¿Inflación crónica? Los precios seguirán en niveles muy altos hasta el verano, alertan los expertos

Inflación sin tregua: el IPC se dispara al 6,1% en febrero por la energía y los alimentos

La inflación vuelve a subir en enero, al 5,9%, tras el fin del descuento a los carburantes

Azúcar, aceite, huevos... Alimentos que se han encarecido entre el 52% y el 20% en un año

El nuevo aumento de la inflación general, hasta el 6,1% anual en febrero, y sobre todo, la subida incesante de la inflación subyacente (hasta el récord del 7,7%), sugieren que España puede sufrir lo que se denomina inflación de segunda ronda y constatan que la medida del Gobierno de eliminar y reducir el IVA a ciertos alimentos es insuficiente para contener el encarecimiento de la cesta de la compra básica. Y es que, tras la moderación del IPC en la parte final de 2022, en los dos primeros meses de 2023 la inflación vuelve a coger impulso.

La mayoría de expertos consultados por 65YMÁS advierten de que hay riesgo de que las alzas de precios se cronifiquen, y en todo caso, hasta cerca del verano no esperan bajadas apreciables del IPC, con lo cual, salvo nuevas medidas del Ejecutivo, los hogares españoles siguen perdiendo poder adquisitivo a marchas forzadas. Coinciden en que un 7,7% de inflación subyacente es una tasa altísima, que certifica que, lejos de los cantos de sirena lanzados desde el Gobierno, la realidad es tozuda y continuamos teniendo incrementos de precios muy considerables.

Por parte del Gobierno, llaman a la calma, y de hecho el presidente, Pedro Sánchez, asegura que habrá descensos de precios de consumo en los próximos meses, mientras que el socio de coalición, Unidas Podemos, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, insisten en que "lo que hay que hacer" es "actuar sobre los márgenes empresariales", puesto que el empobrecimiento generalizado muestra que "las familias no tienen más tiempo que perder".

"Mal dato anual, mensual y subyacente" 

Enrique Devesa (@DevesaCarpio), profesor titular de Economía Financiera y Actuarial de la Universidad de Valencia, asegura que se trata de "un mal dato del IPC anual, mal o peor dato del subyacente anual y muy malos datos de los intermensuales de ambos indicadores. Hay que conseguir (no solo intentar) que el IPC baje, o nos encontraremos con más problemas de los que esperábamos este año. Aunque falta mucho tiempo, ya veo difícil que el índice de revalorización de las pensiones para 2024 baje del 4%. De momento, el promedio de los tres primeros meses que computan para su cálculo está en el 5,9%".

El elevado nivel de precios de la alimentación, que atestigua el INE, se debe, "por una parte, a que se ha podido difuminar la bajada del IVA de los alimentos, y a que este solo podía mejorar muy ligeramente el IPC, porque el porcentaje que se aplicaba ya era muy bajo. Cada vez me preocupa más la subyacente, claro, pero el repunte de un punto de la intermensual del IPC general también es muy preocupante".

Para el catedrático y subdirector de FEDEA, José Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz), hay dos aspectos preocupantes: la fuerte subida mensual del IPC en febrero, del 1%, y el récord de la tasa subyacente. "Aunque seguramente en marzo de 2023 habrá una gran bajada de la tasa anual de precios, puesto que en marzo de 2023 se produjo una subida extraordinaria, sigo pensando que la situación inflacionista hace necesario un pacto de rentas, porque si la inflación es duradera, como así parece, nos enfrentamos al peligro de que empiecen a surgir los temidos efectos de segunda ronda, cuando los aumentos de precios ya no surgen por la energía, el transporte o la producción, sino para recuperar el poder adquisitivo o para ganar márgenes empresariales".

"El IPC de febrero es cuatro veces malo"

Resalta José Antonio Herce (@_Herce), doctor en Economía, patrono de la Fundación AGE y socio fundador de LoRIS Retirement que el dato adelantado de inflación que ha dado a conocer este martes el INE "es preocupante, y de esos que yo denomino de wait & see. Lo que no le quita un átimo a la preocupación, pero previene el alarmismo de momento. Ya veremos dentro de poco el detalle, pero el dato interanual recién conocido es cuatro veces malo, por varias razones. Es malo per se; es malo por producirse por segundo mes consecutivo; si miramos el alza del IPC general, es malo por ser este febrero el tercer mes consecutivo en que la inflación subyacente se sitúa por encima de la general; y finalmente, es malo porque, después de siete meses de oscilaciones moderadas de la tasa intermensual alrededor de cero, este febrero se produce un alza de precios generalizada del 1% respecto al mes precedente".

