Las muertes en el trabajo golpean el doble a los mayores de 50: suponen el 62,6% de los fallecidos

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Entre los meses de enero y septiembre de 2023, se han contabilizado en España un total de 891.625 accidentes de trabajo, de los que 468.075 causaron la baja laboral de la persona (el 1% menos que un año antes) mientras que 423.550 no necesitaron baja médica, según constatan las estadísticas de siniestralidad del Ministerio de Trabajo y Economía Social, que dirige la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

Los accidentes más graves y numerosos se produjeron durante la jornada de trabajo, sumando 405.724, lo que supone una mejoría de la situación, puesto que indica una disminución de 9.530 percances (el -2,3%) respecto a hace un año (ver tabla inferior). Ahora bien, estos datos esconden una funesta realidad, ya que 431 personas murieron mientras trabajaban (en el mismo periodo de 2022 hubo 514 muertes) y otras 93 perdieron la vida in itinere. En total, 524 fallecimientos laborales en los nueve primeros meses de 2023.

 

Fuente: Ministerio de Trabajo (Pinchar imagen para tamaño completo)

 

Si bien las estadísticas (ver tabla superior) confirman la reducción de la siniestralidad y de las muertes en el puesto de trabajo, los sindicatos UGT y CCOO denuncian que siguen siendo cifras intolerables. Instan a la Administración a intensificar la inspección, y a las empresas a extremar el cumplimiento de la normativa, para frenar la lacra de la muerte en el tajo.

Unas muertes laborales que se concentran y golpean, sobre todo, a los trabajadores mayores de 50 años, que las sufren casi el doble que el resto de franjas de edad. No porque las empresas sean un entorno especialmente peligroso para los sénior, sino porque, según los sindicatos, existe una relación de patologías como infartos e ictus, con el estrés y otros riesgos psicosociales del trabajo, que tienen mayor incidencia con la edad. Tanto UGT como CCOO reclaman a las empresas "análisis de riesgos pormenorizados, mayor calidad de dichos análisis, y la adaptación del puesto conforme la persona va cumpliendo años o su salud se va deteriorando". 

 

ACCIDENTES DE TRABAJO MORTALES

Fuente: Ministerio de Trabajo (Pinchar imagen para tamaño completo)

Mortalidad en el 'tajo': aún peor entre los 55-59 

Según reflejan los datos oficiales, los fallecimientos dentro de la jornada laboral golpean con especial dureza a partir de los 50 años, ya que de las 431 muertes entre enero y septiembre, 270 eran personas que habían cumplido o superaban el medio siglo de vida. Es decir, el 62,6% del total. 

Más negra aún es la radiografía de la siniestralidad mortal entre los 55 y 59 años, con 106 trabajadores fallecidos en los nueve primeros meses, o lo que es lo mismo: casi 1 de cada 4 de los percances fatales. Este grupo de edad es también el que sufre mayor número de accidentes graves, con 482 de un total de 2.779 (ver gráfico inferior).

 

Fuente: Ministerio de Trabajo (Pinchar imagen para tamaño complet

 

Las estadísticas confirman asimismo el fuerte sesgo de género que presenta la mortalidad laboral, puesto que de los 431 fallecidos dentro de la jornada, 405 fueron hombres y 26 mujeres, lo que se explica por la menor presencia femenina en los sectores que concentran la mayoría de accidentes y fallecimientos.

En cambio, las mujeres tienen más accidentes in itinere, es decir, en los desplazamientos al puesto de trabajo o desde el mismo: 28.877 percances, frente a 28.877 de los varones. Eso sí, pese a padecer más accidentes fuera del puesto de trabajo, la mortalidad femenina in itinere también es menor que la masculina: 17 fallecidas frente a 76 decesos masculinos entre enero y septiembre.

¿Cómo prevenir las muertes en el trabajo?

En febrero de 2023, CEOE-Cepyme, UGT, CCOO, el Gobierno y las comunidades autónomas firmaron la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027, que incorpora factores clave como la salud mental, la perspectiva de género y la protección de los colectivos más vulnerables en la prevención de los riesgos laborales. 

El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, que suscribió este acuerdo, expresó el compromiso de los empresarios para reducir la siniestralidad laboral, haciendo referencia explícita al factor edad. "Cada vez las plantillas son más longevas, así que la seguridad debe ser mayor", asegurando que trabajarían para disminuir los riesgos.

