Trabajadores jóvenes, de entre 20 y 30 años y sénior, de entre 55 y 67 años, coinciden en la importancia de relacionarse con personas de otras edades en el trabajo. En concreto, cuatro de cada cinco personas de cada generación valoran como muy o bastante importante trabajar en equipos intergeneracionales. Aseguran que las empresas en las que conviven empleados jóvenes y mayores toman mejores decisiones, tienen más capacidad para retener el talento y saben cuidar a sus empleados. Una abrumadora mayoría considera que el talento no tiene edad.
Estas son algunas de las conclusiones de la ‘Encuesta Merck: jóvenes, séniors y un futuro que escribir juntos’, impulsada por la compañía de ciencia y tecnología Merck con el apoyo técnico de la agencia de investigación 40db, que ha sondeado la opinión de 2.554 personas de estas dos generaciones en España. Los resultados de esta encuesta desmontan algunos mitos y creencias, muy arraigadas, sobre las que se construye el edadismo, como que los sénior están desmotivados, desechan la idea de seguir formándose y mantienen una mala relación con la tecnología. Según la propia compañía, esta encuesta contribuye a “ofrecer una visión ajustada a la realidad actual en nuestro país”.
Una mayoría de encuestados considera que aquellas empresas en cuyos equipos conviven empleados de diferentes generaciones toman mejores decisiones. Son los sénior quienes creen significativamente más en los equipos intergeneracionales. Los trabajadores mayores atribuyen a las empresas que hacen coincidir a empleados jóvenes y veteranos en los mismos equipos o proyectos la ventaja competitiva de tomar mejores decisiones (un 72,5% así lo destaca), una mayor capacidad para retener el talento (69,9%) y creen que son más innovadoras y eficientes. Entre los trabajadores jóvenes, un 66,5% creen que las empresas intergeneracionales saben cuidar a sus empleados y un 64,9% toman mejores decisiones.
Entre los jóvenes hay diferencias por sexo en las respuestas. Los hombres junior creen en mayor medida que los equipos intergeneracionales son menos eficientes (28,3%) y que puede haber problemas de comunicación entre generaciones (42%). Para un 67,5% de las mujeres jóvenes, destacan, sin embargo, que dichas empresas toman mejores decisiones.
El talento no tiene edad, pero aún hay prejuicios
Existe un amplio consenso con respecto a la idea de que el talento no tiene edad y que se trabaja mejor en equipos intergeneracionales. De hecho, un 91,9% de los veteranos y un 80,7 de los jóvenes están muy o bastante de acuerdo con que el talento no tiene edad y un 73,6% de los sénior y 67,6% de los junior con que se trabaja mejor con personas de todas las edades. También hay consenso a la hora de valorar los equipos intergeneracionales: 4 de cada 5 consideran importante trabajar con personas de otras generaciones y en torno a 3 de cada 4 (más entre los Seniors) afirman que les gusta/les gustaría hacerlo.
Sin embargo, no todo es positivo y aún quedan prejuicios que derribar. Cuando la pregunta es más directa y personal, los resultados difieren. Solo el 10% de los jóvenes aseguran que les gusta o interesa más trabajar con personas de 46 años en adelante y tan sólo un 1% escoge trabajar con compañeros que superan los 55 años.
Del mismo modo, los sénior muestran menos interés en trabajar con personas por debajo de los 31 años, ya que solo el 7% opta por trabajar con jóvenes de 20 a 30 años.
El mercado laboral, cada vez más sénior
“En España se está dando una seniorización del mercado laboral y, si se mantiene el ritmo de envejecimiento de los últimos años, los séniors representarán el 30% de la población activa en 2030. No podemos desaprovechar su talento”, explica Manuel Zafra, presidente de Merck en España.
