Largos retrasos en citas presenciales, cuando no imposibilidad de concretarlas, cierre de oficinas de atención al público y retraso en la tramitación de prestaciones, son solo algunas de las consecuencias para los ciudadanos de la situación caótica que vive la Seguridad Social. De hecho, desde hace meses, los sindicatos vienen dando la voz de alarma sobre la situación "insostenible" del organismo, con un fuerte deterioro del servicio al ciudadano y un atasco administrativo sin precedentes, debido fundamentalmente al "déficit estructural de falta de personal".
Una situación que está colapsando las gestiones y la operativa, y que se agravará en muy poco tiempo debido, por una parte, a que en los próximos diez años se jubilará una gran mayoría de la plantilla actual de funcionarios de la Seguridad Social, una de las más envejecidas de todas las Administraciones Públicas (AAPP). Además, a partir de 2025, el resto de baby boomers españoles también generarán una cascada de jubilaciones, lo que incrementará exponencialmente el volumen de trabajo a realizar por una plantilla cada vez más menguada, si el Gobierno no le pone remedio.
Según la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), el sindicato más representativo en las administraciones públicas, la falta de efectivos de la Seguridad Social es acuciante, ya que se ha pasado de 36.000 a 26.000 trabajadores en tan solo una década. Esta central sindical ha celebrado en las últimas semanas concentraciones en diversos puntos de España (Madrid, Valencia, Barcelona, Sevilla), en protesta por la "caótica situación que sufre este organismo.
Tal como expone el CSIF, la plantilla de la Seguridad Social está compuesta por unas 26.000 personas, pero "el déficit de personal tiene como consecuencia que la ciudadanía esté recibiendo un servicio deficiente en sus gestiones básicas con este organismo, padeciendo el retraso en las citas, cierre de atención de oficinas, colas interminables y demoras en la concesión de prestaciones".
Y es que, con estos escasos 26.000 efectivos, deben atender a 20 millones de afiliados, a 10 millones de pensionistas, a 1,4 millones de empresas, incontables incapacidades temporales, maternidades, paternidades, etc.
#CSIF sale a la calle contra la falta de personal en la Seguridad Social y el deterioro del servicio que presta este organismo.
❌La situación es insostenible: en los últimos 10 años se han destruido 10.000 empleos. pic.twitter.com/cMMoLOVrcy
El organismo "colapsará" con el retiro del 'baby boom'
Está previsto que en el plazo de cinco años se jubile el 28,5% de la plantilla, y en unos 10 años un 36,08% adicional, es decir, casi dos tercios de la plantilla actual, por lo que el organismo colapsará, según prevé este sindicato.
Hace unos días, en la concentración realizada en Sevilla, el delegado de CSIF en el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), Haraldo Dahlander, denunció que, concretamente en Sevilla, la tramitación de una incapacidad temporal se tarda en resolver unos dos meses y medio, mientras que la concesión de otro tipo de prestaciones puede demorarse entre cinco y seis meses. “No se da una respuesta eficaz a la ciudadanía y no es por culpa de los funcionarios, sino por la falta de personal necesario”, afirmó.
El delegado de CSIF también denunció “la desastrosa gestión de recursos humanos” y el cierre de oficinas, la falta de reposición de efectivos y un cambio en el modelo de atención al público que obliga a realizar las gestiones de forma telemática.
Ante esta situación, el CSIF considera que el denominado Escudo Social del Gobierno se ve comprometido en uno de los peores momentos económicos de los últimos años, "ante la escalada de precios, la crisis energética y la desaceleración. En su momento, ya señalamos que los fondos europeos para la reconstrucción deben servir para apuntalar los cimientos de nuestras administraciones. En todo caso, consideramos urgente realizar un plan de recursos humanos para reforzar la Administración General del Estado" y ámbitos clave de nuestro Estado de Bienestar (sanidad, educación, servicios sociales).
Llama a la Policía tras 3 meses sin lograr cita previa
Desesperado tras más de tres meses intentando conseguir una cita para tramitar su jubilación en la Seguridad Social, el aragonés Amadeo Escolán llamó a la Policía para denunciar la situación, en lo que supone una denuncia bastante peculiar entre las recibidas por la Policía Nacional de Zaragoza.
"Llevo más de tres meses para intentar coger cita, llamando a teléfonos que me dicen que son gratuitos y que luego son de pago. Esto es una estafa", ha denunciado Escolán a los medios de comunicación tras conocerse su inesperada decisión. El abogado lleva todo este tiempo intentando tramitar una cita sin éxito, y además de no haberlo conseguido, denuncia el dinero que le está costando realizar este trámite
Escrivá: las pensiones se reconocen "en menos de 20 días"
Frente al clamor de las críticas sindicales, el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, asegura que "no hay caso alguno" de un trabajador que, tras jubilarse, no cobre su pensión al mes siguiente, puesto que las pensiones se reconocen "en una media de menos de 20 días".
Preguntado por la falta de personal de la Seguridad Social, que denuncian los sindicatos, Escrivá remachó que existe "continuidad de rentas" y que las pensiones de la Seguridad Social se reconocen con celeridad gracias al "esfuerzo" de sus funcionarios. Y detalló que, frente a esta "continuidad de rentas" que sí procura la Seguridad Social, las pensiones no contributivas de jubilación y no contributivas de invalidez, que les corresponde reconocer a las comunidades autónomas, tardan en resolverse un promedio de 150 días.
El ministro reconoce que el personal del organismo se ha reducido el 20% desde 2012 porque "no se han cubierto vacantes en los últimos años". Una situación que, según Escrivá, "se está corrigiendo".
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).