tiempo también pueden llegar a sacar de quicio a los jefes”, nos cuenta Alberto Gavilán. “Especialmente en un momento como el actual”, añade. Gestionar bien el tiempo de trabajo es clave para ser más eficiente y productivo en el trabajo. No es una cuestión de dedicar poco tiempo al trabajo, ni de hacer mal las cosas, deliberadamente. Es, sencillamente, una mala organización y planificación, e incapacidad para priorizar tareas y definir objetivos. “Teniendo en cuenta que ahora mismo la gente tiene que tomar decisiones solo y que tiene que gestionar su propio tiempo” dice Gavilán, “es un asunto crítico”.
5) El criticón y negativo
“Hay gente que no hace más que poner palos en las ruedas” explica Juan Mateo a 65ymas. “El típico criticón y negativo para un jefe es insoportable”. En efecto, ser el grinch de la empresa no parece muy buena estrategia. Es cierto que en muchas ocasiones esta actitud está relacionada con el burnout o síndrome de estar quemado, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido como enfermedad. Es consecuencia de un estrés laboral crónico, y se caracteriza por un estado de agotamiento emocional, una actitud cínica o distante frente al trabajo. De modo que, ante una actitud de ese tipo, conviene analizar si estamos ante un ‘grinch’ en toda regla, o si el problema está en la empresa y en el propio jefe, que han provocado que un buen trabajador esté quemado. “Es cierto que las personas no se van de las empresas, se van de los jefes, y que no hay nada peor en el mundo que un mal jefe”, asegura Mateo.
6) Poco o nada ‘accountability’: Incapaces de aportar soluciones
“Esos trabajadores que son incapaces de aportar soluciones ante un problema, o que, aún peor, no quieren, es otra de las cosas que los jefes más detestan y que más les fastidian” nos cuenta Juan Mateo. La pandemia, en el ámbito laboral, ha servido de alguna forma para mostrar las cartas de cada uno y poner al descubierto quien tiene iniciativa, capacidad de adaptación y de aportar soluciones. “Por eso es tan importante que las personas tomen las riendas, tomen decisiones y solventen los problemas que se vayan encontrando sin tener que estar constantemente recurriendo al jefe”, añade Alberto Gavilán.
“Ahora la palabra de moda es ‘accontability’ sobre el compromiso que deben demostrar las personas”, explica Mateo. Aunque no existe una traducción literal en castellano, ‘accountability’, en el ámbito laboral, se refiere a la responsabilidad y la actitud que muestran las personas dentro de la empresa y a su capacidad de abordar los problemas de forma activa y positiva. Se refiere a la capacidad de aportar soluciones sin esperar que nadie venga decirnos qué hacer en cada momento. “Esa gente que dice, ‘dame, que yo me ocupo, yo me encargo’ es lo que necesitan las empresas y los jefes” nos cuenta Juan Mateo. Y más, en un momento como el actual, en el que todos nos hemos enfrentado a problemas nuevos. “Nadie esperaba una situación como la que hemos vivido” explica Alberto Gavilán. “Ahora mismo es ingestionable para un mánager si ante un problema las personas no son capaces de buscar una solución por sí mismas y gestionar la situación”, añade.
El coronavirus cambiará las relaciones laborales
La crisis provocada por el coronavius ha supuesto un enorme pulso en la gestión de las empresas y, probablemente, cambiará las relaciones laborales en el futuro. “Se van a basar mucho más que antes en la confianza mutua y en el sentido común”, explica Alberto Gavilán. “En un escenario muy complejo, las empresas han descubierto que el teletrabajo funciona, que las personas son capaces de responsablizarse y que las cosas salen adelante”. Los trabajadores, por su parte, también han descubierto que “el teletrabajo no es una solución mágica”. De hecho, Gavilán explica que recientemente se ha encontrado con mucha gente que antes pedía teletrabajar, y ahora está deseando volver a la oficina. “Hemos visto cambios radicales”, asegura.