Se acaba de cumplir el quinto aniversario de los lunes al sol, una movilización ciudadana de ámbito nacional, que tiene su principal foco en el País Vasco, donde el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria (MPEH) celebró el lunes, 16 de enero, sus cinco años de vida,con la promesa de no rendirse y "continuar decididos en la defensa de unas pensiones públicas y dignas, para el presente y el futuro. Vamos a seguir en la calle, tenemos fuerza y hemos demostrado que el sistema público de pensiones es sostenible y viable, lo que sucede es que durante muchos años se han detraído recursos del sistema para pagar otros gastos que no eran de naturaleza contributiva".
Andrea Uña,una de las representantes del MPEH en Bilbao, denuncia el retraso del Gobierno en realizar la auditoría de la Seguridad Social, pese a que la Ley de reforma de las pensiones de 2021 la exigía con plazo límite en el verano de 2022, y resalta la importancia capital de la lucha pensionista. "Gracias a la movilización durante estos cinco años, los pensionistas hemos logrado varias conquistas, entre ellas, parar el 0,25% de revalorización impuesto por el Partido Popular, mejorar el porcentaje a las pensiones de viudedad, derogar el factor de sostenibilidad e incluso la actualización del 8,5% en 2023". Unos avances que Uña atribuye a "la contestación y la presión social que seguimos manteniendo el movimiento de pensionistas vasco y del resto de las comunidades y pueblos del Estado español".
Respecto a la revalorización de las pensiones, que desde 2022 se efectúa en función del dato de IPC medio anual (medido entre noviembre del año en curso y diciembre del anterior), la representante del MPEH resalta que ellos exigen que se haga "con el IPC real, no con ese IPC medio que se han inventado". Y recuerda que siguen perdiendo poder adquisitivo, pese al 8,5% de revalorización este año, ya que "los precios, sobre todo de alimentación, ropa o calzado, han subido entre el 12% y el 15%, y la electricidad o el gas mucho más".
"Que nos vuelvan a dar la paga compensatoria"
Precisamente, y ante la pérdida de poder de compra, la representante del Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria exige que "el Gobierno vuelva a dar la paga compensatoria que los jubilados recibíamos los años anteriores, la paguillade enero, que este año nos han quitado. También reclamamos el derecho a cobrar el cheque de 200 euros, que el Gobierno ha aprobado para personas con sueldos inferiores a 1.700 euros. Nos parece intolerable que los pensionistas más vulnerables se queden fuera de esta ayuda".
Durante estos cinco años de reivindicación de los jubilados vascos, una de las peticiones más emblemáticas es la subida de las pensiones mínimas hasta 1.080 euros mensuales, puesto que "muchísimas pensiones que se cobran hoy día no llegan a 1.000 euros, y muchas otras tienen cuantías muy inferiores, entre 700, 600 e incluso 500 euros", pone de relieve Andrea Uña, recalcando que "ninguna persona puede vivir bajo el umbral de la pobreza, esta es nuestra exigencia, sobre todo las mujeres, que somos las que más sufrimos estas pensiones mínimas, tanto contributivas como no contributivas".
En consonancia con la pérdida de poder adquisitivo y la baja cuantía de una gran mayoría de pensiones, reclama "medidas para la inmediata desaparición de la brecha de género y que se garanticen unas pensiones dignas y suficientes. Vivir nuestros últimos años con miedo, sin poder tener lo mínimo para calentarnos o comer, no se puede consentir".
Desde el Movimiento de Pensionistas vasco apoyan también otra de las reivindicaciones históricas a nivel nacional: que se eliminen los coeficientes reductores de la jubilación anticipada en largas carreras de cotización. "No se puede recortar la pensión a quien haya cotizado más de 40 años", argumenta Uña, del mismo modo que "rechazamos el aumento de los años para el cálculo de la base reguladora de la pensión, que provocará una reducción de las pensiones futuras".
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).