Pensiones

Cándido Méndez: "Alarmar con las pensiones azuza el miedo intergeneracional y daña la democracia"

El exsecretario general de UGT publica el libro 'Por una nueva conciencia social'

Pepa Montero

Foto: Marta Jurado

Domingo 23 de junio de 2024

10 minutos

Pepa Montero

Foto: Marta Jurado

Domingo 23 de junio de 2024

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Cándido Méndez (Badajoz, 1952), exsecretario general de UGT, organización que lideró durante 22 años, es un referente de la lucha sindical de la democracia española. Se afilió al PSOE con solo 18 años y, aunque ya está retirado de la política activa, es una figura siempre comprometida, como demuestra en el libro que acaba de publicar, 'Por una nueva conciencia social' (Deusto), donde recorre el pasado, presente y futuro del trabajo.

Méndez, hijo de un concejal socialista represaliado tras la guerra, confiesa en su entrevista con 65YMÁS que "la motivación fundamental por la que he escrito el libro ha sido reconocer la memoria de mi padre. Era una deuda personal que tenía con él, y con mi familia por extensión". Lanza varios mensajes nítidos, entre ellos, la necesidad de preservar las pensiones públicas, y enfatiza que "la defensa del trabajo tiene pleno sentido y el papel de los sindicatos de clase también, sobre todo para los jóvenes".

Convencido de que los derechos sociales son irrenunciables, advierte contra "organismos y grupos de estudios que  difunden mensajes ideológicos" y ponen en duda la solvencia del sistema de pensiones. "Hablar de recortar las pensiones y precarizar el empleo es muy peligroso", denuncia, porque "una de las consecuencias es que azuzan el conflicto intergeneracional y pueden acabar afectando a la propia democracia". Alerta asimismo de que "los fondos de inversión ven un bocado muy jugoso en todo lo relacionado con las pensiones”.

 

Cándido Méndez, exsecretario general de UGT, entrevista vertical

“Hay que transitar hacia un modelo flexible de jubilación anticipada"

 

PREGUNTA.- El Gobierno y los agentes sociales están negociando cambios en la jubilación parcial y fomentar aún más la jubilación demorada. ¿Cree que habría que ampliar o repensar las fórmulas de jubilación, o introducir otras reformas para sostener las pensiones?

RESPUESTA.- Considero que tendríamos que transitar hacia un modelo flexible de jubilación, que tenga muy en cuenta la situación de todos los sectores. Flexible, en cuanto a fórmulas que permitan jubilaciones anticipadas en casos que son indiscutibles, y que posibiliten también los retiros demorados. Porque las situaciones son muy dispares: hay trabajadoras y trabajadores, por ejemplo, en la universidad, que pueden seguir trabajando más allá de los 70 años, pero no quien trabaja en un andamio, o un conductor de camión. Recientemente asistí a la presentación de un libro sobre las mariscadoras gallegas, y descubrí que es un empleo de nuevo cuño, que solo se reconoce como tal desde 1992, y tiene una gran penosidad. Es un ejemplo de actividad que necesita flexibilidad para la jubilación, igual que quienes se dedican a los cuidados.

P.- ¿Cree que las últimas medidas de reforma de las pensiones van en la buena dirección?

R.- A mi juicio, las medidas que se han tomado respecto a la financiación han sido acertadas para mejorar los ingresos de la Seguridad Social, que además beben de un acuerdo en el que yo participé, en el año 2011, donde introdujimos una disposición para explorar nuevas fuentes de financiación y no atacar siempre por el lado de los gastos. Con aquel acuerdo pusimos la primera piedra para pasar de aplicar recortes en pensiones, a buscar mayores fuentes de ingresos.

“En España el 'baby boom' va retrasado con respecto a Europa”

P.- La masiva jubilación del 'baby boom' está a la vuelta de la esquina. ¿Cómo de grave será su impacto en el sistema de pensiones?