En ese sentido, los sindicatos insisten en focalizar las soluciones. Ponen de ejemplo el trabajo que se hace en altura, en la construcción o en el sector de transporte y almacenamiento, así como la situación de aquellos trabajadores cuyo puesto requiere una carga física importante, como la siderurgia, con un elevado consumo de energía metabólica.

"Estos tipos de trabajo acaban generando estrés y empeoran patologías no traumáticas, como son los ictus o los infartos. Y quienes más lo sufren son los mayores de 45, 50 o 55 años, lo que explica muchas de las muertes en estas franjas de edad. Sin duda, si actuamos en reducir la sobrecarga y el estrés laboral, y además adaptamos el puesto a la edad, disminuirán aún más los accidentes graves y las muertes", afirma Mariano Sanz, secretario confederal de CCOO de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental (@SaludLab_CCOO).

Claves: "Evaluar el riesgo y el reconocimiento médico"

"Desde CCOO reclamamos que cuando se hagan las evaluaciones de riesgo y se realicen los reconocimientos médicos de vigilancia de la salud, se tenga en cuenta la edad para determinar si existe un mayor nivel de riesgo por las características de las personas. Pero el problema es que el nivel de la calidad de la prevención que se hace en nuestro país ha bajado mucho", critica Mariano Sanz @msanzlubeiro).

El secretario confederal de CCOO ofrece algunos ejemplos de situaciones complejas que se conocen, y habría que abordar, por ejemplo, la hostelería, un sector que acoge a muchos trabajadores mayores, "y las condiciones de trabajo son duras, con sobresfuerzos, alteraciones músculo-esqueléticas, etc. lo que propicia el accidente laboral". En accidentes mortales, apunta que "hay sectores donde poner el zoom, como el agrario, donde las personas que suelen fallecer son mayores o muy mayores, no solo asalariadas, sino por cuenta propia y de edad muy elevada. En estos casos, los siniestros tienen que ver con el manejo de máquinas, tractores y demás herramientas".

Sanz está convencido de que hay que adaptar el puesto al trabajador, y no al revés. "Hay personas que realizan trabajos duros, como la construcción, que cuando ya no se pueden subir al andamio o trabajar en altura, seguro que pueden hacer otras tareas. O los ferroviarios, que a una determinada edad ya no pueden hacer ciertas tareas. Por eso es fundamental planificar y prevenir. En cuanto a la prolongación de la vida laboral, depende de quién y cómo. Un trabajador de la limpieza, ¿cómo se va a jubilar a los 70? ¿Y un ferroviario, un albañil, o un trabajador de la industria manufacturera? Seguro que no".

"Urge abordar el factor edad y de género"

En parecido sentido, José de las Morenas, coordinador de la Secretaría Confederal de Salud Laboral del sindicato UGT (@saludlaboralugt), afirma: "Debemos ser conscientes de que el factor edad es determinante, hay que invertir en la adaptación de los puestos de trabajo y en la seguridad de todos, pero de modo específico en los de más de 50 años, máxime cuando desde el Gobierno se insiste en el alargamiento de la vida laboral y en el retraso voluntario de la jubilación".  

A su juicio, es preciso un Plan de Choque contra la Siniestralidad Laboral, que incluya los riesgos psicosociales, relacionados con las primeras causas de muerte laboral, que son los infartos y derrames cerebrales. "El año pasado, de los 826 fallecidos en accidente de trabajo, 285 de ellos se debieron a patologías no traumáticas. Y esto tiene que ver con el factor de riesgo vascular y cardíaco, que está muy influenciado por los ritmos de trabajo y condiciones de estrés; todo lo cual incide de manera especial en los trabajadores de mayor edad".

De las Moreras tiene claro que "es urgente abordar el cambio demográfico, el factor de la edad, y también el género, porque las mujeres tienen menos accidentes en jornada, pero son las que más sufren accidentes in itinere, lo que tiene que ver mucho con esa doble jornada que asumen en su rol de madres, cuidadoras, trabajadoras, que les crea un factor extra de tensión y estrés".

