Así afectan los coeficientes reductores a la pensión de jubilación

La edad ordinaria de jubilación puede ser rebajada o anticipada para los trabajadores que hayan sufrido un cese involuntario en el trabajo (un despido, por ejemplo) o quieran retirarse voluntariamente. Asimismo, pueden jubilarse antes en razón de su grupo o actividad profesional (trabajos peligrosos, insalubres, con alta mortalidad, etc.); por tener una discapacidad; o por haber sido mutualistas, entre otros supuestos. Pero acceder anticipadamente a la jubilación conlleva una penalización en la cuantía de la pensión que se recibirá, puesto que el trabajador va a recibir la prestación durante más tiempo que si hubiese accedido a la jubilación a la edad ordinaria.

Esta “penalización” es lo que se denomina coeficiente reductor de la jubilación anticipada: el porcentaje que se nos descontará del 100% de la pensión por haber accedido a ella antes de tiempo. Así, en el caso de que queramos solicitar la jubilación anticipada de manera voluntaria, nos conviene asegurarnos previamente de que el importe de la prestación que nos quedará será suficiente para vivir nuestra jubilación sin sobresaltos en nuestra situación financiera.

La cuantía de la pensión se calcula aplicando a la base reguladora el porcentaje que corresponda en función de los años cotizados. Esa base reguladora se determina en función de la base de cotización del trabajador (la remuneración mensual bruta que recibe un empleado, incluidas las pagas extraordinarias prorrateadas, las horas extra y las vacaciones retribuidas y no disfrutadas) durante un determinado periodo de tiempo. Así, cuanto más elevada es la base de cotización, mayor es la cantidad de la pensión a percibir.

A la jubilación anticipada pueden acceder trabajadores incluidos en cualquiera de los regímenes del sistema de la Seguridad Social, pero cumpliendo con una serie de requisitos generales, como estar dado de alta en la Seguridad Social; haber cotizado un mínimo de 35 años; tener una edad que sea inferior en dos años, como máximo, a la edad exigida que resulte de aplicación en cada caso; o que el importe de la pensión a percibir sea superior a la cuantía de la pensión mínima que correspondería por nuestra situación familiar al cumplir los 65 años de edad.

Reducción del importe de la pensión

A modo de ejemplo, si cumplimos con los requisitos para acceder a la jubilación anticipada, aquellos que lo hagan de manera voluntaria, dos años antes de la edad ordinaria que les correspondería y teniendo 35 años cotizados, verían reducida su pensión en un 8%. Así que nos podemos encontrar con una reducción importante de la cuantía que cobraremos si adelantamos nuestra jubilación de manera voluntaria.

Lamentablemente, en el caso de la jubilación forzosa no podremos ser tan previsores, aunque también nos podemos jubilar antes. Por ejemplo, si el interesado ha sido despedido, tiene 33 años cotizados y le faltan como máximo cuatro años para llegar a la edad ordinaria de jubilación (para quienes tienen menos de 37 cotizados en 2020, serían 61 años y 10 meses), se le aplicará una reducción del 7,5% a su pensión.