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La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) se ha reunido este martes con la presidenta de la Comisión de Seguimiento y Evaluación de los Acuerdos del Pacto de Toledo del Congreso de los Diputados, Magdalena Valerio, para abordar la necesidad de articular una jubilación anticipada voluntaria para los médicos.
Al encuentro, de casi hora y media de duración, han acudido el presidente de CESM, Tomás Toranzo, el secretario general, Gabriel del Pozo, y el asesor de Salud Laboral, Pelayo Pedrero, quienes han expuesto a Valerio la necesidad de articular un procedimiento que permita un retiro a los profesionales "sin sufrir merma económica, empezando por aquellos que realizan su trabajo en puestos con nocturnidad".
Además, han hecho hincapié en que para abordar este tema "es necesario contar con la opinión de los representantes de los médicos, puesto que la especial idiosincrasia de la profesión no permite meterlos en una normativa común que se adapte al resto de sectores".
La presidenta de la Comisión, por su parte, ha asegurado que trasladará lo abordado en el encuentro al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, como competente en la materia, además de comprometerse a facilitar los documentos aportados al resto de integrantes de la Comisión para que todos puedan tener conocimiento del proyecto y se conozca la propuesta de CESM.
Los representantes sindicales se han mostrado "satisfechos" tanto por "el clima de entendimiento en el que se desarrolló la reunión como por el conocimiento del tema y compromiso que demostró la presidenta de la Comisión".
SATSE también lo propondrá para los enfermeros
Por otro lado, el sindicato de enfermería SATSE propondrá al Gobierno la aprobación de una norma que permita acceder a los enfermeros a la jubilación anticipada de manera voluntaria, ya que los profesionales sanitarios conviven con diversos riesgos de la profesión y han considerado que es una "enorme deuda" que se ha de resolver con "urgencia" porque "es una cuestión de justicia social".
Así lo ha manifestado este miércoles en rueda de prensa el presidente de SATSE, Manuel Cascos, quien ha comparecido ante los medios acompañado de la secretaria general de Organización, Laura Villaseñor. Ambos responsables han reiterado que esta petición es un objetivo estratégico y que se plantea por cuatro razones: riesgos específicos de la profesión, especial deterioro de los profesionales, la viabilidad de la medida y por su necesidad, tanto para los pacientes como para el Sistema Nacional de Salud (SNS).
En este sentido, Cascos ha defendido que posibilitar la jubilación daría respuesta a mejorar la exposición a los múltiples riesgos a los que se enfrentan y ha insistido en que permitiría la integración de personal más joven, por lo que se mejoraría la calidad al paciente.
Asimismo, el presidente ha explicado que los enfermeros cumplen los mismos requisitos que otros colectivos profesional, como los policías, trabajadores del sector ferroviario, entre otros, a los que el Gobierno ya les ha aplicado un coeficiente reductor de la edad de jubilación en virtud de la Ley General de la Seguridad Social.
Al respecto, ha detallado los riesgos a los que se exponen los profesionales, como los riesgos biológicos (COVID o sida), riesgos químicos (gases anestésicos), riesgo físico (referente a espacio, humedad y ventilación), riesgos psicosociales (turnicidad, nocturnidad, sobrecarga laboral y estar permanentemente ligados al dolor, muerte, violencia) o padecer el síndrome 'burnout'.
El plan estratégico consiste, según ha precisado Manuel Cascos, en el establecimiento de coeficientes reductores con dos condiciones: mínimo de 15 años cotizados en la Seguridad Social y una cotización adicional que hará el trabajador y otra que hará la empresa.
"Esto permitiría que los profesionales con 35 años cotizados, se jubilen a los 60 y las que llevan 39 años cotizados, se jubilen a los 59 años. Este sistema no conlleva una sobrecarga al sistema de pensiones ni a la seguridad social", ha asegurado.
Para llevar a cabo esta petición, SATSE ha anunciado que se reunirá con los ministerios afectados para proponer iniciativas parlamentarias y ha enfatizado que las acciones informativas tendrán lugar en toda España. "A un enfermero no se le puede exigir el estado de alerta y vigilancia permanente que exige su profesión durante 30 años. No es lo mismo tener 55 años que 35 años. No podemos olvidar que cada día, los profesionales asumen la enorme responsabilidad de salvar vidas y para ello ponen en riesgo la suya", ha sentenciado.
Por su parte, Laura Villaseñor ha sostenido que en el caso del colectivo de enfermería existe un importante componente de género, ya que no se valora la sobrecarga emocional que implica la labor que realizan.
"Los enfermeros durante su vida laboral están en contacto permanente con el dolor y la muerte, lo que supone una gran carga emocional, que además conlleva consecuencias para su salud. Esta sobrecarga emocional está invisibilizada y es ahí dónde entra en cuestión el género", ha asegurado.
En esta línea, la secretaria general ha añadido que culturalmente los cuidados se han asociado a las mujeres "y se traduce en una infravaloración" y esta situación choca con el reconocimiento de la dureza que poseen otras profesiones ligadas, en la mayoría de los casos a un esfuerzo físico, y que se han vinculado a los roles masculinos y que sí tienen reconocida la jubilación anticipada.
"La OIT ha definido de lo que son los trabajos penosos no solo habla de dureza física sino también de labores que conllevan una exigencia importante psíquica, como es nuestro casos. El colectivo de los sanitarios reúne todas los requisitos para que se nos reconozca esta demanda en cuanto a penosidad, toxicidad, peligrosidad y a insalubridad", ha finalizado.