La edad también importa a la hora de interpretar la hecatombe provocada por la crisis sanitaria del coronavirus, que ha arrasado con un millón de empleos en nuestro país hasta tener 18.607.000 de ocupados, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2020. Esto supone una destrucción de empleo anual del 6,1%, únicamente comparable con la observada en 2009 (del 7,2%). La tasa de paro, por su parte, escaló nueve décimas, hasta el 15,33%, la más elevada desde el primer trimestre de 2018 y el doble la media europea, según Eurostat. En este caso la crisis se ha cebado especialmente con los jóvenes, que protagonizan caídas en el empleo cercanas al 20%, mientras que el golpe ha sido mucho más ligero entre los trabajadores sénior y con contratos indefinidos.
En términos absolutos, la última Encuesta efectuada por el Istituto Nacional de Estadística (INE) contabiliza 3.624.400 ocupados de 55 años o más (solo el 1,99% menos que el trimestre anterior), según al última EPA. Es decir, que el empleo en este grupo de edad se mantiene en comparación con otras franjas más golpeadas como los jóvenes, las personas trabajadoras temporales y, las menos formadas, que se colocan como las más perjudicadas por el tsunami que ha generado el coronavirus. En concreto, una de cada cuatro personas menores de 30 años ha perdido su empleo, especialmente en el sector servicios. La principal razón que explica esta diferencia es que los trabajadores mayores tienen una tasa de temporalidad mucho menor, según los expertos.
Fuente: INE
Más afectados por los ERTE
Pese a que la caída del empleo en el segundo trimestre ha sido generalizada y todas las franjas de edad han experimentado pérdidas de empleo, "el 80% del empleo destruido ha sido temporal y por eso ha recaído en las personas trabajadoras de menos edad fundamentalmente. Por ejemplo, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo solo se pueden aplicar en trabajadores indefinidos y esto a provocado el despido de muchos trabajadores temporales", aclaran desde la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (@socialfedea). Estos datos confirman que el número de personas ocupadas mayores de 55 años, -e incluso tomando como punto de partida los mayores de 45 años–, no se ha visto tan afectadas.
Pero los expertos matizan sobre el efecto que puede tener que el INE no haya incluido en sus datos a las personas afectadas por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, situación en la que se pueden encontrar los trabajadores con más experiencia. "La crisis está afectando más a los mayores de 55 años vía ERTE que por una pérdida directa del empleo, lo que a priori hay que considerarlo algo positivo, dentro del escenario general, que es de máxima preocupación", sostiene Valentin Bote, director de Randstad Research (@Randstad_es), quien invita no olvidar que son cientos de miles los mayores que han estado o todavía siguen, afectados por un ERTE. Según cifras del Ministerio, del total de afiliados a cierre de junio, 1.830.664 seguían en ERTE.
Fuente: FEDEA
Se ha dejado de crear empleo sénior
"El número de personas desempleadas mayores de 55 es practicamente el mismo que hace un año. Si bien es cierto que no se ha creado más empleo, que era lo que se esperaba por la tendencia que traíamos. En otras palabras, no se ha destruido empleo de las personas mayores de 55 pero sí se ha dejado de crear", explican desde FEDEA. Una matización que también confirman fuentes del INE quienes aclaran que "en este trimestre la caída de ocupación ha producido, más que un incremento del paro, un aumento de la inactividad". Así, concluyen que los inactivos mayores de 55 años han pasado de los 10,9 millones hace un año a 11,1 millones en la actualidad, lo que supone un incremento del 2%.
Además, todavía hay 474.000 mayores de 55 años en las listas del paro del último trimestre, según los datos de la última EPA. Esto supone un descenso del 6,80% respecto a marzo. Pero los expertos insisten en la dificultad de interpretar los datos en la coyuntura actual. Según el INE, para que una persona que no trabaja sea contabilizada como desempleada estadísticamente se exige el requisito de que busque activamente empleo y se incriba en el SEPE, una circunstancia que ha podido verse afectada por el confinamiento y el cierre de empresas, que ha impedido que 1,63 millones de personas que estaban disponibles para trabajar no pudieran buscar empleo.
Fuente: INE
El 62% de los mayores de 55, estancados en el paro de larga duración
Según el informe #TuEdadEsUnTesoro, el 62% de los desempleados mayores de 55 años es parado de larga duración y el 40% los candidatos de esta edad son descartados en los procesos de selección. Esto ocurre especialmente en los sectores vinculados con las nuevas tecnologías o el márketing.
“Desde la recuperación económica iniciada en 2014, el índice de desempleo de larga duración venía experimentando una notable mejora que, sin embargo, puede cambiar completamente de rumbo con la crisis de la COVID-19”, apunta el director general de la Fundación Adecco (@fund_adecco), Francisco Mesonero, responsable del informe.
“La pandemia ha de ser un punto de inflexión para resetear esquemas tradicionales y abrirse a la contratación de los sénior como clave para la competitividad del país. Es el mayor reto de nuestra era y no se trata únicamente de justicia social, sino de una necesidad imperante en una nación en récord de envejecimiento. O actuamos ahora o antes de lo que parece será demasiado tarde”, señala Mesonero.
Fuente: Fundación Adecco