A sus 66 años, la sevillana Maribel Doctor Algarín lleva cinco sufriendo una penalización del 24% en su pensión, después de haber estado trabajando, sin parar y en la misma empresa, durante 42 años y medio y tener en su historial un total de 44 años y medio de cotizaciones a la Seguridad Social. Al igual que le ha sucedido y sucederá a decenas de miles de profesionales sénior, un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) la dejó en la calle y la condenó a la expulsión laboral, sin poder encontrar ningún trabajo ni forma de reincorporarse.
Maribel empezó a trabajar siendo muy joven, fue despedida con 59 y se vio obligada a solicitar la jubilación anticipada involuntaria a los 61. Su caso es muy parecido al de los más de 865.000 jubilados anticipados penalizados,pese a tener cotizaciones récord de más de 40 años a la Seguridad Social.
Miembro de laasociación de pensionistas ASJUBI40 (@asjubi40), que lucha por eliminar los coeficientes reductores a jubilados con largas carreras, denuncia en esta entrevista con 65YMÁS: "Nadie contrata a una persona de 61 años, y las mujeres lo tenemos aún peor. Yo tenía muchísima experiencia, 42 años y medio de trabajo sin parar, pero de nada me sirvió, porque en el tiempo que estuve apuntada al paro, no me llamó nadie, para nada. Ni una entrevista".
"Un ERE me condenó a jubilarme a los 61: sin trabajo ni paro, imposible vivir con un subsidio de 480 euros"
PREGUNTA.- ¿Puede resumir su trayectoria laboral, que la ha conducido a padecer una fuerte penalización de pensión?
RESPUESTA.- Empecé a trabajar con 16 años y estuve en la misma empresa, de manera ininterrumpida, durante 42 años y medio. No he cambiado nunca de compañía. Un récord total. Ya casi no hay carreras de cotización tan largas como las que tenemos los jubilados reunidos en la asociación ASJUBI40; somos una especie a extinguir.
P.- Se quedó en la calle por un ERE, después de 42 años y medio en la empresa. Debió ser duro…
R.- En efecto, la empresa empezó a tener problemas, hicieron un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y a mí me metieron en él. Me quedé en el paro y estuve algo menos de dos años cobrando la prestación por desempleo, porque me jubilé antes de agotarla. No tuve más remedio que jubilarme a los 61 años, acogiéndome a la modalidad de la jubilación anticipada forzosa. Yo era de las que me podía haber jubilado con 65 años, puesto que tenía cotizados más de 38 años y medio. Pero, ¿cómo iba a aguantar hasta los 65, si nadie me daba trabajo? Me hubieran concedido el subsidio de paro, pero con 480 euros en 12 pagas no se puede vivir.
P.- ¿Considera que sufrió edadismo, o sexismo, y por eso no pudo volver a trabajar?
R.- Sin duda. Nadie contrata a una persona de 61 años, y las mujeres lo tenemos todavía peor. Yo he sido siempre secretaria: la mayoría de las veces, de dirección, y otras en tareas administrativas, dependiendo del departamento del jefe de turno. Durante esos 42 años y medio de trabajo, he llevado desde nóminas de personal a la secretaría de dirección. Me sobraba experiencia.
P.- ¿Cree que no se valora como debería la experiencia de los mayores de 55 o 60 años?
R.- No se valora en absoluto. Yo tenía muchísima experiencia, pero de nada sirvió, porque en el tiempo que estuve apuntada al paro, no me llamó nadie, para nada. Ni para hacerme una entrevista. Es cierto que no estaba lo bien preparada que puede estar otra persona que accede hoy a un puesto similar, que ya entra con licenciatura y buen nivel de idiomas. Mi inglés es básico, y lo mismo me ocurre con el francés, pero me defendí más que bien todos esos años. Y hay miles de empleos en los que no se necesitan los idiomas. Si no me llamaron nunca fue por mi edad.
"Edadismo brutal: de los compañeros despedidos en el ERE, ninguno encontró trabajo"
P.- En la oficina del SEPE, ¿no le ofrecieron ningún empleo, o asesoramiento, o alguna explicación de por qué nadie la seleccionaba?
