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Los sistemas de pensiones de todo el mundo se han enfrentado a presiones adicionales en 2020, que continuarán durante el próximo año. El impacto económico generalizado por la pandemia del Covid-19 ha tenido implicaciones tanto inmediatas como a largo plazo para los jubilados. Además, el aumento de la esperanza de vida y de la presión sobre los recursos públicos para apoyar la salud y el bienestar de los ciudadanos mayores afectarán la forma en la que los ciudadanos de todo el mundo se jubilarán a medio y largo plazo.
A pesar de estos desafíos, los sistemas de pensiones siguen siendo más importantes que nunca, ya que los hogares aspiran a mantener su nivel de vida durante la jubilación. Es fundamental que los responsables de la formulación de políticas y los gobiernos reflexionen sobre las fortalezas y debilidades de sus sistemas para garantizar resultados más sólidos a largo plazo para los jubilados del futuro.
Los retos sociales, financieros y económicos derivados del progresivo envejecimiento de la población se verán acentuados por la caída de los mercados financieros y la disminución en las aportaciones a los planes de empleo, además del aumento del endeudamiento, según afirma este año el Mercer CFA Institute Global Pension Index (MCGPI). La pandemia está configurando un alarmante panorama para el futuro de la jubilación en la mayoría de los países, entre ellos España.
"La recesión económica provocada por la crisis mundial de salud ha provocado una reducción de las contribuciones a las pensiones, menores rendimientos de las inversiones y una deuda pública más elevada en la mayoría de los países. Inevitablemente, esto afectará las pensiones futuras: algunas personas tendrán que trabajar más tiempo, mientras otras tendrán que conformarse con un nivel de vida inferior cuando se jubilen", reflexiona el Dr. David Knox, autor del estudio y Socio de Mercer. “Es fundamental que los gobiernos reflexionen sobre las fortalezas y debilidades de sus sistemas para garantizar mejores resultados para los jubilados", apunta.
El MCGPI es un proyecto de investigación colaborativo entre Mercer, consultora líder en asesoramiento estratégico, el Centro de Estudios Financieros de Monash (MCFS) y la asociación de inversores profesionales CFA Institute. El Índice compara 39 sistemas de jubilación en todo el mundo –este año ha incorporado Bélgica e Israel– y cubre casi dos tercios de la población mundial. El estudio establece un ranking global, utilizando más de 50 indicadores para asignar un valor a cada uno de los tres subíndices según su peso: suficiencia (40%), sostenibilidad (35%) y buen gobierno/ comunicación (25%).
Este año, el MCGPI destaca las consecuencias inmediatas de la pandemia en los sistemas de pensiones mundiales: la devaluación de los activos de los fondos de pensiones, la bajada de los tipos de interés, la disminución de aportaciones a los planes de jubilación por el aumento del desempleo, la escalada de la deuda pública por las ayudas y el rescate anticipado de planes de empleo para obtener liquidez. A largo plazo augura que los efectos económicos, financieros, laborales y sociales podrán extenderse durante años, incluso décadas. Muchos gobiernos reducirán la tasa de reemplazo para paliar el déficit, los empleadores recortarán su inversión en planes de empresa para reducir costes laborales, y los ciudadanos reducirán el consumo y aumentarán los rescates anticipados de sus planes de pensiones para obtener liquidez. Todo ello exige una flexibilización urgente de los sistemas de pensiones.
Los Países Bajos tuvieron el valor de índice más alto (82,6), y se han mantenido consistentemente en la primera o segunda posición durante 11 de los últimos 12 informes MCGPI. Tailandia tuvo el valor de índice más bajo (40,8). España ha subido dos puestos (del 24 al 22) gracias a una mejora en su puntuación de gobernanza, un efecto derivado de la implementación de la nueva normativa IORP II, pasando de 54,7 a 57,7.
"A raíz de las tensiones financieras provocadas por la pandemia, apoyar la seguridad financiera durante la jubilación y facilitar orientación para modernizar el ecosistema de las pensiones se convierte en un desafío aún mayor", argumenta Luis Buceta, vicepresidente de CFA en España.