Manel Domínguez, autor del libro “Sénior. La vida que no cesa” y doctor en Comunicación Social, explica que le gustaría dejar como legado a los jóvenes “una nueva sociedad intergeneracional y humanista basada en la reciprocidad y el respeto mutuo entre las generaciones. Que se valore y se reconozca la contribución de cada grupo generacional, creando un entorno inclusivo en el que todas las voces sean escuchadas y valoradas”. Por su parte, Lavinia Corduneanu, portavoz en Madrid de la asociación de jóvenes Equipo Europa, afirma que a su generación le gustaría “heredar ante las adversidades que nos esperan un futuro o una sociedad innovadora y resiliente donde, a través de un trabajo en equipo y un pacto intergeneracional, los sénior nos transmitan sus conocimientos para poder resolver los problemas sociales de una forma más efectiva, eficiente, sostenible y justa”.
“En Merck queremos ayudar a definir un futuro próspero para el país mediante el aprovechamiento de todo el talento resultante de la diversidad generacional que hay en él. Jóvenes y séniors tienen mucho que aportar en la construcción de un futuro al que los jóvenes darán forma, en gran medida, gracias al legado que el conocimiento de las generaciones más sénior dejará en ellos” añade Manuel Zafra.
Sin embargo, los sénior son más propensos que los jóvenes a creer que no se reconoce a los de su generación. Casi un 30% considera que se reconoce poco o nada a los trabajadores mayores.
El sambenito de estar desfasado, poco motivado o no ser digital
Las respuestas de la generación de 55 a 67 años en esta encuesta desmontan algunos de los estereotipos más asentados en la sociedad. Los trabajadores sénior consideran que hacer uso de la tecnología es imprescindible para hacer bien su trabajo en mayor medida que los jóvenes (59% vs 48%). Los resultados de la investigación también desmitifican la imagen del sénior como una persona sin interés en actualizar sus conocimientos: el 56% de esta generación dice que lo que mejor le define profesionalmente son sus ganas de seguir formándose. Para Manel Domínguez, “la sociedad vive en una desinformación dentro de una mentira orgánica infundada, aceptada y establecida respecto a los valores de la longevidad que afecta directamente a sus protagonistas seniors”.
Conocimientos desfasados, pocas competencias digitales y mala adaptación a los cambios son los estereotipos sobre los sénior que ambas generaciones ven más injustos. Ellos, los trabajadores mayores, son aún más propensos a señalar como injusta la creencia de que están desfasados. Dentro de los sénior, las mujeres señalan en mayor medida, como un sambenito injusto la poca capacidad de aprendizaje (34,7%) y los hombres que estén poco motivados (28,7%).
Trabajador sénior: más satisfechos y dispuestos a dar un paso atrás
Los trabajadores sénior están dispuestos en mayor medida que los jóvenes a dar un paso atrás en su carrera por motivos personales (44,1% frente al 34% de los jóvenes); y apenas se autodefinen como ambiciosos profesionalmente (22%) frente a un 46% de los jóvenes que sí lo hacen. ¿Dejar el trabajo actual para cumplir el sueño de su vida? aquí hay notables diferencias. Solo un 47% de los sénior dicen estar dispuestos a hacerlo frente a un abrumador 80% de respuestas afirmativas entre los jóvenes. Quizá porque la edad de retiro está más cercana o quizá, sencillamente, porque están más a gusto en su trabajo. Según los resultados de esta encuesta, un 62,5% de los trabajadores sénior están muy o bastante satisfechos con su trabajo, frente a un 56,5% de los jóvenes.
En cuanto a su capacidad de adaptación en el terreno laboral, muestran una menor predisposición a moverse de ciudad (33% vs 52%) o país (25% vs 43%) por una buena oferta de trabajo. Y solo 1 de cada 3 sénior (frente a 2 de cada 3 jóvenes) reconoce que cambiaría de empleo actualmente. Sin embargo, los veteranos están más dispuestos a emprender un negocio o proyecto laboral: un 43,3% frente al 25,6% de los junior.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.