Los confinamientos, la caída en el gasto y la preferencia por el pago con tarjeta para reducir los contactos han ahondado una tendencia que ya existía antes de la COVID-19: la desaparición de los cajeros automáticos y un menor uso del dinero en efectivo. En 2020 han desaparecido más de 1.000 cajeros automáticos en todo el territorio nacional y las retiradas de efectivo en ellos se hundieron un 31,25%, mientras que su importe cayó un 18,36%, según recoge la última estadística actualizada por el Banco de España.
En 2020, la red de cajeros automáticos en España se redujo en 1.020 cajeros, lo que supone una caída del 2,02%. Así, el pasado año terminó con un total de 49.481. Con el objetivo de desincentivar el uso de la ‘ventanilla’, los bancos aumentaron el número de cajeros a partir de 2016. Ahora, la tendencia ha cambiado y la cifra de máquinas ya es menor a 50.000, lo que sitúa su número en mínimos de 2002. El objetivo, fomentar la banca a través de Internet.
Por otro lado, si en 2019 las retiradas de efectivo ya cayeron un 2,8%, rompiendo con cinco años de ascensos, en 2020 se hundieron un 31,25%, en un ejercicio marcado por la pandemia de la COVID-19. En cuanto al importe retirado, tras seis años de incrementos, se contrajo un 18,36% respecto al año anterior.
Más comercios con terminales para el pago con tarjeta o móvil
Por el contrario, la red de terminales de puntos de venta (TPV) creció un 6,77%, hasta los 2,07 millones de dispositivos, según la estadística del Banco de España. Es decir, cada vez son menos los comercios que descuelgan el cartel de 'solo efectivo'.
Los pagos con tarjeta en TPV registraron un incremento del 4,4% en 2020, hasta 4.735 millones de operaciones, con aumentos todos los trimestres respecto al mismo periodo del ejercicio precedente, a excepción del segundo, donde las operaciones cayeron un 16% frente a abril-junio de 2019. En los últimos 20 años, el número de pagos con tarjeta ha crecido todos los ejercicios.
El debate sobre el fin del dinero en efectivo, más abierto que nunca
Según el estudio De la libreta al móvil: evolución del ecosistema bancario elaborado por el neobanco o banco móvil, N26, la crisis de la COVID-19 ha servido como catalizador de un proceso de digitalización del sector que ya estaba en marcha antes. Más del 70% de los encuestados por este estudio, estaría dispuesto a dejar de usar efectivo y el mismo porcentaje considera que los pagos podrían llegar a ser únicamente sin contacto a través de la tarjeta, pagos móviles o incluso pagos por voz o reconocimiento facial. Además, casi el 50% de los usuarios de banca en España dejaría de ir a su oficina bancaria si su entidad le permitiera realizar todas las operaciones online, y más de un tercio preferiría poder hacer todas las consultas a través de un chat instantáneo.
Ahora bien, tras estos datos se esconden diferencias por edad. Solo el 12% de los mayores de 55 años usa la banca digital, y solo 1 de cada 4 mayores de 55 años se ha planteado cambiar a un banco digital. Según este estudio, los mayores de 55 son más escépticos a la hora de creer en la desaparición de los cajeros en los próximos años, frente a los millennials.
Solo un 37% de la generación Silver, los mayores de 55 años, creen que desaparecerán los cajeros y los pagos en efectivo. Según el estudio, este grupo de edad son los más insatisfechos con su banco actual y quienes lo consideran menos transparente, pero se resisten más al cambio.