Desde que, en 2022, entraron en vigor nuevos incentivos para la demora de la jubilación y se reconfiguró el marco de la jubilación anticipada, los españoles han ido retrasando su jubilación de manera voluntaria, debido también al progresivo aumento de la edad legal ordinaria del retiro, que en 2024 es de 66 años y 6 meses (quienes tengan menos de 38 años cotizados, aunque se permite a los 65 si se tienen los citados 38 años de cuotas), y que desde el próximo 1 de enero de 2025 subirá aún más, hasta los 66 años y 8 meses para el común de los trabajadores.
Las estadísticas oficiales constatan que las últimas reformas del sistema de pensiones están logrando el objetivo del Gobierno: alargar la vida laboral y demorar la jubilación. Así, entre enero y octubre de 2024, último dato disponible, se han registrado 305.702 nuevas altasen pensiones, de las cuales, el 9,4% corresponden a la modalidad de jubilación demorada, lo que refleja un evidente cambio de tendencia, puesto que en 2019 representaban únicamente el 4,8%, tal como muestran los datos publicados este martes por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.
El 70,9% de los nuevos pensionistas hasta octubre han accedido al sistema con la edad ordinaria de jubilación (en este caso están 216.772 personas).
Al mismo tiempo, el volumen de jubilaciones anticipadas se ha reducido con fuerza, al punto de situarse ya por debajo del 30% del total (el 29,1%). Más en detalle, en los diez primeros meses de 2024, se han registrado tan solo 88.860 retiros adelantados, lo que supone un descenso del 10,9% de jubilaciones anticipadas con respecto al año 2019, cuando se anticipaba el 40% de las nuevas jubilaciones.
El despegue de los retiros demorados y la disminución de los anticipados está dando como resultado el retraso voluntario del momento de retiro, lo que ha conducido a que "la edad media de acceso a la jubilación se sitúa en 65,2 años, cuando en 2019 era de 64,4 años", según confirma el Ministerio de Seguridad Social, que dirige Elma Saiz.
De hecho, 2023 fue el primer año en el que la jubilación efectiva sobrepasó la barrera de los 65 años, con una media de 65,1 años en las 326.949 altas iniciales acaecidas ese año. Un salto contundente que parece no tener retroceso, puesto que 2022, la media de edad real de jubilación fue de 64,8 años; en 2021 se situaba en 64,7 años; y en 2020 fueron tan solo 64,6 años de media efectiva.
Fuente: Seguridad Social
Endurecimiento anual de la jubilación
Este retraso voluntario del retiro de la vida profesional se explica no solo por la mera voluntad propia de seguir trabajando, sino también por los mayores requisitos exigidos para la jubilación ordinaria, que cada año que pasa, hasta 2027, incrementa en 2 meses la edad legal, y sube en 3 meses el periodo de cotización necesario para optar al 100% de la pensión.
Además, en los dos últimos años se ha endurecido la modalidad anticipada, que desde 2022 tiene nuevos y más estrictos coeficientes reductores de pensión, mensuales en vez de trimestrales (antes de la reforma, los tijeretazos eran por cada trimestre de anticipo, ahora son por cada mes), y el recorte económico a quien se retira antes de tiempo se aplica sobre el importe de la pensión (antes de 2022, sobre la base reguladora). Ambas medidas están disuadiendo a los trabajadores de parar antes de tiempo, por la pérdida de cuantía de la pensión que ello implica.
Los incentivos por demorar la pensión convencen
Este año, los requisitos para acceder a la jubilación demorada son haber cotizado un mínimo de 15 años y tener cumplida la edad mínima de jubilación. A cambio de no jubilarse al llegar a ese momento, las personas tendrán un plus cuando finalmente se retiren.
Existen 3 tipos de incentivos en vigor:
- Complemento del 4% sobre la pensión por cada año completo que el trabajador cotice tras cumplir la edad ordinaria de retiro.
- Una cantidad fija a tanto alzado, que se cobrará en un pago único y que oscila entre los 5.000 y los 12.000 euros.
- Una combinación de ambos tipos de recompensas económicas.
Estos incentivos, que ya están convenciendo a numerosos trabajadores, se van a incrementar en 2025, cuando entre en vigor la última reforma pactada por el Gobierno y los agentes sociales, ya que el pacto mejora la jubilación demorada, con la posibilidad de recibir un incentivo adicional por cada 6 meses que se atrase el retiro a partir del segundo año, y no cada 12 meses, como sucede en la actualidad.
Es decir, el nuevo incentivo por retrasar la percepción de la pensión se aplicará por semestres, incrementándose el 2% del importe de la pensión, o su equivalente a tanto alzado. También se mantendrá la posibilidad del cobro mixto, es decir, una parte se podrá percibir en forma de incremento de la pensión, y otra mediante un único abono de una cantidad.
Esta última reforma de pensiones acordada (aún debe ser aprobada por el Consejo de Ministros y el Parlamento), hará compatible la jubilación activa con la demorada, y el porcentaje de pensión aumentará entre el 45% y el 100%, según el tiempo que la persona permanezca trabajando tras alcanzar su edad ordinaria de retiro.
Todas ellas, medidas enfocadas en que los trabajadores sigan postergando su jubilación de manera efectiva y voluntaria.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).