R.- El no contratar a mayores de 60 años parados se debe a muchas causas, pero sobre todo porque hay que pagarles mayor sueldo que a los jóvenes. Fíjese, que del resto de compañeros que salimos despedidos en el mismo ERE, ninguno ha vuelto a trabajar. En la oficina del SEPE me decían que las ofertas que les entraban eran para gente muy joven, aunque no tuvieran experiencia. Empleos donde pagaban 800 euros como mucho, y eso una persona mayor, con obligaciones familiares como era mi caso, no lo puede aceptar porque con eso no vive una familia. Así que, para los mayores, la única solución es acceder a la jubilación, si pueden, aunque sea en pésimas condiciones.
P.- Al pedir la jubilación anticipada involuntaria, ¿sabía que la Seguridad Social le aplicaría una penalización de pensión de por vida?
R.- Sí, ya sabía que iba a tener unos coeficientes reductores. De hecho, me iban a conceder la jubilación a partir del 18 de mayo, que es mi cumpleaños, y tuve que presentar un escrito reclamando que, por favor, no me la dieran hasta el 10 de junio, porque entonces acumulaba los 44 años y medio de cotizaciones, y así me aplicarían una reducción del 24%, en vez del 25%. Así que, finalmente, me jubilé con un recorte de pensión del 24%, pese a que mi historial certifica 44 años y medio de contribuciones sociales.
P.- Es decir, pierde usted casi un cuarto de su pensión…
R.- Sí, me quitan un cuarto de pensión, una barbaridad. Y además, el recorte es para toda la vida, pero es que no me quedaba otra salida. No podía estar cuatro años viviendo de la ayuda de 480 euros. Además, sucede otra cosa: yo empecé a trabajar siendo casi una niña y pasé más de 42 años sin parar, sin tener tiempo para nada… y de repente pensé que me podía morir en cualquier momento. ¿Me iba a estar sacrificando cuatro años de vivir achuchada, sin tener libertad económica alguna, para jubilarme a los 65 años? Así que preferí tener una pensión penalizada de por vida.
"No pido que el Estado me regale nada. Lo que exijo es que me den lo mío, lo que he cotizado"
P.- ¿Se siente discriminada respecto a funcionarios o policías, que tienen posibilidad de jubilarse anticipadamente, sin la penalización que a usted le aplican?
R.- Los jubilados anticipados con largas carreras estamos del todo discriminados, si nos comparamos con los funcionarios, los policías, los ertzainas… Ellos, al llegar a los 60 años, se pueden jubilar con que tengan 35 años de cotizaciones. De hecho, tengo una familiar que trabajaba en un Ministerio en Madrid y se ha cogido la jubilación con 60. Es una absoluta injusticia lo que están haciendo con nosotros. Nos han marginado por completo, y no es justo que una persona lleve 42, 44 o 46 años trabajando, que pierda su juventud y tenga que criar a sus hijos como he criado yo a las mías, con una jornada completa de ocho horas, que casi siempre eran ocho y media o nueve, todo eso, con mucho sacrificio, porque además mi marido enfermó siendo muy joven y murió. Es muy injusto que yo no tenga derecho a cobrar mi pensión de acuerdo con lo que he cotizado. No estoy pidiendo que el Estado me regale nada, ni que me de un trato de favor. Lo que estoy pidiendo es que me den lo mío, lo que yo he cotizado después de una carrera profesional tan larga.
"La ministra Saiz no parece por la labor de abordar nuestro problema. Le hemos pedido reuniones y no responde"
P.- Pertenece a ASJUBI40, asociación que lucha contra las penalizaciones con 40 o más años cotizados. ¿Confía en que la ministra Elma Saiz solucione sus reivindicaciones?
