La espiral inflacionista está afectando a la capacidad adquisitva de los consumidores, con un IPC que en el mes de junio se ha situado en el 10,2%, el mayor aumento en 37 años. La Organización de Consumidores y Usuarios (@consumidores) ha mostrado su preocupación al respecto, y ha pedido este miércoles al Gobierno que tome medias "más valientes y efectivas".
Para OCU, el origen de esta "exagerada subida" se sitúa el incremento de los precios de la energía desde el verano pasado, que se ha visto acelerado por la guerra en Ucrania.
La organización ha denunciado en un comunicado que los consumidores "pagan una doble factura", por una parte los suministros que se han encarecido un 48% en el caso de la electricidad y de un 55,8% en la gasolina y un 67,7% del diésel, y por otra, en el resto de bienes y servicios, con una subida de más del 11% en la alimentación y del 7% en el precio de los hoteles y restauración.
Según OCU, las medidas tomadas hasta ahora resultan "claramente insuficientes", por lo que demanda una suspensión temporal de todos los impuestos relacionados con la energía. "Esta es la única forma de frenar el incremento de las facturas que pagan los consumidores. A la vista de los datos de alimentación, OCU pide una rebaja temporal del IVA de los alimentos que contenga los precios", ha subrayado.
Por último, ha pedido que se aumente la reciente ayuda directa aprobada por el Gobierno hasta 500 euros, y que además se amplíen los criterios de acceso para que llegue a más familias.
