No hablamos de empresas cuya fuerza laboral esté formada por los protagonistas de ‘La noche de los muertos vivientes’ de George A. Romero ni que tengan como consejero delgado al personaje de Michael Jackson de Thriller, aunque sí hablamos de empresas que tienen tanta vida por delante como ellos, y que, en lugar de carne fresca y cerebros, consumen recursos, créditos y ayudas públicas.
Y no nos lo inventamos nosotros, 'zombi' es el término con el que el mundo financiero se refiere a esas empresas que sobreviven gracias a los créditos, que no tienen ya beneficio y sus ingresos se destinan a cubrir los gastos financieros, que cada vez son mayores, porque los intereses de los préstamos se hacen mayores, a media que consiguen refinanciar su deuda. Son, literalmente, muertos vivientes.
El término zombi para referirse a este tipo de corporaciones comenzó a usarse en Japón tras tras el estallido de la burbuja financiera e inmobiliaria vivida en década de los 80 del siglo pasado, en 1991, y que daría lugar a la llamada ‘década perdida’. Después, el término se generalizaría, ya en todo el mundo, tras la crisis financiera mundial que comenzó en 2008, con la quiebra de Lehman Brothers.
No es un fenómeno nuevo, pero la crisis provocada por el coronavirus ha disparado su número y las ayudas públicas ha abierto el debate en torno a si se debe destinar dinero público a una empresa que, probablemente, terminará en quiebra igualmente. Dos elementos que las ha hecho salir a la luz del día, tanto como la noche hace salir a los zombis en el cine.
La magnitud del problema, ¿de cuántas empresas estamos hablando?
La pandemia duplicará el número en España de las denominadas empresas zombis, empresas vulnerables que presentan durante al menos dos ejercicios un resultado de explotación insuficiente para cubrir los intereses de su deuda. Esta es la conclusión del análisis realizado por Iberinform, la filial de Crédito y Caución, que ha tenido en cuenta las más de 270.000 cuentas de empresas con cuentas depositadas correspondientes a los ejercicios de 2018 y 2019. A falta de los datos de 2020, estima que en el año de pandemia, cerca del 17,6% del tejido empresarial español pueda considerarse zombi, muy por encima del 9,2% que había antes de la pandemia.
Se trata de compañías que, a pesar de no ser rentables, lograrán sobrevivir en el mercado mediante la refinanciación continua de su deuda. Sus posibilidades de supervivencia final son extremadamente limitadas, pero durante el tiempo adicional en el que operen transmitirán gran parte de sus problemas financieros a sus proveedores, a través del riesgo de crédito”, explica el director general de Iberinform, Ignacio Jimenez.
El Banco de España, contra los zombis
El Banco de España, en su informe anual de supervisión, asegura que las entidades financieras deberían comenzar a identificar los casos de "inviabilidad clara" para "fomentar fórmulas que favorezcan una salida ordenada del mercado".
el Banco de España advierte de que existen evidencias de que la mayor supervivencia de empresas “zombis” en el mercado reduce los beneficios del resto de las empresas, disminuye la inversión y el crecimiento del empleo, desincentiva la entrada de nuevas sociedades y provoca una “mala asignación” de los recursos productivos y pérdidas de productividad.
Ayudas públicas para empresas zombis, ¿si o no?
El gobierno también parece alineado con el Banco de España en la necesidad de luchar contra este tipo de empresas. La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha recalcado la necesidad de “concentrar los esfuerzos en las empresas que verdaderamente más lo necesitan. Tenemos que asegurarnos de que se cubre a las empresas que eran solventes antes y están en una situación transitoria”
Y el fondo de recapitalización de empresas medianas afectadas por la crisis, incluido en el real decreto-ley de medidas urgentes para garantizar la solvencia de las empresas, dotado con un total de 11.000 millones, está dirigido a reforzar los balances de empresas que eran viables en diciembre de 2019, pero que se enfrentan a problemas de solvencia por la pandemia.
Para CC.OO., el éxito de estas ayudas será que lleguen a tiempo a aquellas empresas viables y que, por el contrario, no terminen financiando a empresas ‘zombis’ que terminen cerrando tras recibir el dinero público.
Una bola de nieve, cada vez más grande
Dicen los expertos que el Banco Central Europeo (BCE) y la mayor parte de las entidades financieras son parte del problema, lo retroalimentan, permitiendo que la bola de nieve crezca. El BCE, a través de su política monetaria ultraexpansiva, ha inundado de liquidez el mercado con la compra de deuda de los países, para segurarse que siguiera fluyendo el crédito. Y los bancos, por su parte, con una rentabilidad y márgenes bajos, prefieren refinanciar la deuda, aún sabiendo que probablemente no la cobrarán, antes de parar el problema, lo que les obligaría a reflejar en su balance préstamos incobrados.
Al final, la rueda continúa funcionando porque los tipos de interés están muy bajos. En cuanto los bancos centrales comiencen a subir tipo, algo que aún no es previsible, las quiebras se producirían en cascada.