Herce insiste en que es preciso esperar al desglose por partidas (se sabrá a mediados de marzo), "para ver si el mal dato se produce por la eliminación de la bonificación de los repostajes (que ya se dio en enero), o el fracaso de la reducción del IVA, o, lo que sería peor, una espiral de precios que se consolida. Esto último, de producirse también en las otras grandes economías del euro, llevaría a intervenciones reforzadas del BCE sobre el tipo de interés de referencia".

En el mismo sentido, Lorenzo Serrano, investigador del IVIE (@Ivie_news), avisa de que "el problema de la inflación dista de estar controlado y la tendencia de fondo (una vez se excluyen los productos de precios más volátiles a corto plazo como los combustibles y los alimentos no elaborados) mantiene su carácter inflacionista. Medidas como la reducción del IVA practicada en algunos productos alimenticios pueden haber contribuido a que el alza de precios no haya sido todavía mayor, pero hay que tener en cuenta que su impacto potencial es pequeño, por afectar a una parte reducida de la cesta global de consumo y porque ya partían de tipos de IVA relativamente bajos. En caso de extenderse a más productos y productos con tipos más elevados, donde el margen de reducción es mayor, su impacto sería más visible".

A juicio de Serrano, cabe esperar una mejora de la tasa de inflación interanual del IPC general en marzo, dado que el año pasado su variación intermensual fue extremadamente elevada (3%), debido a las fuertes alzas de los precios de la electricidad y los combustibles en marzo de 2022 (por encima del 25% respecto a febrero de 2022) y es altamente probable que este año sea mucho más baja. Sin embargo, está por ver en qué medida esto pueda trasladarse a la inflación subyacente".

"La alimentación no bajará en 3-4 meses"

El catedrático de Economía Santiago Niño Becerra (@sninobecerra) lanza un mensaje poco halagüeño sobre el panorama económico a corto plazo. Lejos de mejorar, ha asegurado que "los precios en el supermercado no van a bajar en los próximos tres o cuatro meses", durante una intervención en Catalunya Radio y TV3, donde ha afirmado que la culpa es del "componente industrial de los alimentos" y que asistimos a unas alzas de los alimentos que son "prácticamente de posguerra".

Niño Becerrra pone de ejemplo el queso, que tiene un IVA del 0%, pero es un producto que necesita una gran cantidad de energía, procesos industriales y transporte. "Si aumenta el precio, los incrementos de los costes irán imputados, al menos en parte, a los alimentos. Y al menos durante tres o cuatro meses continuarán elevados", pronostica, además de avisar que "gastaremos más de lo habitual en alimentos y productos básicos durante los próximos meses".

Sobre el IVA de los alimentos, Niño Becerra afirma que "no funciona, pero no es cuestión de eso. Esta es una inflación de oferta, como la de los años 70. La única vía para que la inflación baje es que la oferta se recupere, y para ello tiene que bajar la demanda, pero no subiendo los tipos, porque ello encarece la financiación; sería mejor subir impuestos en función del valor de bien".

Fuentes de BBVA Research (@BBVAResearch) estiman que la reducción del IVA "ha restado como mucho 0,2 puntos pocentuales a la inflación general, lo que parece insuficiente para aliviar la presión en los precios de los alimentos. Insistimos en que son preferibles las medidas enfocadas a reducir la presión en los costes y precios tanto a los sectores como a los consumidores más afectados". La valoración de los datos de IPC de febrero es negativa, dado que "las sorpresas al alza se han concentrado en las subclases incluidas en la inflación subyacente, las cuales, al menos históricamente, muestran mayor resistencia a la baja. Dicho esto, entendemos que la respuesta de la política monetaria debería ser suficiente para estabilizar los precios en los próximos meses, aunque hay que orientar los esfuerzos de la política económica para evitar escenarios más adversos, en los que se retroalimenten las presiones al alza en precios y salarios".