R- Cuando Bruselas analiza nuestro sistema de pensiones, no tiene en cuenta que en España, el baby boom va retrasado respecto a Europa, y esto es importante, porque las tensiones que ya han tenido los países europeos, nosotros las empezamos a experimentar ahora. Pero habrá un momento en el que la curva del gasto va a caer, y en ese sentido, la reforma española va en la buena dirección. Además, existe un elemento que debemos tener claro: en materia de pensiones, por ser una política de ámbito nacional (no europeo), la responsabilidad de los gobiernos es suprema. Lo digo porque la tendencia de todos los políticos consiste en achacar a Bruselas las malas noticias, y si las noticias son buenas, autoaplicársela al gobierno de turno. Con las dos fases de reforma de pensiones, en 2021 y 2023, España ha demostrado que se puede hacer una cosa distinta, y Europa lo ha aceptado.

portada por una nueva conciencia social candido mendez

P.- ¿Qué fuentes de ingresos pueden activarse para las pensiones en las próximas décadas, las de mayor tensión por el retiro de los boomer?

R.- En mi libro Por una nueva conciencia social planteo que existe un nuevo factor de producción: además del capital y del trabajo, estarían los datos. De hecho, los datos ya se monetizan. Es curioso que el presidente de Telefónica en España, y también el secretario general del Partido Comunista Chino, que es el presidente chino, están hablando de activar los datos como otro factor de producción. Entonces, a mi juicio, esa activación de los datos puede generar un volumen de recursos económicos que se podrían aplicar para incrementar la financiación de las pensiones.

“Los datos son un nuevo factor de producción: se podrían incorporar como ingresos a las pensiones”

P.- La esperanza de vida crece, lo que es una buena noticia, pero también pantea retos nuevos, por el envejecimiento poblacional. ¿Basta con reforzar los ingresos, o hacen falta recortes en pensiones?

R.- El acuerdo en pensiones que firmamos en el año 2011, en vez de plantear una sola edad de jubilación, estableció una horquilla: desde 63 a 67 años, en un periodo transitorio hasta llegar a 2027, cuando regirán los 67 años, aunque será posible jubilarse a los 65 si se tienen 38 años y medio o más cotizados. Sé que hay voces que critican que el sistema de pensiones español es muy generoso, pero me gustaría compartir esta reflexión-cálculo: como la pensión pública es salario diferido para la inmensa mayoría de la ciudadanía, he realizado un cálculo actuarial, tomando las esperanzas de vida media en cuatro países, con los salarios medios a lo largo de la vida y lo que cobra un trabajador en función de la esperanza media de vida; es decir, se puede hallar lo que cobra realmente por su trabajo, incluyendo las pensiones. Pues ese cálculo dice que los trabajadores españoles cobran el 80% de lo que cobra por esos mismos conceptos un italiano; en torno al 62% de lo que percibe un trabajador o trabajadora de Suecia; y el 57% de lo que cobra un trabajador alemán. La comparación con Alemania es elocuente, porque siempre se aduce que nuestro sistema es muy generoso, mientras que en Alemania la pensión es solo del 50%-60% del último salario. Esto es cierto, pero también es verdad que, a lo largo de su vida, un trabajador alemán cobra casi el doble que uno español, contando sueldo y pensiones.

“Hay que hablar de productividad y calidad del trabajo, no de recorte de pensiones”

P.- ¿En ningún caso sería necesario recortar pensiones o subir la edad de retiro obligatoria?

R.- Hablemos de productividad y de calidad del trabajo, no de recorte de pensiones, porque, en la medida que eso se plantea así, aumenta la desconfianza de la ciudadanía en relación con los poderes públicos y crecen el miedo y la incertidumbre. Y este es un problema muy serio desde el punto de vista democrático, que afecta a la estabilidad de las democracias europeas.

P.- Muchos expertos y organismos lanzan mensajes alarmantes. Numerosos jóvenes piensan que no van a cobrar pensión y otros dicen que para qué van a pagar pensiones tan cuantiosas a sus padres y abuelos, cuando ellos no van a cobrar. ¿Qué opina de esos mensajes?

