"Uno de los grandes retos de las sociedades avanzadas y en el caso de la española, más si cabe, es cómo nos enfrentamos al paulatino envejecimiento de la sociedad y el aumento de la esperanza de vida. Las tasas de ocupación de los menores de 55 años en España están bien, pero apartir de ahí vemos que estamos entre las más bajas de Europa". Lo puede decir de una manera más o menos directa, pero el mensaje que ya emitió hace unos días en el diario Ara, se repite.
El ministro se Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha vuelto a insistir este viernes en la necesidad de una "reflexión", de un "cambio cultural", que nos permita seguir las tendencias internacionales de trabajar más años de los actuales o al menos de no expulsar a los sénior del mercado laboral a edades tan tempranas como los 55 años. Lo ha hecho durante la presentación del Mapa de Talento Sénior del Centro de investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre (@FM_Ageingnomics) que también incide en este reto.
"Las empresas tienen resistencia al cambio"
Esto considera que lleva a una reflexión importante: "Hay que asumir algunos cambios que tienen que ver con el marco normativo, pero también en el marco cultural, de las empresas y de los propios individuos". De ahí que señala que se presentan varios retos como el de cambiar la concepción de que el trabajo sénior quita puestos al joven, pero sobre todo confiesa que en el ámbito de las empresas "hay mucha resistencia a los cambios normativos".
"Nos hemos encontrado con que muchos departamentos de recursos humanos de empresas no abordan bien el desarrollo de las carreras profesionales y ven a los trabajadores sénior como un coste", señalan, mientras defiende que esto no debería ser así. A esto se une, según el ministro, la cláusula de 2018 de la jubilación forzosa por convenio –que se propone eliminar hasta los 68 años en la primera parte de la reforma de las pensiones ahora en tramitación parlamentaria–. "La jubilación es un derecho, no una obligación", insiste.
"Hay que darle una vuelta a la jubilación activa"
Además, anima a las empresas repensar las fórmulas de jubilación activa. "En España se hace escaso uso del trabajo a tiempo parcial y hay poca flexibilidad en el mercado de trabajo. Hay que darle una vuelta a la jubilación activa, sobre todo en el caso del trabajo asalariado", ha añadido en referencia a la necesidad de fomentar nuevas opciones de complementar el trabajo y la pensión.
Como consecuencia señala que se da un menor porcentaje de trabajadores sénior -a medida que se acerca la edad de jubilación–. El ministro lo explica principalmente por el efecto de las jubilaciones anticipadas y la falta de conocimiento sobre fórmulas como la jubilación demorada "que hasta ahora tenía incentivos más bajos que los de los países del entorno". "Hemos comprobado a través de varios estudios que gran parte de los españoles acogería esta opción", señala en referencia al cheque Escrivá de 12.000 euros.
Insiste en fomentar la jubilación demorada y frenar la anticipada
De ahí que el ministro haya recalcado los "cambios sustantivos" presentes en la nueva reforma de las pensiones defendida este jueves en el Congreso, que incluye desincentivar la jubilación anticipada aún más y crear mayores atractivos para la demorada. En concreto, Escrivá ha destacado que tras estudiar la situación de cerca, desde el ministerio han concluido que los desincentivos entre las pensiones de bases más altas eran muy bajos y por eso han querido subirlos con la nueva ley, así como modificarlos en el tiempo "para que no se jubilen dos años antes de la edad legal".
En cuanto a la jubilación demorada, ha defendido la posibilidad presente en la norma de funcionar a partir de "premios" o incentivos como el cheque por retrasar la jubilación, que podrían contribuir a la sostenibilidad del sistema ante la inminente llegada de la generación babyboom y una mayor tensión sobre las cuentas públicas de la Seguridad Social. "Usted al demorarlo, está ayudando también a la Seguridad Social. Nos repartimos el premio", propone.
"En la Administración tenemos un problema interno muy grande"
En la presentación del Mapa de Talento Sénior, también ha habido espacio para la confesión. En referencia a la falta de mentoring y transmisión de conocimiento que el estudio refleja dentro del mercado laboral español, el ministro de Inclusión ha reconocido el "problema" de la propia administración en cuanto a las dificultades de transmisión de conocimientos de unas generaciones a otras.
"La plantilla de funcionarios de la Seguridad Social tiene una edad media de 56 años y me han trasladado su preocupación sobre la transferencia de conocimientos en temas muy complejos, que requieren mucha experiencia, tratar con muchos expedientes...", ha señalado Escrivá admitiendo que no tienen demasiados mecanismos de transferencia y que pronto se van a ver ante la jubilación de los funcionarios de la generación babyboom que acumulan este conocimiento. "Hay que trabajar en modelos de transmisión", concluye.