R.- Llevo en ASJUBI40 prácticamente desde que me jubilé, participo en todo lo que puedo, en los lunes al sol, las manifestaciones, las concentraciones, y además, colaboro con el Movimiento Andaluz en Defensa de las Pensiones Públicas. En la pasada legislatura, hubo un momento en que parecía que nuestra reivindicación se iba a resolver, pero fue un fiasco. Nos dejaron en la estacada. La nueva ministra, Elma Saiz, acaba de llegar, pero tampoco parece que esté por la labor de abordar nuestro problema. No estoy desmoralizada, siempre me gusta mantener la esperanza, pero la verdad es que el tema es muy difícil, tanto en España como en Europa, donde se tiende precisamente a penalizar las jubilaciones anticipadas.
P.- ¿Participa en la Queja presentada en Europa por ASJUBI40 y el despacho de abogados Navas & Cusí?
R.- Sí, por supuesto, participo en la demanda interpuesta por ASJUBI40, a través del bufete Navas & Cusí ante el Parlamento Europeo, que ya ha sido admitida a trámite. Es algo que lleva sus plazos, hay que tener paciencia. Llevar la demanda a las instituciones europeas era la única posibilidad que teníamos, después de que se frustraran las negociaciones en el Pacto de Toledo, donde todo el mundo parecía estar a nuestro favor, pero luego el ministro José Luis Escrivá nos dejó de lado. Con este señor no teníamos esperanza, porque venía de la banca, que lo único que mira es el dinero.
P.- Los partidos políticos, que al principio les apoyaron, desistieron de buscar una solución.
R.- En efecto, mucha otra gente, que se había hecho la foto con nosotros y delante de la pancarta de ASJUBI40, gente que dijo que había que solucionar lo nuestro, al final se quitó de en medio, Es lo que pasa con los políticos, que en campaña electoral prometen y luego se olvidan. Lo mismo ha pasado con los sindicatos, que parecía que estaban a favor de retirar los coeficientes reductores a las largas carreras, pero tampoco han acabado de posicionarse realmente. Los sindicatos en España, como dependen de las subvenciones del Gobierno, nunca pueden ser independientes.
P.- ¿Qué opinión le merece el plus para compensar a las largas carreras, que diseñó el anterior ministro, José Luis Escrivá?
R.- A mí no me toca, pero tengo que decir que ha sido una forma de dividir el movimiento, entre los beneficiados y los no beneficiados por ese complemento económico. Un intento de neutralizar las protestas, pero no les ha funcionado, porque el plus es de cuantía ínfima y además, lo cobra poquísima gente.
"Meten miedo con las pensiones para que los futuros jubilados se hagan un fondo de pensiones"
P.- Aparte de suprimir la penalización de la pensión, ¿qué otras reivindicaciones hacen a la ministra?
R.- Tanto desde ASJUBI40, como desde el Movimiento Andaluz de Defensa de las Pensiones Públicas, estamos reclamando que se realice y se publique la auditoría de la Seguridad Social, que el Gobierno está obligado por ley a hacer, pero de la que no se sabe nada. La auditoría sería una forma de averiguar dónde está el dinero que se utilizó para gastos que no correspondían, y saber de verdad cómo están las cuentas de la Seguridad Social. Hay mucho dinero de las pensiones invertido en cosas que no son gastos propios de la Seguridad Social, según ha reconocido hasta el Tribunal de Cuentas. Además, el problema es que la banca y muchos expertos están haciendo creer que las pensiones públicas no son sostenibles, y eso es mentira; el gasto en pensiones es asumible desde el momento en que las cuentas estén bien hechas y se nos devuelva el dinero que se nos debe a los pensionistas.
P.- Dice usted que hay gente interesada en extender la idea de que las pensiones no son sostenibles...
R.- Sí, con esa argumentación, lo que están haciendo es que quienes vienen detrás, los futuros jubilados, cojan miedo y se hagan un fondo de pensiones. Un plan de jubilación o un plan de pensiones o un plan de ahorro, como se quiera decir. Pero ya nos dimos cuenta, cuando llegó la gran crisis de 2008 y en adelante, que mucha gente perdió sus ahorros de toda la vida, y otros sufrieron pérdidas graves con los productos que les vendían los bancos. Por eso es tan importante que las pensiones sean las garantizadas por el Estado, que es el único que puede responder por los ciudadanos, por los jubilados, en todo momento.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).