Durante mucho tiempo guardar una gran cantidad de dinero en efectivo en los hogares era una práctica bastante habitual. Antes el papel de los bancos no era el actual, y por eso muchos españoles preferían tener billetes y monedas en sus casas, al alcance de la mano para poder realizar las transacciones que quisieran. Otro de los motivos era que aún no existía la domiciliación bancaria en los recibos, y los cobradores tenían que ir de casa en casa recogiendo el dinero de abonados y clientes.
Pero de eso ya hace mucho. El avance de las tecnologías ha permitido que los bancos estén al alcance de cualquiera. A día de hoy, rentas, pensiones y prestaciones se cobran a través de la banca. Hacienda no es partidaria de que los españoles sigan guardando una cantidad considerable de dinero en efectivo en sus hogares. Por eso, durante estos meses de verano ha llevado a cabo de acciones que impiden esta práctica tan popular y legal, y que en algunas situaciones está catalogada como sancionable.
El Ministerio de Hacienda (@Haciendagob) ha explicado los problemas que esto provoca, tanto a nivel individual como colectivo. Además, ha endurecido la norma de para pagar en efectivo, fijando la cantidad máxima en 1.000 euros, y no en 2.500 como estaba establecido para abonar en monedas o billetes.
Intereses, declaración de la Renta y procedencia del dinero
La ministra María Jesús Montero y su ministerio han llevado a cabo estos cambios. Por un lado, endurecer la normativa, y por otro avistar de los riesgos, también legales que se corren con esta práctica, que a simple vista puede parecer inofensiva para el sistema. Aunque oficialmente es legal guardar dinero en casa, es poco aconsejable. Y es que, aunque existe una cantidad máxima para pagar en efectivo, no hay nada fijado en lo relativo al dinero que cada uno guarda en su casa, y por eso podrían surgir problemas a la hora de guardarlo, su posible uso y la posterior declaración.
Desde el Ministerio han querido dirigir su atención a tres puntos esenciales: el dinero guardado no genera intereses bancarios, y con el paso del tiempo no tiene el valor total que en su día tenía, por lo que la inflación a la hora de generar beneficios se ve afectada.
En segundo lugar, el Ministerio ha recordado que el contribuyente tiene la obligación de notificar la cantidad que tiene en su casa en la declaración de la Renta, y Hacienda en caso de ver un movimiento sospechosa, exigirá una justificación para que se demuestre que no se ha realizado una actividad ilícita, o no declarada.
Y por último, el tercer problema tiene que ver con la procedencia de ese dinero: el contribuyente tiene que justificar la procedencia del dinero, para que no se le haga pagar un tributo. Y en caso de no poder justificarlo será sancionado con una multa, y parte del dinero guardado podría perderse.