R.- Me parecen muy peligrosos. Hay una serie de organismos, de grupos de estudio, que lanzan mensajes ideológicos y pretenden recortar las pensiones y precarizar el empleo, y al final, una de las consecuencias es que azuzan el conflicto intergeneracional. Yo ese tema, en relación con el empleo, lo he vivido como sindicalista. Se escuchaban mensajes que en definitiva se podían interpretar como “el hijo no tiene empleo o tiene uno precario porque su padre tiene un contrato indefinido y cuesta mucho dinero despedirlo”. Y ese no es el problema. Este tipo de mensajes hay que combatirlos decididamente, igual que es preciso rebatir el planteamiento frentista de que los mayores tienen un poder adquisitivo mayor, etc. En todo caso, eso sería un motivo de satisfacción: que la población en riesgo de exclusión y de pobreza en España, precisamente la gente mayor, que ha sido la que ha estado siempre en mayor nivel de riesgo, se encuentre ahora en mejor situación comparada con otros colectivos, tiene que ser un motivo de satisfacción, y no de crítica ni alarma. No se puede aumentar el riesgo de exclusión y de pobreza de las personas mayores para resolver el problema de los jóvenes. A mi juicio, el problema es de productividad del conjunto de la economía española, y tenemos que analizarlo y hacer muchos cambios, pero no podemos dar un paso atrás en el marco de los derechos. 

“El Fondo de Reserva está para resolver problemas de liquidez, no de solvencia”

P.- ¿Por qué cree que los mensajes alarmistas son tan recurrentes?

R.- Es cierto que hay alarmas recurrentes. Recuerdo muy bien que a finales de los 90 se agudizó también la tempestad sobre las pensiones, y hubo un servicio de estudios de un banco español que dijo que el sistema de pensiones estaría en quiebra en el año 2000, y resultó que el 2000 fue el año en el que se pudo constituir el Fondo de Reserva, eso que se llama inadecuadamente hucha de las pensiones. Un instrumento cuya finalidad es resolver apuros momentáneos de liquidez, pero no problemas de solvencia. Es decir, la solvencia del sistema de pensiones no la garantiza el Fondo de Reserva, sino el Estado.

“Cuidado con los informes interesados: los fondos de inversión ven las pensiones como un bocado muy jugoso” 

P.- ¿Qué piensa de quienes ponen, sistemáticamente, las pensiones en entredicho? 

R.- El caso del estudio del banco que le acabo de comentar sirve de ejemplo para resaltar cómo los informes, a veces, están sesgados y sirven a un interés claro, que es favorecer a los fondos de inversión; unos fondos que ya están actuando en la agricultura, en la vivienda o en las residencias de personas mayores. Y claro, todo lo relacionado con las pensiones es un bocado muy jugoso para los fondos de inversión. Pero si uno compara la rentabilidad del sistema público de pensiones y la de los fondos de pensiones, resulta que el fondo de pensiones es un mal negocio.

P.- ¿Está usted en contra de los planes de pensiones?

R.- No, no estoy en contra de los fondos de pensiones, lo que sucede es que estoy a favor de uno determinado, que es el plan de empleo, vinculado a la negociación colectiva, y no un fondo de capitalización privado que, en el mejor de los casos, puede ser un complemento de pensión, pero nunca el pilar para asegurar la calidad de vida de un jubilado o jubilada.

“Los planes de pensiones de empleo son escuálidos, por culpa del bajo nivel salarial"

P.- Los fondos de pensiones de empleo no acaban de arrancar, ni los nuevos planes simplificados, ni los de promoción pública…

R.- Los planes de empleo en España son muy escuálidos y eso tiene una relación directa con el nivel de los salarios. Únicamente han funcionado en las grandes empresas, que son las que pueden negociar un crecimiento del salario cotidiano y, a su vez, negociar que una parte de ese salario cotidiano se aplique al plan de empleo. Pero en multitud de empresas eso es inviable, porque los salarios son muy bajos.

Sobre el autor:

Pepa Montero

Pepa Montero

Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).

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