La espiral de subida de los precios de consumo no da tregua, con niveles de inflación inauditos desde hace décadas, y sigue agujereando el bolsillo de los pensionistas, cuya capacidad adquisitiva se deteriora mes a mes, con pérdidas de poder de compra de más del 6% en lo que va de 2022.
En efecto, el Índice de Precios de Consumo (IPC) disparó en julio su tasa interanual hasta el 10,8%, su nivel más alto desde septiembre de 1984 y seis décimas por encima de la registrada en junio, según los datos definitivos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El organismo confirma así el dato que avanzó a finales del mes pasado, y eleva en una décima el aumento mensual adelantado. Con el repunte de julio, la inflación encadena dos meses consecutivos por encima del 10%, después de que en junio se situara en el 10,2%.
Fuente: INE
Los alimentos, en nivel récord desde 1994
Según detalla el INE, la escalada del IPC interanual hasta el 10,8% se debe, principalmente, a las subidas de los precios del grupo de vivienda, hasta el 23% a causa de los precios de la electricidad. También influye, aunque en menor medida, la subida del gas, mayor que la del año anterior.
En cuanto al vestido y calzado, anota una variación anual del 5,0%, más de dos puntos y medio por encima de la registrada en junio, debido a que la bajada de sus precios es menor este mes que en julio del año pasado.
Los alimentos y bebidas no alcohólicas se encarecen un 13,5%, seis décimas superior a la del mes pasado, y la tasa más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994. Destacan en este comportamiento los incrementos de los precios de la carne y la leche, quesos y huevos, frente a la estabilidad del año anterior, del pan y cereales, mayores este mes que en 2021 y de las legumbres y hortalizas, que descendieron en julio del año pasado.
En cambio, los precios de los transportes cayeron tres puntos en comparación con los datos de junio, hasta el 16,2%, por el descenso del precio los carburantes y lubricantes.
Fuente: INE
Inquieta la muy elevada inflación subyacente
Otro dato muy preocupante es la evolución de la inflación subyacente o inflación básica, que es un indicador que no toma en cuenta ni los productos energéticos ni los alimenticios sin elaborar (que son los más volátiles), por lo que es un buen termómetro para medir las tensiones inflaciones reales en una economía.
Según el INE, la tasa de variación anual estimada de la inflación subyacente también aumenta seis décimas en julio, hasta el 6,1%, su valor más alto desde enero de 1993.
Tras conocerse este viernes los datos que certifican que la inflación sigue desbocada, el Gobierno confía en que el IPC "empiece a bajar la curva" a partir de septiembre, según la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que indica que, si el Ejecutivo no hubiera adoptado medidas, la inflación hubiera subido 3,5 puntos más.
"Seguimos con preocupación la evolución del IPC y esperamos que a partir de septiembre, como dice la mayoría de los analistas, empiece a bajar esa curva", ha afirmado en declaraciones a Antena 3, subrayando que la bajada del precio de los carburantes registrada en julio es una "buena noticia" para las familias y los transportistas.
Solo Canarias y Madrid tienen un IPC inferior al 10%
La inflación disparada afecta a toda España, y de hecho, la tasa anual del IPC subió en julio en todas las comunidades autónomas. Los mayores incrementos se produjeron en Navarra y La Rioja, con un alza de 1,2 y 1,1 puntos respectivamente. El IPC avanzó 0,9 puntos en Canarias, Extremadura y País Vasco, mientras que en Aragón, Castilla y León y Galicia subió 0,4 puntos, y 0,1 puntos en Madrid.
Fuente: INE
Por autonomías, el IPC más bajo se registra en Canarias, con un 9,4%, seguido de Madrid, con un 9,6%. Por el contrario, en Castilla-La Mancha ascendió al 13,2%, el nivel más alto de todo el país, seguido del 12% de Castilla y León, y el 11,7% de La Rioja.
También superan el 11% en Andalucía (11,2%), Aragón, Murcia y Navarra (11,4% en las tres comunidades), Asturias (11,1%), Extremadura y Galicia (11,5% en ambos casos).
En Cataluña, el IPC de julio se sitúa en el 10,3%, el mismo nivel que en las Islas Baleares, mientras que en la Comunidad Valenciana es del 10,9%, al igual que en Melilla. En el País Vasco y Cantabria, la tasa de julio queda en ambos casos el 10,5% y en Ceuta, en el 10%.
Casi 11% de IPC frente al 4,1% de subida de las pensiones
El dato del 10,8% de inflación es una mala noticia para todos, pero especialmente para los pensionistas, ya que, mientras los precios se disparan mes tras mes, las pensiones contributivas se han revalorizado este año un 4,1% de media (sumando el 2,5% de subida que les aplicaron en función del IPC medio anual, más el 1,6% que les abonaron por desviación de la inflación de 2021), un aumento insuficiente para paliar un alza de precios de consumo que no parece tener fin. Hay que recordar que de estas pensiones viven en su gran mayoría casi 10 millones de personas.
Más grave aún es el caso de las pensiones mínimas, que experimentaron a comienzos de año una revalorización del 3% general, a la que se añadió un 1,6% de desvío, lo que sitúa el aumento de su importe en el 4,6%; también muy por debajo del alza de los precios de consumo.
En cuanto a las pensiones no contributivas, y pese a la reciente subida del 15% decidida en el último paquete anticrisis del Gobierno, la inflación les golpea en gran medida, debido a la ínfima cuantía de estas pagas, de poco más de 420 euros mensuales.
Sindicatos y autónomos piden medidas ante la inflación
El sindicato UGT ha insistido este viernes en la necesidad de subir los salarios, que hasta julio aumentaron un 2,6%, pero "siguen evolucionando muy por debajo del nivel general de precios", e incluir cláusulas de revisión salarial en los convenios colectivos, según la vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas. "Reclamamos medidas temporales y eficaces que pongan freno al crecimiento descontrolado de los precios que están sufriendo algunos productos y servicios básicos, evitando que determinadas empresas y sectores sigan ampliando sus márgenes de beneficios a costa del empobrecimiento de todos nosotros", ha recalcado.
En el mismo sentido, CCOO considera que los datos del IPC ya no se deben solo a la "energía o a los combustibles", sino que responden a una inflación de segunda ronda "generada por las empresas que siguen manteniendo sus márgenes" repercutiendo los costes "en los precios de los productos y servicios que venden". Ante esta situación, cree "determinante" atajar esta crisis con un pacto de rentas, un pacto energético, un pacto fiscal y un pacto de rentas del alquiler, según Adrià Junyent, secretario confederal de Juventud.
Asimismo, la Unión Sindical Obrera (USO) reivindica la necesidad de "recuperar la cláusula de revisión salarial ligada al IPC en los convenios", en palabras de su secretaria de Comunicación y Gestión de Proyectos, Laura Estévez, para quien "los trabajadores no pueden afrontar una nueva devaluación salarial", ya que "los sueldos no se habían recuperado de los recortes de la anterior crisis y, ahora, los que suben por convenio, ya han perdido tres veces más de poder adquisitivo nada más que se les aplica la subida".
Por su parte, el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, ha pedido este viernes "deflactar la tarifa del IRPF" como medida para "ayudar a los españoles frente a esta situación". A juicio de Amor, "un IPC con un alza del 10,8% es una barbaridad y un daño terrible a la economía familiar y a la productiva. La inflación es un impuesto que empobrece a todos".
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).