CEOE: "Ya hemos acordado actuaciones concretas"

Por su parte, fuentes de CEOE admiten que "el envejecimiento progresivo de la población activa es una realidad y como tal, no puede obviarse su impacto en el mercado de trabajo. Es imprescindible potenciar el envejecimiento activo, que se traduce en optimizar las oportunidades de los trabajadores de hacerlo en condiciones de calidad, productividad y salud hasta su jubilación".

Desde la patronal, que preside Antonio Garamendi, explican que "ya hemos acordado actuaciones concretas en este sentido, que irían dirigidas a incorporar la integración de la edad y la diversidad generacional en la gestión preventiva y también a estudiar, analizar y visibilizar las principales causas de distinta naturaleza que motivan la aparición de trastornos músculo-esqueléticos de origen laboral, teniendo en cuenta la diferencia por edad y desde la perspectiva de género". 

Para los empresarios, deberían analizarse líneas de trabajo en varios aspectos clave: reforzar la investigación en medicina preventiva y longevidad de las plantillas; reforzar campañas de promoción de la salud para este colectivo de trabajadores; extender el concepto de empresa saludable; más campañas dirigidas a mejorar los conocimientos de los responsables de PRL de cómo incorporar en las evaluaciones la perspectiva de edad, etc.

Adecco: "Expuestos a riesgos durante más tiempo"

La problemática de la siniestralidad laboral incluye un amplio espectro. Por ejemplo, se tiende a pensar que la mayoría de las muertes por trabajo se deben a aparatosos accidentes, como caídas en altura o incidentes en el manejo de maquinaria pesada; sin embargo, los trabajos expuestos a estos riesgos tienden a contar con una Prevención de Riesgos Laborales muy desarrollada que evita, en un alto porcentaje, que se produzcan este tipo de infortunios.

Por el contrario, según especifica el Observatorio de la Vulnerabilidad de la Fundación Adecco (@fund_adecco), las estadísticas confirman que "la mayor parte de las muertes profesionales ocurren en situaciones más inesperadas y menor contempladas en el área de PRL; de hecho la primera causa de mortalidad en el trabajo, según el informe del Ministerio, son los movimientos físicos repetitivos, por ejemplo empujar, levantar, arrastrarse, trepar, etc. Actividades que, cuando se realizan de forma continuada, pueden ocasionar incidentes como infartos, golpes de calor, lipotimias, muertes súbitas… todos ellos, más susceptibles de producirse en los profesionales de mayor edad".

En este sentido, estos expertos advierten de que "los trabajadores mayores de 55 años tienen a sus espaldas una larga trayectoria profesional, en la que han estado expuestos a riesgos laborales durante más tiempo, aumentando con ello la posibilidad de contraer enfermedades relacionadas con el trabajo, por ejemplo, aquellas causadas por exposición prolongada a ciertos químicos o al ruido".

La OIT radiografía la muerte laboral en el mundo

Cerca de tres millones de trabajadores mueren cada año en el mundo debido a accidentes y enfermedades relacionadas con el trabajo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Partiendo de datos de 2019, calcula que 2,93 millones murieron como resultado de factores relacionados con el trabajo, cifra un 12% superior a la de 2000, según refleja el organismo en su informe Un llamamiento en favor de entornos de trabajo más seguros y saludables.

Para la OIT, el "considerable" aumento del número absoluto de víctimas mortales relacionadas con el trabajo está influido por varios factores, entre ellos un agravamiento de exposiciones desprotegidas a los riesgos profesionales, así como a cambios sociodemográficos (la población activa mundial aumentó un 26% entre 2000 y 2019, pasando de 2.750 millones a 3.460 millones de personas).

La mayoría de estas muertes relacionadas con el trabajo (2,6 millones de fallecimientos) se deben a enfermedades profesionales, en tanto que otras 330.000 muertos son consecuencia de accidentes laborales. Las enfermedades circulatorias, las neoplasias malignas y las enfermedades respiratorias figuran entre las tres primeras causas de muertes; significan más de tres cuartas partes de la mortalidad laboral total.

El informe de la OIT constata que mueren más hombres por incidentes relacionados con el trabajo (51,4 fallecidos por cada 100.000 adultos en edad laboral) que mujeres (17,2 fallecidas cada por 100.000). Las muertes relacionadas con el trabajo están desigualmente distribuidas, siendo la tasa de mortalidad masculina (108,3 por 100.000 en la población activa) "significativamente" superior a la femenina (48,4 por 100.000).