Simular o exagerar un latigazo cervical tras un alcance o colisión en coche está dando paso a nuevas formas de defraudar al seguro, ligadas a la tecnología, a la inteligencia artificial, a las nuevas formas de movilidad y más ligadas a otros ramos del seguro, como el de hogar, comunidades, comercio y oficinas.
Intentar engañar al seguro es una práctica que crece cada año, de hecho, en diez años se ha duplicado y que se sofistica, aunque también lo hacen los medios de las aseguradoras para detectarlo. La ciencia de datos, inexistente hasta hace poco, evitó el año pasado pagos fraudulentos por más de 7,5 millones. Son algunos de los datos recogidos en la X edición del Mapa AXA del fraude en España.
Nuevas formas de engaño
Las nuevas formas de movilidad están llevando aparejada nuevas necesidades de aseguramiento y, por consiguiente, nuevas formas de fraude. Es el caso, por ejemplo, de los patinetes eléctricos, con los que se simula daños materiales causado por el conductor contra un tercero, y que suele afectar a teléfonos móviles, tratando de activar así la cobertura de responsabilidad civil.
Los temporales y las DANAS, cada vez más intensos, también se utilizan. De hecho, este tipo de causas concentran el 30% de los fraudes. El aumento de los eventos climáticos severos está sirviendo como coartada para simular o fingir daños no relacionados con tales causas o, en caso de existir, exagerarlos sacar un mayor provecho del seguro.
Aunque todavía son pocos los casos que se han identificado a nivel mundial, llaman la atención por su novedad los intentos de defraudar al seguro a través de la suplantación de la identidad con la tecnología que permite recrear la fisonomía facial e incluso la voz de un individuo a través de deepfakes. En los últimos años también son recurrentes los casos de turistas en España que, tras volver a sus países de origen reclaman a los Tour Operadores con quien contrataron el viaje una indemnización por intoxicaciones alimentarias durante su estancia en el hotel.
Crecimiento del fraude
La tasa de fraude al seguro en España no ha dejado de aumentar en los últimos diez años, pasando del 0,95% en 2012, al 1,95% en 2022; es decir, en la actualidad en casi 2 de cada 100 siniestros se detecta fraude. El crecimiento ha sido constante, con un repunte especialmente significativo en el año 2020, coincidiendo con la pandemia de la COVID19 y el confinamiento obligado en todo el territorio nacional. En los años posteriores, se ha moderado.
El fraude al seguro del coche baja
A pesar de que el seguro ligado a la movilidad continúa siendo el área de negocio que concentra el mayor porcentaje de fraude al seguro, éste ha caído de manera muy significativa en los últimos diez años. En 2012, siete de cada diez casos de fraude al seguro se producían en el ramo del Auto. En la actualidad son cinco de cada diez. Una de las razones que está detrás de esta caída han sido las reformas del Baremo de Lesionados, que desde hace unos años han hecho menos atractiva la coartada del coche para defraudar al seguro. Es exactamente lo contrario de lo que ha ocurrido con el ramo de Multirriesgos (Hogar, Comercio y Oficinas, y Comunidades). Aquí el porcentaje se ha duplicado en diez años, pasando del 7%, al actual 13%.
Fraudes oportunistas y engaños premeditados
Más de la mitad de los fraudes corresponden a casos en los que el asegurado ha sufrido un siniestro real, pero intenta introducir daños que nada tienen que ver con el suceso. De todos estos casos, los que trataban de defraudar menos de 600 euros, han supuesto entre el 50% y el 60% del total en los últimos diez años, según el informe de AXA.
Por otra parte, el 41% de todo el fraude corresponde a casos en los que existe una premeditación, una planificación para tratar de delinquir y obtener un beneficio económico del seguro, ya sea a través de un daño real a o ficticio. Este porcentaje se ha mantenido más o menos estable a lo largo del tiempo; y el coste medio ha oscilado entre los 3.000 y los 4.000 euros en el mismo periodo. Por último, están las tramas organizadas, que aunque su peso en el total de casos es menor, los importes defraudados son mucho mayores y las formas de combatirlas, más complejas. Esta distribución de los engaños por su tipología apenas ha cambiado en los últimos años.
El fraude: más empresarial que personal
Pese a que al hablar de fraude al seguro probablemente nos venga a la cabeza a un individuo intentando engañar a su seguro del coche o del hogar con pequeñas triquiñuelas, el fraude al seguro es mucho más profesional que personal. Es decir, se da en el ámbito empresarial.
En los últimos años se han destapado nuevas tipologías, como el empleo inadecuado de pólizas de concesionarios de coches. Son casos en los que una o varias personas físicas se dan de alta como profesionales de la compraventa de vehículos y ofertan a través de Internet seguros de Auto a menor precio haciendo pasar el vehículo de un tercero por vehículo de su flota, con pólizas más baratas.
AXA también ha detectado a empresas que activan su cobertura de Responsabilidad Civil (RC) de manera maliciosa. El cliente de la aseguradora en estos casos es una gestoría o una asesoría fiscal que, en connivencia con su propio cliente, planean una estrategia destinada a que éste último evada impuestos. Cuando la Agencia Tributaria detecta el fraude se aduce un supuesto error de cálculo del asegurado (la gestoría) para activar la cobertura de RC y que sea la aseguradora la que afronte el pago de la sanción tributaria. Otra tipología de un fraude similar lo protagonizan empresas que reclaman una sanción
impuesta por la Seguridad Social, al detectar en una inspección a trabajadores que no estaban dados de alta. La gestoría asegurada se hace responsable argumentando haber olvidado gestionar dichas altas e intenta que supóliza de Responsabilidad Civil asuma el coste. Gestoria y empresa trabajan compinchados.
También se ha detectado una estafa por parte de algunas agencias de viajes que se liquidan pocos meses después de su creación apropiándose de las cantidades de las reservas de los viajes de sus clientes, a los que dirigen tras la liquidación a la aseguradora para que haga frente al pago de los anticipos, mientras ellos abren una nueva agencia y continúan con la estafa.
Encarecimiento de las pólizas para todos los clientes
AXA recuerda en su infomre que los mayores perjudicados del fraude al seguro son los clientes honestos. La detección de los casos de fraude tiene un impacto importante en la prima que pagan los asegurados por sus pólizas. En los últimos diez años, los pagos evitados por casos de fraude y que no fueron repercutidos en el resto de los asegurados supusieron un ahorro de entre el 20% y 27% en el seguro de Responsabilidad Civil y de entre el 6% y el 10% en Industrias. Por su parte, en los ramos con mayor penetración en el mercado, este ahorro para los clientes ha estado entorno al 4% en Auto y al 5% en Hogar. "En AXA pensamos que el fraude al seguro es un problema social y económico que hay que poner sobre la mesa y explicar a los asegurados las implicaciones que tienen para todas estas prácticas", asegura Olga Sánchez, consejera delegada de AXA. "Y advertir a los honestos, que son mayoría, que no nos quedamos de brazos cruzados, sino que lo combatimos”, añade.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.