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El Banco de España calcula que actualizar las pensiones con una inflación al 7% costaría unos 12.600 millones a las cuentas públicas, tras la entrada en vigor de la reforma de las pensiones que supone la revalorización de las mismas conforme al Índice de Precios al Consumo (IPC).
El nuevo director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha explicado que, tomando como punto de partida el gasto aproximado en pensiones en España y una inflación media para el conjunto del año 2022 de un 7% (noviembre sobre noviembre), cada punto que se elevan las pensiones por la revalorización suponen 1.800 millones a las cuentas públicas. De esta forma, la revalorización para 2023 ascendería a 12.600 millones.
De hecho, en 2023 y 2024 las previsiones del Banco de España para el déficit son más desfavorables respecto a sus previsiones anteriores, fundamentalmente porque se han indexado las pensiones a la inflación y tendrá un impacto negativo en las cuentas públicas.
En concreto, en su informe sobre las proyecciones macroeconómicas de la economía española publicado este martes, el organismo que encabeza Pablo Hernández de Cos ha empeorado sus estimaciones de ingresos y gastos para este año, ya que el déficit público quedará en 2022 en el 5% del PIB, frente al 4,8% previamente estimado. Además hay peores perspectivas también para 2023 y 2023, con tasas del 5,2% y el 4,7%, respectivamente, frente al 4% y el 3,4% previos.
1.500 millons por cada punto, según la AIReF
Sobre este mismo tema ya se pronunció también la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que realiza un cálculo similar y estima que por cada punto adicional de inflación, el gasto en pensiones sube en 1.500 millones.
La AIReF ha explicado que a corto plazo la inflación tiene un efecto directo positivo en déficit público porque tiene un efecto inmediato en materia de recaudación –en el caso de los impuestos indirectos y también en el IRPF–.