¿A qué huele Zara? El uso del marketing olfativo para vender más

El marketing olfativo utiliza fragancias en espacios y tiendas con el objetivo de crear emociones y mejorar la experiencia de clientes y usuarios. La firma especializada en marketing olfativo Ambiseint (@Ambiseint), fundada en 2004 en Ibiza, es propietaria de diversas patentes y diseños industriales internacionales de difusores homologados para su conexión a sistemas de climatización que permiten perfumar espacios de hasta 1.200 m2. La empresa ibicenca afirma que “con la implantación de un aroma corporativo u odotipo, está demostrado científicamente que el tiempo de permanencia en el local aumenta, se intensifica la producción de endorfinas en la pituitaria y se consigue una atmósfera de relajación que incentiva la confianza. Todos estos estímulos positivos, crean una impronta en el subconsciente de la persona y la predispone a una potente fidelización con la marca y sus productos”.

Ambiseint afirma que diferentes estudios científicos han demostrado que un establecimiento correctamente aromatizado es capaz de vender hasta un 70% más. Sobre el efecto que puede tener en las ventas, otra empresa española del ramo, Marketing Olfativo, asegura que el aroma adecuado prolonga la estancia en un 15% e incrementa el deseo de compra en otro 15%. Esta empresa cita en su página web estudios realizados en la Universidad de Rockefeller (Nueva York) que aseguran que “las personas pueden recordar hasta el 35% de lo que huelen, en cambio sólo pueden retener el 5% de lo que ven, el 2% de lo que escuchan y el 1% de lo que tocan”, y añade que las personas somos capaces de recordar más de 10 mil aromas diferentes. Para aprovechar esta habilidad el marketing ha encontrado en los olores el aliado perfecto para llegar a los clientes de una manera diferente y efectiva.

Además del incremento en las ventas y en la fidelización de los clientes, un aroma personalizado fortalece la imagen de las marcas –el cliente que percibe un olor agradable en un comercio lo acaba asociando a sus productos o servicios–, y el ambiente laboral, puesto que puede potenciar el bienestar, la concentración y el rendimiento de los empleados.

Productos aromáticos

Para elegir el aroma adecuado se estudia la filosofía que hay detrás de cada marca, su público objetivo y los valores que desea transmitir. Posteriormente se presentan unas propuestas (amaderados, frutales, florales, cítricos, dulces…) y, en base a ellas, un equipo de I+D acaba elaborando el aroma que definirá la marca o formará parte de su estrategia de comunicación o de ventas.

Además de potentes difusores para distribuir aromas en establecimientos a través de aires acondicionados, se pueden usar otras tecnologías y productos sensoriales como espray, aceites, aromas en seco, velas, geles, mikados (tarros con varillas impregnadas), bolsas rellenas de perlitas impregnadas o las propias etiquetas individuales de los productos.

Un aroma para cada establecimiento

Con toda esta tipología de productos aromáticos, tanto pequeñas como medianas y grandes empresas de todos los sectores utilizan el marketing olfativo para mejorar sus ventas: cadenas de supermercados, tiendas de ropa (como Zara), gimnasios, hoteles, cadenas de restauración, discotecas y otros negocios menos obvios, como centros de salud, aerolíneas, aeropuertos o marcas de automoción.

En algunos casos, el aroma corporativo trasciende el espacio físico del establecimiento, ya que también existen soluciones para aromatizar el packaging de los productos que compramos en línea y recibimos en nuestro domicilio.