Fuente: Mercer CFA Institute Global Pension Index 2020
El estudio destaca por el amplio espectro de sistemas que analiza, incorporando las particularidades económicas, históricas y políticas de cada país. El Índice 2020 ha ampliado contenidos como: el gasto público en pensiones, la inversión ASG (ambiental, social y de gobernanza) y el apoyo a los cuidadores, con el fin de aportar una visión ampliada de futuro. Si bien cada sistema de pensiones tiene un conjunto único de circunstancias, el informe reitera un año más que existen mejoras comunes que se deben emprender para hacer frente a los desafíos del Covid-19 en la economía global. De hecho, el informe urge una reforma para paliar el impacto negativo tanto a corto como a largo plazo en los planes de pensiones de todo el mundo.
"La pandemia está causando un gran impacto en los sistemas de pensiones y, previsiblemente, modificará el escenario de inversión, empleo y esperanza de vida durante años, incluso décadas" afirma Miguel Ángel Menéndez, director del área de Wealth de Mercer España. "El sistema de pensiones en España requiere de una profunda y urgente revisión para aumentar la cobertura de empleados con planes de pensiones de empleo mediante adhesión automática –similar al sistema de Reino Unido– así como aumentar la contribución de la fuerza laboral de edad avanzada", añade.
Entre las medidas y objetivos comunes que un buen sistema de pensiones debe adoptar, el MCGPI 2020 señala: contar con al menos un 70% de tasa de reemplazo, que el 80% de la población activa se acoja a un plan de empleo, que los activos invertidos superen el 100% del PIB y que la población entre 55 y 64 años suponga el 80% de la población activa, además de un sólido esquema regulatorio y de gobernanza.
Para ayudar a aliviar el impacto de la pandemia en los ciudadanos, los gobiernos han desplegado una amplia gama de respuestas. Algunos países han permitido un acceso anticipado a pensiones ahorradas o han reducido el nivel de las tasas de cotización obligatorias para mejorar la situación de liquidez de los hogares. Por ejemplo, Australia permitió a las personas cuyos ingresos habían disminuido en más del 20% retirar hasta 12.000 euros de sus activos de pensiones, mientras que Chile permitió que los contribuyentes activos retiraran voluntariamente el 10% de sus fondos de pensiones individuales hasta 4.778 euros. Sin embargo, los dos principales sistemas de jubilación del Índice, los Países Bajos y Dinamarca, no han permitido el acceso anticipado a los activos de pensiones. España por su parte también ha permitido el rescate anticipado de fondos de pensiones por un importe limitado a los salarios dejados de percibir y con una bonificación fiscal del 40%.
Por otro lado, algunos reguladores han adoptado medidas como el aplazamiento de la comunicación de resultados y otros informes anuales para aliviar la carga de cumplimiento en un momento en que las instituciones. Por ejemplo, Canadá amplió los plazos para la presentación de determinadas actuaciones y reportes anuales; Dinamarca flexibilizó los plazos para la publicación de informes y la celebración de juntas de accionistas y Nueva Zelanda extendió el plazo para la presentación de declaraciones financieras y de afiliados por dos meses.
Los requisitos de financiación de los planes de prestaciones definidas también se relajaron en algunos países. Por ejemplo, varias provincias canadienses anunciaron moratorias durante 2020 sobre la financiación del déficit de pensiones; Alemania difirió los pagos exigidos a los empleadores para limitar la subfinanciación al 10% de las provisiones técnicas hasta 2021; mientras que Estados Unidos aplazó cualquier contribución exigida en 2020 hasta 2021. Por su parte, las entidades gestoras de fondos de pensiones también se han visto obligadas a revisar su asignación de activos y estrategias de inversión. A pesar de no haber tomado decisiones drásticas, han coincidido en dos aspectos: mayor diversificación mediante activos que suponen menor volatilidad (como la inversión en infraestructura) y mayor liquidez.