Por su parte, el economista Javier Santacruz (@santacruz_s_a) alerta de que la subida del IPC interanual al 6,1% en febrero, con la subyacente en el 7,7%, indica que la disminución del IVA en la cesta de la compra no está logrando el objetivo que perseguía el Gobierno de aminorar los precios de la alimentación básica: "No funciona, porque esa rebaja impositiva no compensa las subidas de los precios de las materias primas". Respecto a cuándo veremos descensos de precios hasta un nivel tolerable, este experto teme que "hasta por lo menos el verano no lo veremos", y pone de relieve que "es fundamental analizar lo que está pasando con la energía. Esto es otra reacción a las incertidumbres regulatorias en el mercado energético".

En opinión de Patricia Suárez (@WonderWomanPSR), presidenta de la asociación de usuarios financieros ASUFIN (@asufin_), la medida de rebajar el IVA de los alimentos es poco eficaz y difícil de controlar. "La CNMC lo tiene complicado para vigilar que las distribuidoras, los supermercados, no jueguen con los márgenes de los productos beneficiados por la menor fiscalidad. Además, acaba beneficiando en mayor medida a las rentas más altas. Tampoco me parece adecuado el tope de los alimentos del que se está hablando, puesto que iría contra la lógica del mercado".

Para ayudar a capear el temporal de la inflación, Suárez defiende "ayudas esonómicas concretas, dirigidas a cada familia que realmente lo necesite. Se puede hacer perfectamente porque el Gobierno sabe la situación económica de todos los hogares".

Golpe para pensionistas y rentas medio-bajas

La falta de contención de la inflación subyacente es una señal de alerta para todos los expertos consultados. Así, al economista y profesor asociado de la UIB y CEO de Futurfinances.com, Pau Monserrat (@pmonserrat), no le cabe duda de que "la tasa subyacente (7,7%) indica que estamos en plena inflación de segunda ronda y que los esfuerzos del Gobierno por bajar el IVA de determinados productos no ha tenido resultados tangibles". Además de poner el acento en que, cuando hay un golpe inflacionario, el país se empobrece, este experto avisa de que "toca lo más ingrato, que es repartir esta pobreza entre los diferentes colectivos, el llamado pacto de rentas (formal o informal). La realidad actual es que los trabajadores privados y públicos, en diferente medida, están empobreciéndose. Las empresas que no son capaces de trasladar el incremento de costes a precios, que son las que operan en mercados competitivos, también son ahora menos prósperas".

El también economista Miguel Ángel Bernal explica que los datos de febrero no son nada buenos y confirman que aún queda mucho tiempo para que veamos un alza de precios de productos y servicios situarse alrededor del 2% (este es el objetivo que se marca el Banco Central Europeo). "El dato es aún peor para las familias de rentas medias y bajas, así como para los pensionistas, pues, a falta de más detalles, la subida se concentra en dos productos básicos para ellos, como son alimentos y electricidad", afirma.

A Bernal le inquieta la inflación subyacente, puesto que "continúa teniendo un pésimo resultado. Este indicador no para de crecer desde que comenzaron las tensiones de precios, marcando la senda que luego vemos con posterioridad en el IPC general. No hay visos de caídas en el índice general a medio y corto plazo". Al igual que la rebaja del IVA a la alimentación no ha tenido impacto positivo, este experto tampoco espera nada favorable de la reciente reunión del Gobierno con los principales participantes de la cadena de alimentación.

Los tipos "volverán a subir en marzo"

En este contexto de espiral inflacionista, el Consejo General de Economistas (@EconomistasOrg), prevé un incremento del 0,5% de los tipos de interés en marzo, hasta el 3,5%, con objeto de intentar controlar la inflación, fundamentalmente la subyacente. "Este incremento del coste de financiación tendrá un efecto negativo en el consumo y la inversión tanto pública como privada", advierten, detallando que la subida del IPC en febrero (hasta el 6,1% en tasa interanual) significa dos décimas más que el mes anterior, debido fundamentalmente a que los precios de la electricidad, de los alimentos y bebidas no alcohólicas han subido respecto a febrero de 2022.

"La inflación subyacente mantiene igualmente su tendencia alcista, aumentando dos décimas respecto al mes anterior, hasta el 7,7%, aunque el incremento es menos acusado que en meses anteriores", señalan en su reciente informe