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Luxemburgo, Holanda e Irlanda, todos ellos pertenecientes a la Unión Europea (UE), reciben más de la mitad de la inversión extranjera "fantasma" a nivel mundial, según los datos de un estudio realizado por economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) a los que ha tenido acceso Europa Press.
El organismo internacional explica en un artículo publicado esta semana que gran parte de la inversión extranjera directa, aquellas inversiones financieras entre firmas de un mismo grupo multinacional, son "fantasma", es decir, no conllevan una actividad empresarial real sino que pasan a través de "cascarones corporativos vacíos".
"Estos cascarones, también llamados entidades de propósito especial, no tienen actividades corporativas reales. En su lugar, llevan a cabo actividades de tenencia, financiaciones intracorporativas o administran activos intangibles, a menudo para minimizar la factura fiscal global de la multinacional", han explicado los economistas del FMI Jannick Damgaard, Thomas Elkjaer y Niels Johannensen.
En todo el mundo, los académicos han calculado que la inversión extranjera "fantasma" alcanzó los 15 billones de dólares (13,582 billones de euros) en 2017, último año con datos disponibles. De esa cifra, el 85% se concentró en 10 economías que el FMI considera paraísos fiscales: Luxemburgo, Países Bajos, Hong Kong, las Islas Vírgenes Británicas, las Bermudas, Singapur, las Islas Caimán, Irlanda y Mauricio.
Más concretamente, cerca de la mitad de esos 15 billones de dólares de inversiones se produjo hacia países pertenecientes a la UE, de acuerdo a los datos del estudio del FMI a los que ha accedido Europa Press.
Durante 2017, lo que el FMI considera inversión extranjera "fantasma" fue de 3,809 billones de dólares (3,449 billones de euros) en Luxemburgo. En segundo lugar se situó Países Bajos, con 3,317 billones de dólares (3,003 billones de euros), al tiempo que la cifra en Irlanda fue de 545.000 millones de dólares (493.494 millones de euros).
En total, esas tres economías europas alcanzaron los 7,671 billones de dólares (6,945 millones de euros) en inversión extranjera "fantasma".
En este sentido, los economistas del FMI han alertado de que aunque a países europeos como Irlanda les puede beneficiar la estrategia de rebajar la fiscalidad para atraer este tipo de inversiones, al resto de países les perjudica al erosionar su base imponible.
"Hoy en día, una multinacional puede usar ingeniería financiera para transferir grandes sumas de dinero por todo el mundo, trasladar activos intangibles muy rentables o vender servicios digitales desde paraísos fiscales sin tener una presencia física", han asegurado los economistas del FMI.