Para cada subíndice, los valores más altos fueron, de nuevo, Países Bajos para la adecuación (81,5), Dinamarca para la sostenibilidad (82,6) y Finlandia para la integridad (93,5). Los puntos más bajos fueron México para adecuación (36,5), Italia para sostenibilidad (18,8) y Filipinas para integridad (34,7)
Al medir la probabilidad de que un sistema actual pueda proporcionar beneficios en el futuro, el subíndice de sostenibilidad continúa destacando la debilidad de muchos sistemas. La puntuación promedio de sostenibilidad se redujo en 1.2 puntos en 2020 debido al crecimiento económico negativo experimentado en la mayoría de las economías debido al Covid-19. Este problema no se limita a las economías en desarrollo. Muchas economías europeas se encuentran con presiones similares. Aunque Dinamarca alcanza el valor más alto para el subíndice de sostenibilidad en 82,0, Italia y Austria obtuvieron solo 18,8 y 22,1, respectivamente.
Estos son los 10 países con mejores sistemas de pensiones teniendo en cuenta tanto su sistema público como privado, así como su calidad, sostenibilidad e integridad, según el Mercer CFA Institute Global Pension Index 2020:
1. Países Bajos
Las mejores pensiones del mundo son las de Países Bajos. El país ofrece a sus jubilados una cuota fija de pensión que aumenta en función de sus ganancias en la vida laboral. La pensión mínima se corresponde con el 70% del sueldo mínimo y asciende a 1.279,67 euros para una persona.
2. Dinamarca
En Dinamarca las contribuciones públicas se complementan con planes de pensiones privados obligatorios. La pensión mínima es de 808 euros al mes.
3. Israel
Israel también forma parte de los que apuestan por el sistema mixto. Su sistema público de pensiones se complementa con un programa privado obligatorio para los trabajadores. La pensión mínima en el país es de 386 euros con complementos si no son suficientes para vivir. El crecimiento económico en el país en los últimos años es grande y su sistema de pensiones sólido, pero se reclama un aumento de las cuantías mínimas.
4. Australia
Australia es otro de los países que conjuga sistema público de pensiones con un programa de pensiones privado obligatorio. Si los trabajadores no han conseguido ahorrar el suficiente dinero para tener un retiro cómodo a través del sistema privado, tienen derecho una pensión pública mínima de 567 euros por persona más un suplemento de ayuda de facturas eléctricas.
5. Finlandia
En Finlandia, la edad habitual de jubilación es la de los 65 años. El sistema público de pensiones garantiza una pensión basada en la residencia en el país y no se necesitan contribuciones previas. La pensión mínima es de 628,85 euros, y esta asciende hasta prácticamente la cuantía media de Suecia en función de los años trabajados y las contribuciones a la Seguridad Social.
6. Suecia
El sistema de pensiones de Suecia permite a sus jubilados percibir una de las pensiones más altas del mundo: una media de 1.700 euros al mes. Se trata de un sistema mixto que combina, por un lado, cuentas nocionales, de modo que parte del salario del empleado y aportaciones de las empresas en las que trabajan se destinan a una cuenta en la que se va acumulando el dinero para la futura pensión. A esto se suman los planes de pensiones de empleo, que son complementarios a la pensión pública y la adhesión a uno de ellos es casi obligatoria. Finalmente, los trabajadores pueden aumentar todavía más la cuantía de su pensión con fondos de pensiones o compañías aseguradoras.
7. Singapur
Las pensiones de Singapur se rigen por un fondo nacional llamado Central Provident Fund (CPF). Se puede acceder a algunas ventajas del mismo antes de la edad de jubilación, incluyendo beneficios en vivienda y gastos médicos. Aquellos trabajadores no miembros del CPF tienen derecho a un cobro de hasta 454 euros por cuatrimestre.
8. Noruega
Noruega aplica un sistema mixto de pensiones, con una cuantía final resultante de la suma de las contribuciones a la Seguridad Social y los planes de pensiones obligatorios contratados en el lugar de trabajo.
9. Canadá
Canadá también tiene un sistema de pensiones público que establace una cuantía base fija. Asimismo, a esta se suma otro monto de dinero basado en las ganancias que el trabajador tuvo en su vida. Se accede a la pensión a partir de los 65 años con un pago básico de cuantía fija mensual de 741 euros.
10. Nueva Zelanda
En Nueva Zelanda hay un sistema público de pensiones y un sistema de contribución directa a las pensiones llamado KiwiSaver. La pensión mínima para una persona es de 1.280 euros al mes, una cifra que aumenta o se reduce en función de la inflación cada año.